No es desde luego, la primera vez que Iron Maiden baja a Andalucía, y esperemos que no sea la última. Esta vez, el lugar elegido, era el sevillano Estadio Olímpico, que se preparaba para recibir a la banda por antonomasia del heavy metal. En este julio pleno de calor, adentrarse en tierras sevillanas, puede convertirse en una aventura, pero la cita valía bien la pena. Mientras conducía por la autopista, adelantaba y era adelantado, por coches con sus ocupantes con camisetas negras y los cristales de sus automóviles vibrando a causa de los graves y agudos que salían de los altavoces. Los alrededores del Estadio Olímpico era un hervidero, gente por todos lados, buscando la sombra de los árboles, refrescándose a base de bien. Viejos amigos, nuevos amigos, risas, charlas y unas cervezas, antes de comenzar la ceremonia musical, la eucaristía en forma de heavy metal, de la que todos somos participes por propia voluntad. Aquello, como me decía Jose Pineda, bajista de Snakeyes, era como volver a los ochenta, aparcamientos repletos de coches, con el maletero levantado, y riffs sacudiéndose desde su interior.
El Estadio Olímpico es un muy buen lugar para conciertos, o al menos a mi me lo parece. De diez la organización, porque tanto el acceso al recinto como la posterior salida, fue cómoda y ágil. Una vez dentro y bien situado, me sorprendió la cantidad de gente que ya se agolpaba para ver a los teloneros, The Raven Age, supongo, que más bien para pillar un buen sitio, pero el caso, es que la banda del hijo de Steve Harris, consiguió levantar a la gente con su hard de tintes modernos e incluso cercano al nu metal, que me recordaba muchas veces a esa gran banda que eran Ill Niño. Un buen sabor de boca que me dejaron, incluso con la percepción, de que tengo que buscar su disco, para escucharlos con calma. Mientras se adecuaba el escenario para Iron Maiden, en el ambiente ya se notaba las ganas de que saltaran al escenario. Esa calma tensa, ese murmullo generalizado, que iba subiendo de decibelios segundo a segundo, mientras la pista terminaba de llenarse con la llegada de los más rezagados. El inicio de «Doctor, doctor» por los altavoces, desataba la locura general, el momento estaba cerca, ya nadie podía detenernos.
La salida de la banda, que acometía «If eternity should fall» de su último disco, que están presentado en esta gira y que está bien representado en el set list. Si algo me gusta de Iron Maiden (además de su música, lógicamente), es su valentía a la hora de afrontar las giras. Podrían adecuarse a un repertorio lleno de clásicos, que dejase extasiado a todos sus fans, pero siempre apuestan por el disco que están presentando. Para eso hay que tener pelotas. Maiden están ya en ese nivel, en el que no necesitan dar explicaciones a nadie, y eso se nota en sus grabaciones. Personalmente, «The Book of souls», me parece un gran disco, repleto de canciones complejas, y tenía mucha curiosidad, primero de ver como las llevaban al directo, y luego la reacción de la gente. Y tengo que decir, con enorme satisfacción, que la banda las borda, porque además, están en un estado de forma brutal, especialmente Bruce, que parece que por su garganta no haya pasado el tiempo. Y la gente también las acogió de forma fabulosa. Iron Maiden aman a su público y su público, amamos a Iron Maiden. Con ese sentimiento de reciprocidad, no pueden salir mal las cosas.
Histeria colectiva, y van cayendo «Speed of light», el primer clásico, «Children of the damned», en el que a Bruce, en uno de sus malabarismos con el pie de micro, este se le cae al suelo, dejando por momentos, la estrofa en un pasaje instrumental, pero da igual, ahí estaban nuestras gargantas para sustituir momentáneamente al vocalista. El set list es idéntico al de toda la gira, suenan, «Tears of a clown» y «The Red and the black», cuyo comienzo de bajo, me trae siempre a la memoria, al malogrado Cliff Burton. Otra de clásicos, mi adorado e imprescindible «The Trooper», y aquello se venia abajo. Bruce, con la Union Jack en ristre, y miles de gargantas en un épico canto de guerra. Como decía antes, dejan fuera multitud de clásicos que todos querríamos escuchar, y que ciertamente, hemos escuchado en una gira u otra. Dos de mis tres canciones favoritas de la banda, sonaron anoche, así que me siento afortunado. Le sigue «Powerslave»,y el delirio general va en aumento.
Siguen repasando su nuevo disco, un Dickinson muy activo, presenta «Death or glory», y luego tocan una apoteósica «The book of souls», todo un desafío llevarla al directo, pero que se terminó convirtiendo en una de mis favoritas de las que sonaron. Es complicado, mantener a la audiencia enganchada durante canciones de largo minutaje, pero allí, a esas alturas no se rendía nadie. El tramo final va de carrerilla, con las gargantas ya al máximo y el cuerpo bañado en sudor, la marea humana se mueve y canta al ritmo de «Hallowed be thy name» y «Fear of the dark» , cuyo estribillo es coreado una y otra vez por todo el estadio. Dicen que el heavy metal, es más que música, que es una forma de vida, algo que une y hermana, y cuando te ves, abrazado al tipo de al lado, cantando «Iron Maiden», alguien al que no has visto nunca y posiblemente, no volverás a ver en tu puta vida, sabes que has elegido bien, que estás en el bando correcto, que aquellos que un día decidieron que hacerse mayor, era olvidar la música, quizás deberían algún día hacer examen de conciencia, o tal vez no, que igual no son capaces de superarlo.
Llegan los bises, sale el mismo diablo, que seguro que se sentía a gusto en el infernal calor sevillano, mientras suena «The number of the beast». Tal vez «Blood brothers» no sea la canción más ideal para unos bises, pero Dickinson caldea el ambiente, nos mete en situación, y todos terminamos cantando su estribillo, como si no hubiese un mañana, antes de que «Wasted years», ponga fin a otra gran noche, a otra gran cita con Iron Maiden, para deleite de todos los que nos dimos cita. La gente se va marchando, solo se escuchan comentarios de admiración. Me cruzo con un chaval, joven, 14 o 15 años a lo más. A pesar de que están ya las luces encendidas, es incapaz de apartar la mirada del escenario. Le pregunto si es su primera vez, y sin poder articular palabra, con la cabeza me dice que si. Casi no puede evitar que las lagrimas inunden sus ojos pero a la vez, no puede dejar de sonreír. Esa es la prueba de que esto no está muerto, de que hay futuro, de que pase lo que pase, la llama seguirá siempre encendida.
UN PLACER LEERTE….UP THE IRONSSSSSSSSS
Me parece increible que ninguna crónica explique lo que pasó con la seguridad, gente de grada reventando los accesos a pista, gente de pista reventando la zona Black Circle y generando una avalancha ¡pagas 132 € y te echan a empujones de la zona que has pagado! Ha sido una estafa. Cada concierto de Maiden al que voy estoy más convencido de que será el último. Suelen ser un desastre de organización basado solo en los que somos, o éramos, incondicionales. No entiendo que Dickinson criticase una zona black circle que ya había visto el día anterior en Madrid y en la que no dijo nada y diese pié a que la gente la asaltase y que terminasen quitando las vallas. Por mi la puedes quitar, pero me devuelves la diferencia porque me has dejado en una entrada de pista normal… Ni LiveNation y Iron Maiden dicen nada al respecto y nos hemos quedado con cara de tontos por haber renunciado a otras cosas para tener un día especial y nos lo han jodido.
yo soy del fan club en primera fila y sin problemas si eres incondicional as lo mismo que yo,y cuando empieza el concierto dejan entrar al black circle para que no se vea un hueco grande vacio,lo hacen en todos los conciertos para ser un incondicional me parece que ha muy pocos conciertos de maiden as ido
Los accesos muy malos, me hicieron dar la vuelta a todo el estadio para llegar al mismo punto, pero por el otro lado. No había ninguna señalización.
Luego preguntando al personal de seguridad cuál era la puerta de acceso para la zona «Black circle», no tenían ni idea, y uno de ellos me mandó a la zona de entrada para la pista general. Finalmente di con uno que se fue dentro a preguntar y ya supo decirme por dónde tenía que entrar. Pero la horita que me pase danto tumbos bajo el sol no hay quien me la quite.
Una vez dentro, cuando empezó la actuación de los Maiden, la zona black circle fue invadida, una auténtica vergüenza que no hayan puesto un pasillo divisorio. Y yo pagué 130 euros para no estar tan apretujado. También podían haber sacado una manguera para refrescar un poco al publico.
Lo mejor, la memorable actuación del grupo y las dos púas que me llevé de recuerso.
yo dos muñequeras y dos baquetas
Totalmente de acuerdo con los comentarios anteriores, añadiendo algo más, me parece una vergüenza, además de un peligro para la seguridad de la gente, que el escenario estuviera tan cerca de la grada, la zona de pista no ocupaba ni la mitad del campo, por lo que la gente que tenía entrada de pista estaba hacinada como sardinas en lata, no pasó nada porque, a pesar de lo que todavía siguen diciendo algunos, los que vamos a estos conciertos somos gente cívica. No les costaba nada poner el escenario a mitad de campo para dejar huecos atrás para la gente que no les guste estar hacinada.
Respecto a los de seguridad, añadir que al salir preguntamos a varios guardas de seguridad si las puertas que dan al parking del estadio estaban abiertas o no, para salir por allí, y no supo decírnoslo. Qué menos que alguien que controla la entrada y salida de un recinto conozca qué puertas están abiertas y cuáles no, otro despropósito.
En cuanto a las barras, vuelvo a insistir en que entiendo la fama que tenemos los que vamos a este tipo de conciertos pero a ver si van desapareciendo ya esas ideas rancias porque allí había de todo, gente mayor, niños y, como mi pareja, mujeres embarazadas, las cuales no pueden beber cerveza con alcohol y algunas (como mi pareja) tampoco refrescos azucarados a causa de la diabetes (que también habría algún que otro diabético entre las 15000 personas que fueron, digo yo). Lo único que podía beber era agua, a 2€ el botellín (sin comentarios) y encima, al final del concierto, se había agotado, a ver si somos conscientes de que estamos en el mes de julio en Sevilla para prever el consumo de agua…. vaya lumbreras!
Por último, y esto es sólo un detalle que me hubiese gustado (y creo que a todo el mundo) es que no sé si alguien más se fijó pero la última canción terminó justo a las 12 menos dos minutos XP y hubiese sido un detalle inolvidable, por parte de la banda que hubieran tocado justo en ese momento el «Two minutes to midnight», se me ponen los pelos de punta sólo de pensarlo!
Larga vida al rock & roll!!!!
Antes de escribir algún artículo y sobre todo de música hay que tener conocimientos de musica o al menos documentarse.
En primer lugarz,El estadio olímpico no es el mejor lugar para conciertos porque la acustica es bastante mala pero por si para albergar a miles de personas.
Segundo,cualquier grupo o banda medio decente lo sensato y logico es que si tienen un nuevo disco es presentarlo e intercalando con el resto de antiguas canciones y tampoco hicieron nada nuevo de cuando los vi hace unos años ,su playlist y su puesta en escena no ha variado ah si copiar s los AC/DC la parte del vídeo que para que no notara mucho lo intercalaron y lo pusieron entre medio de las canciones,unos Iron maiden que ya no llenan estadios y su cantante tuvo una falta total de respecto hacia el país en el que está tocando ondeando la bandera británica, una vez mas han dejado claro de donde son,muy lamentable .
Iron Maiden nunca han llenado estadios en la península ibérica, pero este año han tocado ante casi 100000 personas en 5 conciertos en un tour mundial que posiblemente sea el más exitoso de su carrera. Pocas bandas de tan larga trayectoria pueden decir lo mismo.
Por cierto, ¿qué bandera en lugar de la británica deberían ondear en un tema sobre la batalla de Balaclava? Hay que leer e informarse más.
Esás en un error importante. Maiden sigue llenando estadios. Esta última gira es un buen ejemplo de ello. En este concierto en sevilla igual no, pero si en todos o la mayoría de los conciertos que dieron en latinoamérica y diversas zonas de Europa. Incluso en EEUU agotaron entradas en recintos como el Madison Square Garden y similares.
Un dato, en los registros publicados se habla de un 95% de las entradas vendidas a lo largo de toda la gira, habiendo tocado ante una media de 25.000 espectadores por concierto.
La gira ha sido un éxito en términos generales, tanto en cuanto a calidad como en cuanto a audiencia. Así q si vamos a hilar fino, hagámoslo del todo.