Parece que se anima la cosa en el estado con rock más melódico. Vemos aparecer bandas que intentan colarse entre los gustos de los fans hispanos, que parecen campar a sus anchas por internet. Pero claro, no siempre es fácil, más cuando ya sabemos las dificultades del género por estos lares, lo que te lleva a intentar poseer un plus de calidad, respecto a otros de allende de nuestras fronteras. La pica clavada en Flandes por The Val o Gurú, debe abrir la puerta al reconocimiento del aor que se factura en la piel de toro. El ostracismo con el que se encontraron Elyte, Nexx o 91 Suite, debe servir para aprender de los errores y ser consciente, del cada vez mejor nivel que se caldea en la producción nacional. Bon Vivant, debutan con este larga duración, de bonita portada, titulado «Un juego de ti», tras su interesante primer e.p. Dice la hoja de promoción que sus influencias son varias y no tienen complejos, y en eso tienen razón, seamos sinceros.
Todo el disco está impregnado de muchísima melodía, abonándose a terrenos muy a.o.r., bastante suaves por momentos e incluso a ese pop rock que hace años, grupos como El Norte o La Trampa, cuando la gente del pop nacional, querían ser Antonio Vega y no un Melendi de la vida. Es una opinión personal, pero este tipo de música, a mi me suena mucho mejor en inglés, en realidad, el rock me suena mejor en ese idioma, pero eso son simplemente gustos, que no influye en el resultado final de esta buena grabación. La vena melódica, con una importancia suprema en la voz de Charly López, queda vista a las primeras con la canción que abre el disco, «El son de tus alas«, destilando hard melódico. En «Calíope«, los teclados son muy a.o.r., mientras la canción discurre por terrenos más propicios al pop rock, como la mencionada banda de Pablo Perea.
Si las dos canciones anteriores, me enganchan rápidamente, la tercera, «Felicidad«, pincha en hueso, lo siento, no puedo con esos coros, que me tiran hacia detrás. Joaquin Padilla (Iguana Tango), comparte voces en la melódica «Soy«, que me quita el mal sabor de la anterior, con una canción, que podría sonar sin problemas en las radio fórmulas, si estas no estuvieran interesadas en mierdas de ragatanga y perreos varios. «La penúltima«, eleva un poco el aura rockera gracias a las guitarras que cobran más protagonismo, para dar paso a «Darlo todo«, con los teclados marcando el camino junto a la voz, y cierto es, que les queda una muy buena canción, no falta de fuerza, destacando el guitarrista Javier Balmoral que se marca un gran solo y un bonito estribillo.
«Sueña bonito«, es la balada del disco, y la verdad es que no les queda pastelosa, tiene ese aire rockero que toda buena balada debe poseer, destacando de nuevo Charly, y es que a este tipo, habrá que seguirle la pista. Puede despistar el inicio de «Volver a creer» porque esos teclados, parecen llevarnos hacía otra balada, pero pronto gana fuerza, comedida, jugando con los coros, y esa dupla teclas/guitarras. Más hard, sin lugar a dudas, es «Un poco de ti«, y ese que cuando dan cancha al guitarrista, demuestra que puede dar mucho de si. Junto a Borja Bueno a la batería, que es el otro miembro del grupo, realmente estamos hablando de unos tíos, con bastante nivel. «Si somos dos«,recupera a uno de esos tipos injustamentes en un segundo plano, como es Rafa Martin, que debería ser un referente para cualquiera que ose hablar de a.o.r. y rock melódico nacional, mostrando su clase en otro dueto de voces llenos de melodía.
«Aún estas cerca« se lanza por terrenos hard rockeros, y ojo, que por estas tesituras, estos tipos se mueven de maravilla, convirtiéndola en una de mis canciones favoritas del disco. Para cerrar, «Ahora que no estás«, que es una pequeña maravilla, alternando guitarras acústicas y eléctricas. Si Bon Vivant, son capaces de superar el empuje del tiempo, son una banda con futuro. Su mezcolanza entre tesituras rockeras y otras pop, les puede colocar en ambos mundos, aunque a veces, eso lleva a no terminar de cuajar en ninguno de los dos. Suenan elegantes, mucho, y a pesar de que no se definen en una única línea sonora, el resultado final no es un batiburrillo, sino que suena muy compacto. Buen disco, buena banda.
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