Vayamos por partes: ¿Qué demonios es Batman v. Superman? ¿Es una secuela de El hombre de acero o un forzado cruce entre personajes de la editorial DC? Pues ambas cosas y ninguna de las dos.
Estamos en tiempos confusos en lo que todo cambia a velocidad vertiginosa y se hacen remakes y reboots de películas que no tienen ni una década. Ahora toca reiniciar una nueva franquicia basada el gran grupo de super héroes de DC. Batman v. Superman es el nacimiento de La liga de la justicia, de ahí el sobrenombre de El amanecer de la justicia. Más que una secuela (que también) yo entiendo este blockbuster como una película de transición para irnos presentando al grupo más grande de DC. Si Marvel (o, mejor dicho, Disney) tiene a Los Vengadores, DC va a tener sus películas de La liga de la justicia.
Otra cosa es el tono que ambas compañías han decidido dotar a sus productos. Marvel se inclina en sus películas por la diversión sin freno, apostando cada vez más por la ironía y el humor (parece que la cosa se va a poner algo más seria con Captain America: Civil War). Por su lado, parece que DC apuesta por la épica y los grandes dilemas morales. Ambas propuestas me parecen respetables pero, por ahora y si exceptuamos el Batman de Nolan, gana por goleada Marvel. Marvel siempre ha entendido sus cómics (y ahora sus películas) como mero entretenimiento para niños y adolescentes (y frikis como yo que crecimos leyendo sus aventuras), adaptándose a los nuevos tiempos a lo largo de toda su existencia. Sin ir más lejos, Spider-man vivió en su campus las revueltas estudiantiles de los años 60 y en los 70 surgieron super héroes negros como Pantera Negra o Luke Cage, etc.
DC, por su parte, se adaptó a los tiempos buscando un enfoque algo más adulto, más complejo. Autores como Alan Moore o Frank Miller llevaron sus personajes a extremos insospechados. Sin ir más lejos, el Batman de Frank Miller de El regreso del caballero oscuro (obra cumbre del cómic universal) ha servido de inspiración para esta película en más de un sentido. A su vez, fue el gran Alan Moore quien más profundizó en las consecuencias de la existencia de unos seres super poderosos entre nosotros y sus relaciones con el poder (Watchmen, Miracleman, V de Vendetta), algo de lo que también bebe la película que nos ocupa. El director Zack Snyder no es ajeno al trabajo de estos dos guionistas que revolucionaron en noveno arte, adaptó 300 de Miller y Watchmen de Alan Moore con resultados bastante aceptables.
Centrándonos en Batman V. Superman, me gustó la primera parte del film. Tenemos dos héroes totalmente opuestos. Batman es un simple mortal traumatizado frente a un Superman inmaculado al que erigen monumentos en su honor como si fuera un dios. Pero, como siempre, en los matices está lo interesante. Superman empieza a ser cuestionado y el Estado (el verdadero enemigo) deberá poner coto a las acciones de tan poderoso personaje (algo que también pasa en Civil War). Desde luego, Batman me parece mucho más interesante que Superman. Ben Affleck sigue siendo un actor penoso y su Bruce Wayne no es nada del otro mundo, su interpretación mejora cuando se pone la máscara. Tampoco me convenció el Alfred de Jeremy Irons, la verdad, prefiero de lejos el de Michael Caine, aquí Alfred parece un ingeniero más que un mayordomo. En general y como era de esperar, este Batman deja bastante que desear frente al de Nolan.
Tampoco Superman mejora respecto a anteriores encarnaciones. El guapo de Henry Cavill no me parece ninguna maravilla. El dilema moral de Superman no se refleja en un actor que a lo más que llega es a fruncir el ceño. Del lado de Superman, la mejor es la Lois Lane de Amy Adams, una heroína moderna, una mujer de armas tomar. ¿Y qué decir el villano de la función? Pues que el Lex Luthor de Jesse Eisenberg oscila entre lo ridículo y lo insoportable. El tipo lo hace bien pero sus frases de diálogo son ciertamente irritantes. Estamos ante un villano al que deseamos que muera únicamente para que se calle.
No es esta una película que rebose ironía ni humor, como ya hemos dicho, DC aboga por un enfoque más serio del tema de super héroe a la vez que se saca de la manga unos monstruos gigantes que amenazan con destruir nuestra civilización. Un sinsentido. El guión muestra ciertos temas que a mí me parecen muy interesantes (la religión, la responsabilidad, la violencia, el terrorismo, el control del estado, el desprecio por la democracia inherente a todo super héroe) aunque al final todo se reduce a escenas de destrucción sin ton ni son. No estamos ante un film para niños, no contiene reflexiones sesudas sobre todos esos temas pero sí los expone. Sin ir más lejos, lo mejor del film es la visión de un futuro distópico en el que Batman lidera la resistencia contra un Superman dictador que comanda un ejercito de inequívoca estética nazi. El enfrentamiento entre un simple mortal y un dios nos recuerda a los mitos de Prometeo e Ícaro, como bien nos recuerda el repelente personaje de Lex Luthor, y va mucho más allá del mero entretenimiento. ¿Debemos acabar con los dioses para suplantar su lugar? No son pocos los aciertos que el film plantea aunque no los desarrolle demasiado, había que dejar tiempo para las escenas de destrucción.
También el guión nos introduce a Wonder Woman, personaje cuya traslación a la gran pantalla me daba mucho miedo. Ese traje con esos colores, ese escudo y ese lazo dorado suyo podían quedar terrible en pantalla. Por suerte, la cosa no queda tan mal como uno temía. Gal Gadot no es una gran actriz pero en esos trajes tan escotados queda bien en pantalla (es un mero florero). En contra de lo previsto, cuando se viste de Wonder Woman no resulta patética gracias a que le han cambiado los colores al traje (todo un acierto). De todas maneras, Wonder woman me parece de lo más flojo del film. Habra que ver cómo resuelven la apariencia del resto de personajes de La liga de la Justicia, algo ya nos muestran y, la verdad, me genera cierta inquietud.
A pesar de tener unos personajes un tanto endebles respecto a anteriores reencarnaciones, el film funciona. Se hace ameno a pesar de un ritmo irregular y ciertos parones narrativos a base de flashbacks, pesadillas y premoniciones con las habituales imágenes a cámara lenta que tanto le gustan a Zack Snyder. Por suerte para nosotros, el temido enfrentamiento entre ambos protagonistas está bien plasmado. Lamentablemente, la cosa acaba en una previsible orgía de efectos especiales y destrucción masiva que hace que el film pierda enteros. Al menos, Snyder demuestra que se maneja como muy pocos en este cine de acción y dota a sus imágenes del ritmo y la épica necesarias. Esta parte final es puro cine de catástrofes moderno a base de efectos digitales. Está bien rodada, se entienden las peleas y no marea (que ya es mucho hoy en día). Sin embargo me pareció un poco simplón lo de sacarse una nueva amenaza de la manga para que destruya todo lo que se le ponga por delante. Snyder no se queda en el mero espectáculo y nos ofrece una conclusión y un epílogo de lo más acertados, devolviendo al film parte de la dignidad perdida en la orgía de destrucción previa.
Cabe destacar que la partitura escrita a cuatro manos entre el gran Hans Zimmer y Junkie XL empieza a mostrar signos de agotamiento. Dice Zimmer que ésta es su última banda sonora para super héroes, que ya le cuesta encontrar algo nuevo que contar, estoy totalmente de acuerdo. De esta banda sonora lo más destacable me parece el tema de Wonder Woman: Is she with you?
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Resumiendo, bajo esa apariencia de cine de entretenimiento tenemos un film con algo más de complejidad de lo habitual en el cine de super héroes. Lástima que acabe decantándose por el vacío espectáculo de monstruos destruyendo ciudades enteras. Podía haber sido algo mejor, sin duda, pero también mucho peor.
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