«And be a simple kind of man. be something you love and understand. be a simple kind of man. won’t you do this for me son, if you can?», esa estrofa define para mi todo lo que significa el rock sureño, lo que trasciende más allá de unos acordes. Esa sensación de sentirte entre los tuyos, apoyarte en lo que te vio nacer y crecer y contárselo al mundo en forma de canción. Quizás el rock sureño, nunca consiga ser el hijo predilecto de los seguidores del rock and roll, pero da igual, porque es esa reserva en la que sabes que te puedes perder, mirando al mar, al campo o a la montaña. La portada del nuevo disco de Hogjaw refleja a la perfección, ese alejamiento de las luces de neón y los carteles brillantes, para centrarse en las historias de cada día. A la mierda cualquier atisbo de objetividad, son mi banda favorita del southern actual, porque consiguen que esos riffs me lleguen al alma y me emocionen.
Porque les vi en directo y se que jamás les olvidaré, porque aunan en su rock sureño, esa pasión y potencia del hard rock, que ellos mismos reconocen adorar, porque te cuentan que entre su día a día, se cuelan Lynyrd Skynyrd, Metallica o Maiden, y eso crea nexo de unión. Y porque hacen unas canciones de puta madre, a ver que os habéis creído. Hay que ser creyentes, del puto rock and roll, y sobre todo del southern rock, porque muchas veces, ahí está la respuesta, lejos de predicadores de fe absoluta, la respuesta muchas veces es tan sencilla, como encontrarla en una canción, y aquí cada uno tiene su propia biblia, que en eso consiste el rock and roll, y la mía está teñida de sabores del sur.
Hogjaw no pretenden a estas alturas vendernos algo diferente de lo que son, aún con nuevo guitarrista, pero viejo conocido de la banda, siguen sonando a esos outlaws rudos y cañeros.Escucha las guitarras de la canción que da nombre a este disco, ya no necesitarás más explicación. La potencia de canciones como «Where have you gone» y «Another day», los riffs de «Second to none» o el feeling de «I will remain», con ese deje vaquero tan característico, que conforman un gran disco, como todos los que de momento están sacando estos tíos, que se han convertido en apuesta segura.
J.B. Jones comparte las guitarras con Jimmy Rose, creando ese sonido tan característico, lleno de sentimiento southern y de una potencia inusitada, a lo que colabora esa batería de Kwall y por supuesto, ese crack en todos los aspectos que es el bajista Elvis D. Tuve la oportunidad de entrevistarles hace tiempo, y era como hablar con fans del rock, tíos que estaban en esto, porque amaban muchos de esos discos que amamos tu y yo, lo que les confiere una dosis aún mayor de autenticidad. Que buen disco hermanos, por suerte, algunas cosas, no necesitan cambiar demasiado.
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