Si, es cierto que ya hace décadas que Robert Plant ya no es Robert Plant. Él lo sabe mejor que nadie y sus actos clarifican la honradez de mostrar sus nuevos trabajos, los cuales huyen del rock a zancadas largas, dejando unos álbumes de sonidos suaves, melodías dulces y compases arábigos de los que él se llegaría a enamorar en la década de los setenta, los cuales no llegaría a explorar del todo hasta que acabó la aventura Led Zeppelin.
Si su banda madre destacaba por ir a contracorriente abriendo una gran brecha en el mundo de la música, banda la cual ya se ve por el retrovisor de un coche llamado vida, en sus discos en solitario llega a atraer más bien lo contrario, mezclando la electrónica más retro con un toque paradisíaco y esencia acomodada en algodones, retratados esta vez en 11 canciones, las cuales se estrenan bajo la «última ocasión» de ver a Plant grabar un álbum en estudio.
Pero claro está, es cierto que la edad es un punto muy importante para afrontar una nueva grabación, y al mismo tiempo, suenan rumores de que podría volver a juntarse con Page para editar nuevas canciones; eso si, no nos hagamos ilusiones, Led Zeppelin ya está bajo una gran losa, la cual solo podría llegar a ser salvado por un concierto (esto si llegara a suceder… cosa más bien improbable), o a través de las nuevas remasterizaciones que se esta sacando de la manga el gran mago Jimmy Page.
Si por un momento sacas de la mente el hecho de que Plant fuera el gran cantante de Zeppelin, encontrarás un disco denso, aromatizado con melodías muy profundas en canciones como «A stolen kiss», sin arriesgar y demostrando un tanto más de lo que está produciendo en los últimos años, con un gran empiece en su primer tema, «Little Maggie», canción que ya nos deja bastante claro como va a ser el recorrido del álbum entero. Como he dicho antes, un disco de melodías profundas, pasajes suaves que dejan claramente a Robert Plant fuera de la órbita del rock, o al menos como le llegamos a conocer con los Led Zeppelin, para ahondar más en los ritmos de un pop muy independiente, una música personal e indiscutible. Eso sí, es algo que ha hecho en toda su carrera. «Lullaby and… The ceaseless roar«, para mi es el mejor disco de todos los que ha sacado dentro de su carrera en solitario. Indispensable.
Para los que no conozcáis a este gran cantante (cosa que dudo que exista), su escucha es una gran experiencia para comprobar que hay vida después del Rock N’ Roll. Para los que améis la voz de Plant, este no es el álbum que os hubiera gustado escuchar, pero es lo más sensato que puede llegar a lanzar Robert Plant.
Es extraño… Me gusta más el que sacó en 2011 con Band Of Joy: esos toque modernos de Plant no me gustan, no porque no me guste la electrónica, todo lo contrario, sino porque no le pega nada.
Gran trabajo, Peter. Un abrazo 🙂
Hola Alex!
Con Band of joy pillo la temporada que estuvo con la preciosa Alison y creo que fue inspirado para poder hacer el band of joy. Ese disco también me llego a gustar mucho, pero para mi, prefiero el que hizo con Alison.
Muchas gracias y un abrazo!!