Es difícil levantarse con una noticia de tal calibre, la muerte de uno de tus héroes. El hombre que vino de las estrellas se ha ido para siempre dejando tras de sí un último trabajo.
David Bowie ha muerto, y cuando un músico ha acompañado musicalmente tu vida, algo se muere en ti con su perdida. Lloro como si fuese un amigo de toda la vida que se fue; su música me acompañó desde el instituto, en fiestas, en momentos de alegría. “El rey del Glam”; el hombre de las mil caras estaba en boca de todos estos últimos días con la celebración de su cumpleaños y el lanzamiento de uno de sus trabajos más oscuros; Blackstar, del que hace unos días os hablé en esta misma casa.
Ahora cobran aún más sentido esos vídeos y la profundidad de su disco; sabía que le quedaba poco tiempo y quiso decirlo a sus admiradores de la mejor manera: con un último trabajo. Nada nos hacía pensar en este fatal desenlace, pero ahora es cuando conseguimos dar claridad a esa aura oscura que acompaña el que ha acabado siendo su último legado. Adiños David, adiós a The Thin White Duke. Lloro tu pérdida, amigo.
0 comentarios