michael-schenker-tourRecuerdo haber ido a ver a Michael Schenker en Sevilla, hace años, con algo de miedo en el cuerpo por lo que me contaban de conciertos anteriores. Y es que el pequeño de los Schenker siempre fue un poco personaje (recomiendo encarecidamente leer las vivencias de nuestro querido Sherpa con el rubio guitarrista) y uno puede esperarse cualquier cosa. Con eso y todo, recuerdo muy gratamente aquel concierto, con una MSG muy clásica (Gary Barden, Chris Slade, Chris Glen) y muy buena selección de temas. Tanto que ahora iba con mejor precedente y con una nueva banda también muy atractiva, a saber: dos Scorpions legendarios como Francis Buchholz y Herman “ze German” Rarebell, el ya conocido en la MSG Wayne Findlay y otro viejo guerrero como es el escocés Doogie White (Rainbow, Tank…). Las perspectivas no podían ser mejores.

Con eso y todo, no empezamos muy bien precisamente. Me dicen explícitamente que vaya una hora antes el Islington Assembly Hall londinense para recoger la entrada y acabo guardando cola durante, efectivamente, una hora, aguantando el frío gélido que recorría Holloway Road. Una vez dentro, habría que esperar algo más de una hora para ver sonar a los teloneros Venrez, que también dejarían un tiempo más que considerable hasta que saliera Michael Schenker… todo son tardanzas y al final solo puede desembocar en prisas y perjuicio para el espectador, pero qué sabré yo…

Como decía hace unas líneas, fueron los angelinos Venrez los encargados de calentar la sala. Auténticos trotamundos de la música, sin duda, con miembros que han estado en formaciones tan dispares como Juliette and the Licks y Billy Ray Cyrus. Debo decir que me sonaron quizás algo densos, quizás por esperarme algo más cercano al cabeza de cartel, pero no estuvieron nada mal. Alguno comentó que sonaban algo parecido a unos Alice in Chains y razón no le faltaba.

Una vez terminada la actuación de Venrez, fui amenizando la espera hasta que Michael Schenker invadiera el schenker2escenario a base de escuchar a los veteranos del lugar contando historias de mili rockera, que si Schenker en el 87, que si Rainbow un par de años antes… eso os puede dar una idea del público que había, en su mayoría gente muy talludita ya, con la excepción de notas exóticas como un círculo de groupies que pululaba por ahí y unos japoneses con pinta de ir siguiendo la gira y que luchaban por conseguir una púa o baqueta con furia kamikaze. El rumor de las “batallitas” fue apagándose a la par que las luces, momento en el que un Highway to Hell, coreado por el respetable, sirvió como preludio a la toma del escenario. Schenker no tardó ni un segundo en saltar al frente con una energía más propia de un chaval de 6 años, cosa que ya parecía un buen síntoma, tanto como empezar el show con Doctor, Doctor. Así, sin anestesia. El tema que dejó para los bises en Sevilla, como haría cualquier otro grupo, aquí fue el brutal comienzo, y tanto que ya estábamos todos en el bolsillo de Schenker. Aquí es menester no esperar más para alabar la labor de Doogie White, que estuvo más que a la altura, pese que quizás en algunos temas se tuvo que ver forzado a chillar un poco, pero cumplió como un campeón y, los temas de UFO, le sentaban como un guante. Sí, “los temas de UFO”, pues fueron la tónica dominante del show, ya no solo porque no tardaran en sacarse de la chistera Lights Out y Natural Thing, el propio White ya anunció que íbamos a escuchar muchos clásicos y, sí, algún tema nuevo. Traducido: esporádicas apariciones de temas nuevos, como Before The Devil Knows You’re Dead o algunos muy recientes como Where The Wild Wind Blows o Vigilante Man, que también sonaron estupendos.

schenker1Mientras tanto, tampoco podemos dejar de cantar las virtudes del resto de la banda, como Wayne Findley, eficaz como siempre, pero a título personal debo decir que no me gusta el timbre de su guitarra, un modelo signature que, por otra parte, es fea como el escaparate de una ortopedia.  Por otra parte, loas y alabanzas para Francis Buchholz, que estuvo de lo más entregado, y Herman Rarebell, un auténtico metrónomo humano. Y, ya que hablamos de los Scorpions, ya os podéis imaginar cómo recibimos todos tal salva de clásicos de los germanos como Lovedrive, la instrumental Coast to Coast y, por supuesto, una celebradísima Rock You Like A Hurricane. Desconozco si el público más exigente considerará una maniobra tramposa tanto tirar de clásicos pero creo que la mayoría de los que estuvimos, incluyendo un servidor, lo aplaudimos mucho. De acuerdo, no se puede tener todo y quizás habría echado en falta más temas de MSG: No hubo Armed and Ready, On and On, Let The Sleeping Dogs Lie… en su lugar un Victim of Illusion que sonó muy bien.

Es posible que haya obviado un poco al que firmaba el evento, pero francamente poco se puede decir que haga justicia a Herr Schenker. Si antes comentaba la energía con la que salió al escenario, hay que añadir que no solo dejó que decayera sino que mantuvo la bandera bien alta y, los que esperábamos ver al Schenker guitar hero, creo que salimos más que contentos con cada riff, cada melodía, cada línea… siempre he admirado de Schenker esa habilidad para ejecutar unos solos impecablemente técnicos pero tan melódicos que se pueden cantar y, en definitiva, con un toque personal que da gusto ver cómo sigue presente, máxime cuando se trata de rescatar los temas más clásico. Dicho esto, la vuelta a UFO era inevitable y era cuestión de tiempo que tocaran Too Hot To Handle y acabar la fiesta con Rock Bottom, pero la cosa no acababa ahí, pues ni siquiera fueron a los camerinos antes de los bises (decían que hacía mucho frío en el pasillo) y, volviendo a coger los instrumentos, cargaron con Attack Of The Mad Axeman (¡Bien!) y, con gran acierto, la arácnida Blackout.

Muchos aplausos, expectativas bien cumplidas y un gran sabor de boca es lo que nos llevamos del Islington Assembly Hall, convertido en un peculiar templo del Rock. El alto preste Schenker, desde luego, se lleva tantas bendiciones como repartió. No sé si pasarán tantos años hasta que lo vuelva a ver o incluso si lo volveré a ver, pero si dice de volver a la carga, seguiremos armados y preparados, a la espera del próximo asalto nuclear del Mad Axeman.

 

by: Lolo Garcia

by: Lolo Garcia

Rory Gallagher se me apareció y me dijo que yo sería una estrella del rock pero, por desgracia, solo lo escuché yo y ahora nadie me cree. Mientras espero a que llegue "mi gran momento", paso mis días en Londres, donde me dedico a la localización y traducción de videojuegos mientras sigo engalanando mis riffs y metiéndome en vena libros, cómics, películas, series y mucha, mucha música.

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