No todo en los ochenta fue terrible. También se hizo buen cine. El corazón del ángel es una de mis películas favoritas de los 80, un film perturbador de trama laberíntica y visualmente inquietante.
Estamos aparentemente ante la típica historia de cine negro: años cincuenta, un tipo ha desaparecido y el detective Harry Angel (Mickey Rourke) es contratado para encontrarlo. Un caso anodino que se va complicando cada vez más, entrando en juego ritos satánicos y magia negra. La sombra de la muerte parece seguir al detective allí por donde pasa, todo el que tiene alguna relación con el caso aparece asesinado al poco tiempo. Cuando la investigación se traslada de Nueva York a Nueva Orleans se torna en una pesadilla en la que lo irreal se hace cada vez más palpable. Una amenazadora e invisible presencia se va apoderando del ambiente.
El director Alan Parker (Fama, The Wall, Birdy, Evita) nos ofrece un film oscuro, sucio, lleno de sangre, magia negra y sexo. Incluso hay alguna escena que combina todo ello de forma aterradora (esas paredes sangrantes son inolvidables). Parker plasma en imágenes una pesadilla llena de metáforas religiosas. Como toda buena película sobre el satanismo (La semilla del diablo sería otro buen ejemplo), en casi ningún momento tenemos la certeza de que lo visionado sea real. Todo podría ser un mal sueño o una alucinación. No vemos nada sobrenatural pero la presencia del mal es cada vez más evidente. La eterna lucha entre la razón y la superstición se va decantando de parte de la segunda. El corazón del ángel es un macabro juego del gato y el ratón. Una historia rebuscada y compleja que precisa de más de un visionado para comprenderla a la perfección. El personaje de Harry Angel se va hundiendo cada vez más en una espiral hacia el infierno. Una degradación física y psíquica perfectamente plasmada: desaliñado, siempre sudando, la ropa sin planchar, la mano vendada, etc. Un antihéroe que busca la verdad aunque intuye que lo que va a encontrar no será de su agrado.
Robert DeNiro en su enigmático personaje de Louis Cypher (impagable la escena del huevo) hace que todas las piezas encajen aunque deseemos que no fuera así. También la perturbadora presencia de Lisa Bonet (en aquella época en plena cresta de la ola gracias al Show de Bill Cosby en el interpretaba a su hija) es un valor añadido. Sin embargo, Bill Cosby la despidió de su serie debido al alto voltaje de algunas escenas del film para volver a contratarla al poco tiempo.
Pero para mí el mejor del reparto es sin duda un Mickey Rourke (El Luchador) en su mejor momento. Todavía los excesos y las operaciones de estética no habían deformado su rostro y era capaz de mover los músculos de la cara. Rourke vivía su mejor momento como actor tras el éxito mundial de 9 semanas y media pero no supo aprovechar el tirón de la fama. Pronto renegó del negocio del cine y se retiró para dedicarse al boxeo. Tardaría muchos años en volver a hacer una película que mereciera la pena.
En definitiva, El corazón del ángel es el descenso a los infiernos de un hombre que cree saber quién es, pero cada paso que da le confunde algo más. En los títulos de crédito finales un ascensor va bajando entre ruidos disonantes hasta llegar a un sótano, allí se abren las puertas y Harry Angel sale del ascensor. Bienvenido al infierno.
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