Tras analizar la jornada del viernes, ahora comenzamos con el segundo y último día en el festival con Blondie como cabeza de cartel, los cuales vinieron celebrando su 40 aniversario con unas grandes y serias dudas sobre el estado vocal de su cantante Deborah Harry. Dentro de un cartel donde las sorpresas no acabaron para bien, o para mal…
Aunque para el sábado la lluvia también estaba anunciada, sólo se llegó a presentarse con el primer grupo por un rato y ya no volvió a aparecer. Niña Coyote eta Chico Tornado fue la pareja en abrir el sábado, un dúo de lo más peculiar, al mismo tiempo que las angelinas Deap Vally. Dos formaciones que emularían a la desaparecida White stripes con las formaciones de guitarra y batería y un sonido muy stoner en todo el contenido de sus repertorios, los cuales no te dejan indiferente, pero tampoco te llegan a enamorar, pues hay muchos huecos en sus canciones, dejando un tanto rota la estructura de estas. Eso sí, pude aguantar un concierto entero de este grupo, pues a los Stripes no puede llegar a verlos enteros.
Aquí es donde aparecen una de las grandes sorpresas que me vi en el sábado, The temperance Movement. si el anterior año vinieron los Black Crowes, este año le tocó a una banda que está confeccionada a semejanza de la de los hermanos Robinson. Un grupo que trajo el genuino folk aromatizado con rock. Una puesta en escena y un timbre de voz idéntico al del mencionado Chris . Un grupo que sin duda hizo las delicias de los presentes en su actuación y que si nos les has visto todavía y adoras, añoras, a Levon Helm, o a los Crowes, no debes perderte por nada del mundo.
Después de la soberbia actuación de los londinenses, el segundo escenario no trajo otro grupo inglés. The Strypes, una banda de jóvenes músicos, muy pegada al rock garaje de la década de los sesenta, recordándome su pegada a grupos como The Kinks, The Yardbirds, Led Zeppelin… Los chicos lo hicieron de maravilla, con un sonido muy potente y una puesta en escena magnifica donde llegaron a llenar la carpa pequeña de asistentes, en un día donde la asistencia fue menor que en la jornada anterior.
Aquí pasaron a Violent Femmes un grupo de folk punk que me llegó a aconsejar uno de sus más fervientes admiradores, Fernando. Y que claro está, superaron todas mis expectativas. Procedentes de Wisconsi ofrecieron un gran recital con un pequeño repaso a su carrera, los cuales quedaron con ganas de mucho más tras una hora clavada de reloj en el escenario. Brian Ritchie y su guitarra acústica fue sin duda al que más atención presté, o el batería Brian Viglione que estuvo hecho todo “un animal” con sus baquetas las cuales hizo volar a ritmo mortal en cada tema.
Tras el concierto me dirigí a ver a uno de los mejores guitarristas de blues actuales, y que bien se lo ha ganado por derecho propio, el gran Joe Bonamassa. Con el mismo repertorio (si no me equivoco) del ofrecido en anteriores festivales de la misma gira, deleitó con su gran hacer a la guitarra con canciones como “Song of yesterday”, ante una carpa donde no cabía ni un alma, haciendo vibrar sus guitarras a un ritmo acelerado de blues rock y con la presencia de una banda que estuvo a la altura. Una hora de concierto que para mi gusto se hizo demasiado corta.
Regresando al escenario principal donde tocaban el cabeza de cartel del día, Blondie. Para mi asombro el ver como antes del concierto ponían música electrónica de discoteca. Me quedé un tanto desorientado. ¿Este no es un festival derock? Me imagino que habrá sido cosa de los técnicos de sonido de la propia banda, los cuáles tampoco estuvieron a la altura durante el concierto, en el que no faltaron referencias a su nuevo álbum (que no merece la pena ni contarlo como tal), que se alargó a una hora bien justa, con la voz de Deborah Harry, que sufrió de lo lindo para poder llegar a algunos tonos, eso sí, con alguna gracieta al público. Por lo demás, no he visto en mi vida a una mujer tan estática encima de un escenario…
Con el final muy cumplido y la rápida salida de los australianos Wolfmother, me dispuse a ver una banda que tenía hace tiempo en la lista de pendientes, y que en un claro contexto me llego a defraudar. Para mi Wolfmother tiene un primer trabajo que es una obra de arte y un segundo que es mejor no mencionar, por no decir ese nuevo e inminente disco al que no dedicare ni una sola palabra, más de la que podréis leer en esta entrada. Pasándose totalmente a la psicodelia, con un repertorio basado casi totalmente en segundo álbum. Un disco que me llego a aburrir mucho, algo que no ocurrió en el concierto gracias a los codazos de los asistentes cuando saltaban y bailaban . No les quito su mérito, pero se han vuelto un tanto repetitivos con sus riffs y demasiado previsibles.
Para terminar mi periplo en la edición del festival, cerré la noche con letras de oro retratadas por el grupo alemán Kadavar. Un grupo de hard rock primitivo, con un gran aroma hacia el rock psicodélico, y con un repertorio que llega a recordar mucho a gente como Black Sabbath, o a Grand Funk Railroad. Un concierto memorable que puso la guinda de oro a una edición que a falta de nombres más destacados, me dejó un buen sabor de boca esperando desde ya una nueva edición… ¡Larga vida al Azkena!
Como si hubiese estado…ya sabia que te gustarian los Kadavar!
A+
Brutales Kadavar. En el Hellfest lo pusieron todo patas arriba, menudo sorpresón en directo. ¡Qué bandaza coño!
El próximo año te quiero ver allí con nosotros amigo! te eche mucho de menos!!
brfff… se tragó el comentario…
Eso, lo que dice Laurent Berger, pero sumando que siendo 8 de julio ya, me hiciste viajar hacia atrás en el tiempo. Crónica de colocarnos en todo el centro del festival, brutal, Pedro… voy a buscar cositas de las que mencionas.
Un abrazo!
Sobretodo busca de Kadavar, te va a encantar, es una pasada de grupo. Al mismo tiempo te aconsejo Straglers. Hicieron un concierto muy digno y fue lo mejor para mi del viernes.
Achuchonessss India!!