Tercer y último día del Slap! Los compromisos familiares me hicieron imposible acudir antes para asistir a la actuación de Underdogs. Bajo un sol de justicia y una temperatura que rondaba los cuarenta grados, entro al Slap! sobre las 7 de la tarde con la idea de disfrutar del esperado directo de King Solomon Hicks.
Como ya ocurrió el año pasado, el Slap! se reserva una actuación sobresaliente para el domingo por la tarde. El año pasado fue James Carter y este año ha sido King Solomon Hicks el encargado de encandilarnos con su música. Con apenas 20 años, el neoyorkino está considerado un joven prodigio de las seis cuerdas. Su música bebe del blues de maestros como Johnny Lee Hooker, Stevie Ray Vaughan o Chuck Berry. Ahí es nada. Acompañado por un asombroso trío de batería, bajo y órgano, King Solomon Hicks se dejó literalmente la piel y el sudor en el escenario. El tipo sudó de lo lindo pero no dejó que el calor le amedrentara. Siempre sonriente ejecutó magistralmente un repertorio lleno de pasión y momentos memorables. Sinceramente, es una gozada poder asistir a un concierto de este nivel en un entorno así de cercano.
En la portentosa versión de Johnny Be goode Hicks desató la histeria colectiva cuando caminó entre los asistentes mientras tocaba con su guitarra colocada en la nuca e incluso se sentó en una silla entre el respetable. Entre toallas y cuerpos en bañador, Hicks pretendió dar por finalizada su actuación. Pero no fue así. El público asistente quedó tan entusiasmado que pedía insistentemente que la fiesta no acabara, Hicks pidió permiso a la organización y a The magnetophones (que tocaban acto seguido) para interpretar un tema más. Permiso concedido, no faltaría más, maestro. Y Hicks puso broche final a su alucinante actuación prometiendo volver el año que viene si el publico lo pedía a gritos mientras él lo grababa con su móvil. Así lo hicimos. Hicks es el vivo ejemplo de que la música de raíces no está reñida con las nuevas tecnologías. No sabemos si Hicks cumplirá su palabra, pero nosotros lo esperaremos con los brazos abiertos.
Tras el huracán de King Solomon Hicks les tocó el turno y el honor de cerrar las actuaciones del Slap! a The Magnetophones. Estaba difícil (imposible más bien) mantener el nivel pero los zaragozanos lo dieron todo y salieron del envite con buena nota. A pesar de que no soy fan del reggae ni del Ska, su actuación me resultó muy agradable y divertida. La gente seguía con ganas de fiesta y bailó a gusto con los ritmos de los zaragozanos. Incluso parecía que la lluvia iba a hacer acto de presencia para refrescar el ambiente, pero sólo fue un amago en forma de débiles gotas.
¿Balance del Slap! de 2016? Muy positivo. El Slap! ha mejorado en casi todos los aspectos y se consolida como una opción muy válida a tener en cuenta si uno busca buena música sin aglomeraciones ni agobios. En cuanto a las actuaciones, me quedo con The JB’s y King Solomon Hicks. También debo destacar a Pony Bravo, para mí la revelación del festival, y Guadalupe plata.
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