Vamos a cerrar el círculo de la última oleada Stoner con otra banda veterana en esto del ‘Desert Rock’, los Space Probe Taurus que, al contrario que los establecidos y reconocidos Karma To Burn, no han tenido nada de suerte en el show business musical pero que se han mantenido en el más oscuro de los ‘undergrounds’ resistiendo los envites de la Industria y adaptándose a las circunstancias. Una banda ‘looser’ de todas todas, pero con una capacidad de resistencia admirable y portando la máxima ‘do it yourself’ desde sus inicios.
Ponte a la ‘Reina Scorpio’ y vete poniendo cómodo (aunque no te relajes demasiado)…
La banda de Karlstad nace ni más ni menos que ¡¡¡en 1992!!! teniendo como núcleo fundador al trío formado por Sjöberg (bass, vocals), Boder (guitar) y Sundler (drums) y llamádose Snake Machine al amparo principalmente del sonido Monster Magnet y Mudhoney. Lanzan ‘demos’ sin demasiada suerte. La década de los 90’s sigue su curso y se hacen con los servicios de un tal Endberg (bass, vocals) que a la postre acabaría convirtiéndose en una pieza fundamental en Snake Machine ya que hace virar el sucio garage rock facturado por la banda hacia sonidos 70’s enfocándose también en el ‘Space Rock’.
Endberg abandona el barco en el ’97 y la banda toma una nueva dirección, incluso se cambia el nombre al actual ‘Space Probe Taurus’ dejándose llevar por el incipiente ‘high energy rock’n’roll’ escandinavo aunque sin perder ni un ápice de ese ‘acid fuzz rock’ que tanto les caracteriza. Siguen lanzando ‘demos’ y siguen sin nada de suerte. Llega el nuevo milenio y ellos a los suyo, más ‘demos’, más conciertos, colaboraciones en recopilatorios y…¡¡su primer E.P.!! Insect City (2000). Pero no es hasta 2008 y con tropecientas miles de ‘demos’ entre medias que lanzan su primer disco en condiciones, Space Probe Taurus (2008) que, al menos en mi opinión, debería de haberles colocado a un nivel muchísimo más alto de lo que consiguieron pues es un disco tremendísimo y con un nivelazo exportable a Europa, al Mundo y a todo el Universo. Mala suerte de nuevo.
Casi ocho años después (con Edberg de nuevo en el barco) y con la banda más que nunca decidida a continuar su carrera pase lo que pase, sacaron a finales de 2015 su flamante segundo álbum, Mondo Satan (2015) que vuelve a incidir en la máximas de su sonido, ese que los hace tan particulares y reconocibles, es decir, una banda que gusta de utilizar una piel claramente ‘Stoner’, abusando gozosamente del ‘Fuzz’ pero con un alma y un corazón a medio camino entre el garage y el ‘high energy rock’n’roll’ más excesivo. Logicamente, sus influencias no han variado y siguen amando por igual a The Stooges, Monster Magnet, MC5, Mudhoney, Blue Cheer, así como a los Hellacopters, Hives, etc,…
Mondo Satan es acojonante, de principio a fin, una montaña rusa de riffs atronadores, suciedad garagera y energía ‘action rock’ desenfrenada. Parte de esa energía la aporta Sjöberg con esa interpretación tan cruda pero tan pegadiza que anda siempre a medio camino entre aquel desenfrenado Mark Arm (Mudhoney) y Alessio King Mastino (King Mastino). Destacaría, por citar su faceta más caliente y cabreada, el inicial «Scorpio Queen», «Spahn Ranch Motherfucker», «Superfuzzed» y el claro homenaje a Iggy Pop en un track jodidamente desértico como «La Iguana». Hablando de Iggy, aquí cuentan con su particular homenaje al sonido Stooges en «Make Me Bleed» y, como no, una de las influencias que nunca debe de faltar en un disco de los suecos, Wyndorf y sus Monster Magnet que se muestran omnipresentes en todo el trabajo pero que asoman más en «Galaxy Traveli’ Blues» y «The Righteous One». ¡Qué gozada chico!…
Lo apuntado, un disco super-.recomendable, ‘stoner hard rock’ cachondo, crudo, con un ‘groove’ irresistible y…con mucha cerveza y psicotrópicos de por medio…
Por cierto, ¡se olvidaba!, la banda parece estar en un punto creativo muy interesante y ya avisan que tienen casi 20 ‘demos’ de nuevos temas que esperemos muy pronto pulan para ofrecérnosla en una, esperemos, que pronta tercera entrega.
...’and now the news’…
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