Cambiamos de tercio y de estilo como si mudásemos la piel a la hora de continuar descubriéndoos grupos y formaciones que tienen muy poco futuro en el ‘mainstream’ pero que son puro fuego en el ‘underground’. Aunque os pueda parecer que me estoy quedando con vosotros, los ‘stoner/doomers’ Yidhra son una sensación en la costa Oeste yankee y un caso parecido (por el desconocimiento, no por el estilo musical je, je), pero en Canadá, es lo que ocurre con los protagonistas de hoy, los punk’n’rollers de Montreal, The Von Rebels que hoy van a cubrir de aceite de motor, revoluciones y velocidad Pupilandia.
Ya era hora de tener a una banda de las que más me gusta poner por aquí, es decir, una formación que ame por encima de todo el rock’n’roll más enérgico, implacable y furioso y que no muera en el intento mimetizando y plagiando sin gracia a los de siempre.
El Capitain Poon ya los puso hace dos semanas en su «El Behringer del Capi» y, por una jodida vez, me adelanté a sus propuestas (je, je, je) habiendo hecho los deberes antes de descubrírselos él a su fiel audiencia. Los The Von Rebels han venido para exterminar todo lo que se ponga en su camino a fuerza de guitarrazos, mala hostia y ‘mala reputación’…
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Formados en el más absoluto de los ‘undergrounds’ y en los clubs más diminutos e infectos de la ciudad canadiense por Chris Von Danger (guitar, vocals), Davey Rawk-It (guitar, vocals), Eric Bhell (bass, vocals) y Mike-E, que alguien me corrija si me equivoco pero mi info me dice que cuentan con tan sólo un E.P., Too Damn Loud, editado en 2014/15 que les da a conocer inesperadamente en más sitios de los que ellos esperaban en un principio porque no sólo lo rompen en Canadá, sino que en la tierra de las estrellas y las barras se granjean un nombre muy rápido y en tiempo récord saltan el charco realizando giras en Inglaterra y Europa que curten su sonido y propuesta para parir su flamante primer álbum que hoy os vengo a traer aquí, el intratable Killing Machine (2016).
Fanáticos de Motörhead y de sus alumnos más aventajados englobados en el speed rock’n’roll como Zeke, Peter Pan Speedrock, Chuck Norris Experiment y el rock’n’roll más sucio y alcoholizado de Nashville Pussy y Supersuckers, podéis haceros una idea perfecta de la urgencia en su sonido y del olor a aceite gastado de bujía y velocidad asesina que desprenden su actitud y sus letras.
El disco se te pasa en un tiro, es sangrante, rabioso, ardiente y enfurecido aunque tiene punteos que enganchan mucho y se te clavan en la cabeza como el inicial «Kill It» y el tema-título «Killing Machine» con esa ‘intro’ de aquel descojonante «El Sargento de Hierro» de Clint Eastwood. Los temas se suceden sin respiro, te tienen bien agarrado de las pelotas caso de rock’n’rolero «C’Mon», la sangre de Lemmy en «Going Postal», el cachondísimo «The Underground», el guiño a Blayne y Ruyter de los Pussy en «Borrowed Time» y el brutalmente rockero «Too Damn Loud» que junto con «Kill It» son mis favoritos. Bufff!… Lo cierto es que todos los temas son disfrutables al 200% a pesar de en ciertos momentos haya riffs y punteos parecidos caso del primero y el último corte, «Dressed To Kill», y en algún momento puntual entre medias en donde se plantean guitarrazos practicamente idénticos. A pesar de ello, nada que objetar, ‘no problemo babies!!!’
A destacar también la versión que se curran del mítico «Nice Boys» que no supera la de los Guns ni la de los Pussy pero es una aceptable cover en clave speed rock’n’roll.
Me despido con uno de los pocos ‘respiros’ que tiene este tremendo artefacto sónico, el cadencioso y chulazo «Kicking Out The Devil» que deja caer un poco de ‘death punk’ a la Turbonegro y que defienden así de bien en directo…
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