Praying Mantis. Gran nombre y enormes portadas, pero lo mejor está en su contenido. Y cuidado: es un pecado para todos los amantes del hard rock no haber escuchado este disco.
La historia de la banda empieza como la de muchas otras, a mediados de los 70, y con dos hermanos como protagonistas: Chris Troy, voz y guitarra y Tino al bajo, ambos de madre española. Los Praying Mantis también siguen al pie de la letra la difícil tarea de mantener unida a toda una banda y su déspota manera de conducir las riendas de su nave. Verán pasar una infinidad de músicos, algunos de ellos luminarios de la talla, de la talla de Gary Barden, Dennis Straton, Paul Di’Anno, Clive Burr, John Sloman, Bruce Bisland, etc.
El grupo se encuentra cercano a la filosofía de los Maiden, no sólo por haber contado con tres ex- Maiden, y por tener portadas oníricamente inquietantes. También sus comienzos seguían vías paralelas: compartieron escenarios y cervezas, pero no el éxito. Posiblemente, al facturar un hard rock tan pegadizo, no acabaron de gustar.
La NWOBHM estaba en pleno auge y salían bandas por doquier. Era difícil separar el grano de la paja, y Praying Mantis tuvieron la mala suerte de caer bajo el síndrome de la indiferencia. Lástima, ya que esta banda representa perfectamente el eslabón perdido entre Thin Lizzy y Iron Maiden. Bandas como Def Leppard le deben mucho a los Praying Mantis, por poner algún ejemplo.
Igualmente tuvieron tropiezos, como el grabar una versión del tema de Russ Ballard «I Surrender”, pero justo en aquel momento Rainbow les amenazó con llevarlos ante tribunales si sacaban su versión, ya que la de la banda de Blackmore estaba cosechando enorme éxito con dicho tema.
Su primer trabajo, que es el que quiero resaltar, Time Tells No Lies, es una verdadera joya donde no faltan ningún ingrediente para confeccionar el perfecto disco de hard rock. Desde, “Lovers To Grave”, balada pegadiza y atiborrada de guitarras melódicas con una aceleración de ritmo para finalizar con un apogeo digno de las grandes composiciones. Tampoco olvidar la cover de un clásico, en este el imperecedero «All Day And All of the Night» de los Kinks.
Y luego, temazo tras temazo: “Cheated”,”Running For Tomorrow”,”Rich City Kids”, “Panic In the Streets”, “Children of the Earth”, “Flirting With Suicide”, etc. Un ataque masivo de riffs incisivos y afilados que harían palidecer a muchos grupos supuestamente llamados clásicos. Armonías y juego de voces que se moldean en tu mente y de ahí no se despegan ni queriendo.
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Los hermanos Troy siguieron su curso, tomando una dirección musical aún más melódica. Su música se hizo completamente AOR. Editaron en 1984 Throwing Shapes bajo el nombre de “Stratus” y con motivo de la celebración del décimo aniversario de la banda, editan un directo, Live At Last, para el mercado Japonés; un público erudito y con un gusto por lo poco popular en otras tierras. Su carrera sigue su curso con lanzamientos que cosechan grandes triunfos en Asia y en 2009 publican Sanctuary, que logró enormes elogios por toda la crítica musical.
Mención especial al genio que es Rodney Matthews, que fue el que realizó más portadas para la banda, aunque muchos lo conocerán por sus esplendidos trabajos para grupos como Asia, Eloy, Nazareth y Magnum, entre otros.
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