He de confesar que, hasta ahora, no me había metido de lleno en la lectura de una biografía del vaquero canadiense, Neil Young. En anteriores ocasiones solo había podido acceder a libros escritos por admiradores del músico, con ideas muy personales o con poco o nada que decir, hasta que me ha caído en las manos su nueva autobiografía, editada en España por la Editorial Malpaso.
Un libro en el que el propio Young nos acerca a su juventud y a esos años y vivencias que le forjaron como el músico que es hoy en día.¿Y qué podría decir?
Mi vida al volante es un libro que retrata perfectamente su vida y sus pasiones desde los volantes de cada uno de los coches a los que hace una mención especial en cada capítulo, siendo en ellos retratados artísticamente. Young nos hará participes de sus anécdotas dentro de largos y continuos viajes; su amor por los perros, en el cual no ha querido profundizar mucho, según el propio Neil por «no herir ningún tipo de sensibilidad», y cómo no, el cómo encontró su pasión por la música a falta de una familia estable.
Desde los numerosos viajes hasta los cambios de residencia por cuestiones de trabajo de su padre, y como abandona la familia, retratando a su madre y su estado, cómo fue ahondando lentamente en una profunda y silenciosa depresión. Cómo, de alguna forma, el éxito de la formación de los Beatles en toda Norteamérica hizo que su visión sobre la forma en que exponía su banda las canciones cambiara radicalmente, y cómo el propio Young se aventuró en una de las facetas que veía imposible en aquellos tiempos: ser cantante solista.
Sin perder la conexión con los automóviles, su vida se había convertido en un círculo que iría encadenado inevitablemente a la música, a la cual dedicaba todo el tiempo que tenía. Aquí es donde empieza a desmembrar al músico que iría forjando sus pasiones, cómo enfoca su poesía de sus canciones hacia la vida, hacia sus propias experiencias, dejando los dos conceptos unidos.
Su manera de escribir es amena, y te hará sentirte participe de sus numerosos relatos, retratados de una forma muy psicodélica, y con un ritmo que hará que disfrutes de su lectura desde el principio hasta el fin de este, pausando en anécdotas en las que se palpa totalmente el estado del autor, las emociones que le hacían pasar a la hora de volver a recordar cada trozo de su vida.
Mi vida al volante es un libro que te hará llegar hacia el Neil Young más íntimo, dentro de su segunda biografía. Donde se sube a un volante, cambiando de coche a lo largo de su vida, inventándote de alguna forma a que seas el copiloto de una lectura donde, en algún momento, fuiste testigo de cualquiera de sus andanzas. Las cuales ya le llevan 55 años viendo al vaquero Canadiense calzarse una Gibson en el maletero de alguno de sus múltiples coches.
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