Complicado, tremendamente complicado se hace acercarse a la última creación del que no hace mucho sorprendió al mundo con su capacidad de crear autenticas delicias, pero el tiempo pasa y parece que al bueno de Eastwood el filón ya se le ha secado, y es que el creador de Mystic River, Million Dollar Baby, desde 2008 con su maravillosa Gran Torino, ya no es capaz de volver a obsequiarnos con otra obra maestra.
Y justita, muy justita se antoja este El Francotirador si la comparamos con algunas de las cintas anteriormente mencionadas, y sobre todo con una que no lo ha sido, Cartas desde Iwo Jima, y es que sobre la absurdidad y la crudeza de todos los conflictos bélicos que a lo largo de la historia han poblado este Planeta, con ella ya dijo lo que había que decir sobre el tema, y lo hizo de manera magistral, por lo que ahora, volver a incidir en ello, y más viendo el resultado final, sin duda no ha sido la mejor de las elecciones de Clint.
El Francotirador a lo largo de sus dos horas de metraje, recrea el paso por Irak de Chris Kyle, uno de tantos ciudadanos que sintieron la llamada del deber cuando su país fue atacado, en esa guerra que, no olvidemos. se basó en una gran mentira, pero ahora, años después de la decisión de Bush, tampoco vamos a entrar en esos temas, que acabó dejando un buen número de bajas en las filas de los EEUU, y muchos fueron los que volvieron a su país con graves problemas físicos y mentales fruto del paso por ese infierno. Un descenso a los infiernos que Hoolywood nos ha contado en diversas ocasiones con una mejor dosis de dramatismo y crudeza de la que aquí nos muestra el veterano director; de la misma manera que con bastante más crudeza hemos asistido al regreso y al difícil reencuentro con la familia y a la vida normal, y ahora sería bastante fácil hacer una larga lista de cintas centradas o no en la guerra de Irak, en las que hemos asistido a la sinrazón de cualquier confrontamiento bélico.
Tampoco vayamos a pensar que estamos ante una mala película, de hecho de no llevar la firma de Eastwood podría adentrarse en el notable, pero a los grandes genios hay que exigirles más que una correcta película. Le falta el pulso y el dramatismo que el veterano director nos ha mostrado en anteriores películas, y de no ser por la magnífica actuación de un cada vez más asentado Bradley Cooper, donde sí se nota haberse tomado en serio la producción, más de uno pensaríamos que la ha rodado con el piloto automático puesto, y son esos ojos azules de Cooper los que consiguen por momentos adentrarnos en el infierno vivido en esas lejanas tierras. Otra cosa bien diferente es cuando se nos quiere adentrar en esa historia paralela de las relaciones familiares. Ahí si que ni el bueno de Brad es capaz de salir indemne de la propuesta de Clint Eastwood.
Un último apunte, y es que debe ser de las pocas veces que una banda sonora compuesta por Ennio Morricone consigue pasar totalmente desapercibida. Me gustaría decir que esperemos que la próxima de Eastwood nos haga volver a vivir las sensaciones vividas con Million Dollar Baby, pero todo parece indicar que Gran Torino fue la última gran obra maestra del genio de San Francisco.
0 comentarios