En estos días que acaba de salir el nuevo disco de Jayhawks y que ha dividido a muchos de sus fans en dos bandos, por una parte los que encuentran que es otra obra maestra, y por otra, lo que opinan que el disco está bien pero no para tirar cohetes, sin duda es una buena excusa para rescatar el que fuera primer trabajo de Wilco, un disco marcado por un ostracismo incomprensible.
Sinceramente este trabajo es el que realmente me gusta de la banda de Chicago. Sus aventuras inmersas en la búsqueda de sonidos me repelen cada vez más, a la inversa de Radiohead y My Morning Jacquet que me gustan cada vez más sus experimentos sónicos. Ya sé que se van a echar al cuello más de uno, que si esto o que si lo otro. Prefiero el estilo country de Uncle Tupelo, que siguió su curso con A.M. es evidente, al igual que los dos trabajos de Jeff junto Billy Bragg con los temas compuestos en la última etapa de la vida de Woody Guthrie. Aquellos Mermaid Avenue son canela en rama, aunque me hubiese gustado que aquel proyecto cayera en manos de Dylan o Steve Earle la verdad sea dicha. Además tanto Jeff como Bill quedaron muy mal entre ellos, ya que terminaron peleando tanto por las royaltys como por las mezclas del disco , entre otras cosas.
Que quede claro que Wilco sigue estando en mis estanterías y no me falta un disco de su discografía. Soy partidario de renovarse y aventurarse en nuevas aventuras y nuevos sonidos. Pero con Wilco me pasó lo que me pasaría con los Stones o los Black Crowes, y es que el cambio tan brusco de orientación compositiva me costó lo suyo y me hizo perder interés en la banda. Por ello hoy quiero reivindicar un disco como A.M. El que fuera primer trabajo de Wilco, fue publicado el 28 de marzo de 1995. Un disco que apareció casi inmediatamente tras la separación de Uncle Tupelo, y que competió de cierta manera con la primera obra de Son Volt, el grupo del cantante de Uncle Tupelo; Jay Farrar. Ustedes opinaran cuál de los dos primerizos trabajos fue el mejor; si A.M. o Trace.
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A.M., fue calificado como un fracaso por los propios miembros del grupo cosa que aún no me explico. Supongo que Tweedy ya tendría en mente las ideas para bifurcar hacia un terreno más experimental y vanguardista. El inicio con “It’s Must Be High” es la perfecta fusión de The Byrds con los Jayhawks más líricos, armonías con brío, guitarras que tocan el cielo. “Casino Queen” no la renegaría ni el mismísimo Dan Baird, con ese aire Stones de la época Some Girls.
“Box Full of Letters” bebe tanto de Big Star como del Petty mas pop. Y el disco va transcurriendo con un repertorio de temas que no baja el nivel. Esa guitarra digna hija de Neil Young en “Shouldn’t Be Ashamed”, no puede disgustar a ningún amante de rock, como “It’s Just That Simple” escrita y cantada por John Stirratt, que contiene una vez más unas magníficas guitarras dando otro enfoque a lo que pudiera ser Wilco sin Tweedy en las voces. Tanto “Dash 7”,”Blue Eyed Soul” y “Should’ve Been In Love” son el lado romántico de la banda, la típica balada alt-country o country rock como quieran llamarlo, pero efectuado con arte.
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“Passenger Side” es puro legado del estilo que originó Gram Parsons y que tantos hijos putativos ha tenido a lo largo de los años. Pero bien pocos han sabido seguir con carácter y elegancia. Para muchos Summerteeth se supone que es su mejor álbum, para otros fue el transgresor e innovador Yankee Hotel Foxtrot o el que sea. Pero el pecado de A.M. es el mismo que Pablo Honey de Radiohead: ser unos magníficos discos de debut que no tienen nada que ver con lo que vendrá después.
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