Amigos y amigas, hermanos y hermanas, os invito a subir a todos al Delorean, que toca historieta de aquellos maravillosos años. Evidentemente, no fue en el 80, ahí solo tenia 8 años, pero si en el 85. En esa época iba a todos lados con los walkman puestos. Además nos habíamos mudado de casa, y fuimos a vivir bastante lejos del colegio donde estudiaba en esos días. Estaba en 7º de E.G.B., y hacia mis primeros pinitos con el hard rock y el heavy metal. Iba y venia todos los días andando al colegio, unos 20 minutos más o menos, porque ya no me apetecía que me llevasen. Cogía la mochila, el walkman y a caminar escuchando música, y alucinando con cada desgastada cinta de cassette, que introducía en aquel viejo Sony.
Recuerdo la primera vez que escuché a Michael Schenker, creo que la gente por la calle debió de percibir mi cara de sorpresa. Aun tengo vivo en mis recuerdos, cuando sonó por primera vez «Into the arena», aquella guitarra parecía tener voz propia, juraría que la escuchaba cantar la melodía que salia de sus cuerdas. Fue terminar de sonar la canción, y decidí que tenia que aprender a tocar la guitarra, que se convertía en una necesidad vital. Volví a poner la canción, y cuando la escuché por segunda vez, supe que debía desistir de ser guitarrista, porque jamás seria capaz de acercarme ni por asomo a lo que era capaz de sacar de su Flying V Gibson aquel guitarrista alemán.
Desde aquel día, Michael Schenker se convirtió en mi guitarrista preferido (puesto que poco mas tarde compartiría con Rory Gallagher), y su música comenzó a surgir a mi alrededor. Aquella misma tarde, me pille el «Rock will never die» en vinilo. Mas tarde fueron llegando el resto de discos de M.S.G. y caí rendido ya sin remisión, cuando le escuché tocar con U.F.O., no había marcha atrás, la música crea vínculos, doy fe de ello. A pesar de que mi disco favorito de M.S.G. sigue siendo «Assault Attack», a este debut, con el que le conocí, le guardo muchísimo cariño, además de que es un grandísimo disco, otra prueba palpable, de lo grande que fue para el hard rock, los años que transcurrieron del 79 al 85.
Como dije, Michael tocó el cielo junto a Graham Bonnet, pero a pesar de todo, para mi, Gary Barden, siempre ha sido el vocalista de M.S.G. Para este disco, el rubio alemán, se rodeo de una banda de lujo, músicos curtidos en mil y una batallas. Junto a Schenker y Barden, Simon Philips a la batería y Mo Foster al bajo, provenientes ambos del Jeff Beck Group y Don Airey a las teclas, bajo la producción de Roger Glover, dando salida a un artefacto de puro hard rock, de los que deberían de ser asignatura obligatoria en todos los colegios del mundo, cuando se habla de música.
El disco se abre con ese cañonazo llamado «Armed and ready», donde el riff de guitarra de Michael ya deja ver que esto es de otro mundo. Y esos teclados de Don Airey, que sin cobrar protagonismo dejan clara su presencia como imprescindible. Por no hablar del solo, genial. «Cry for the nations» es otro clásico, no solo de la banda, del hard rock en general. Ese inicio de teclados, que da paso a la Gibson de Schenker llevándote a tocar el cielo, con ese riff ultra poderoso, y un Gary Barden, que sin ser una garganta prodigiosa, es el complemento perfecto para este derroche de hard rock clásico, donde se dan la mano, la obligatoria influencia de U.F.O., y también un regustillo a Scorpions en algún que otro detalle, que quizás pase mas inadvertido.
Que grandisimo tema es «Victims of illusion», donde me encanta la labor de Barden, que forma de cantar la canción, la cantidad de melodía que le pone. Michael Schenker es un gran guitarrista, no solo técnicamente, también con un gusto y una sensibilidad enorme al tocar, como demuestra esa belleza llamada «Bijou Pleassurette», donde deja constancia de todo ello. Es imposible no hablar de un bateria como Simon Philips, y de como toca este tío. Solo hay que escuchar la batería de «Feels like a good thing», otro pedazo de tema, con riff buenisimo y una base rítmica de la vieja escuela, que te deja k.o, a primer asalto.
¿Que decir de «Into the arena»?, unió mi destino a la música de Schenker de por vida, y sigue siendo mi canción instrumental favorita de todos los tiempos. Esa guitarra parece cantar, cobra vida propia a la vez que se pierde en las melodías que salen de la cabeza y dedos del alemán. Impresionante. «Looking out from nowhere» siempre me pareció muy U.F.O., lo que de por si, ya es necesariamente bueno. Tiene un rollo buenisimo en la forma de cantar de Barden y por supuesto, ese puto hacha loco que es Schenker. Sensibilidad en forma de canción es lo que viene de la mano de «Tales of mistery», preciosa balada, con un gran solo de Schenker -vale, eso es tónica general en todo el disco-.
Cierra este debut, otro clásico de la banda, «Lost horizon», pura demostración de que en aquellos tiempos, la calidad y el ir mas allá, era el día a día de las bandas. Siete minutos épicos, donde mas se nota la mano de Roger Glover tras los controles, porque tiene ese aire que sabían dar los Purple a este tipo de temas. Una gran forma de acabar esta joya. Luego Michael cambiaría la formación para embarcarse en la gira, menos a Barden, pero eso es arena de otro costal. Un gran disco, que tenia que recuperar, como tengo que hacer con tantos de aquellos años, que escribieron una época dorada, antes de que el hard rock se convirtiese en el rey del cotarro. God save Michael.
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