Los amigos FerKISS y Kiko de GKGRock ayer se pasaron por Razzmatazz2 para ver a Tom Keifer, en el que ha sido su único paso por estas tierras, y han tenido a bien compartir sus experiencias con nosotros:
Sabemos que llegan a solaparse los conciertos últimamente, realizándose hasta varios interesantes el mismo día, si hablamos del movimiento rockero y metálico en toda su gama, pero si después de haber pasado cuatro años desde su última visita a nuestra ciudad con su grupo Cinderella, un señor con el historial y buen hacer que posee Tom Keifer solo congrega a unas pocas personas en una sala Razzmatazz2 con aforo reducido, es que tenemos un problema.
Porque el que no haya podido o querido ir a ver esta actuación, no sabe lo que se ha perdido!
Con una banda que ha cumplido sobradamente en la labor de acompañarlo en su cometido, el hombre se ha dejado la piel en el escenario, aparte el excelente repertorio que nos ha brindado, haciendo las delicias de todo ser viviente esta noche en la sala.
Presentando su disco en solitario «The Way Life Goes» editado en 2013,del cual han llegado a sonar cuatro temas, y anunciando la gira como una noche de Cinderella, no había mejor forma de dar comienzo el show conBad Seamstress Blues/Falling Apart at the Seams, seguida de It´s Not Enough y A Different Ligth del anterior disco mencionado (del cual a lo largo de la noche llegarían a sonar un par de temas más),para poner al publico a bailar y cantar con dos trallazos como son Somebody Save Me y Shake me sin respirar.
Muy comunicativo con el público durante toda la actuación, animando muchísimo a participar de la fiesta, la cual no ha bajado de nivel ni en las partes más tranquilas con Haertbreak Station, Don´t Know What You got (Till It´s Gone) o Nobody´s Fool.
Broche final con Coming Home y Shelter Me, para descansar unos minutos escasos y dar paso a los bises, interpretando dos covers del nivel de It´s Only Rock´n´Roll (But I Like It) de Rolling Stones y With a Little Help From My Friends de The Beatles, pero al estilo Joe Cocker, y dar la puntilla con Gypsy Road para acabar de poner la sala patas arriba, en lo que ha sido una noche inolvidable de ROCK ofrecido por este musicazo de Pensilvania de 54 primaveras por el que no parece haber pasado el tiempo.
Y es que han sido 90 minutazos que han sabido a gloria y a poquísimo, pero a la vez esperando que la falta de público no haga que no podamos volver a disfrutarlo.
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