Robin Beck es uno de los personajes más queridos del AOR. Otrora célebre gracias a su «First Time», hoy de popularidad reducida a nostálgicos y escasos nuevos seguidores del rock melódico, es capaz de congregar a buen número de incondicionales allá por donde pasa. En la edición 2012 del Firefest de Nottingham, tuve el placer de dejarme encandilar por su encanto adolescente y prodigiosa voz, tanto que, como otros que por la Arena pululaban, decidí repetir. A casa nos llevamos un sabor de boca muy dulce, mucho mejor que el dejado por la banda de James Christian, House Of Lords.

James Christian

Tras unos esforzados teloneros cuya existencia desconocía, unos tales Estrella, hard rockeros de mucha guitarra, con vocalista a lo Sebastian Bach y conocedores del saber estar sobre las tablas, que gustaron bastante y no sonaron nada mal, nos hicieron  esperar alrededor de veinte minutos hasta el comienzo de unos aparentemente desganados House Of Lords. Ya les pudimos ver, excepto a Christian, colocar y configurar sus instrumentos con lo que a mi me pareció cara de pocos amigos.

De entre su ya extensa carrera, y sobre todo, recientes y notables álbumes, sonó un poco de todo. «Sahara», «Cartesian Dreams», «Big Money», «I Wanna Be Loved» o su más reciente «Battle», por ejemplo. Algunos más coreados que otros, si bien desde el principio me dio la sensación de que, ni el excesivo volumen de guitarra, ni los más excesivos samples hicieron gracia entre el público. Teclados grabados, alguna guitarra y estribillos y coros muy descarados que, como siempre que se dan estas situaciones, generan dudas sobre la autenticidad de lo que escuchas. Christian se mostró poco comunicativo, de imagen poco cuidada (a diferencia de Bell, un Iommi con pelo más largo), y con una voz un tanto cargada de efectos. Exceptuando momentos puntuales, me dejaron frío. Un volumen desmedido de teclados ausentes, te corta el rollo. Se despidieron con «Pleasure Palace», y en cosa de 15 minutos, saltaban a escena de nuevo acompañando a Robin Beck.

Al contrario que su marido, la guapísima Robin debe contar o con muy buen gusto estético, o con un estilista a su medida, y es que entre atuendo, peinado y gafas de sol, se quita más de veinte años de encima a la vez que enamora al -mayormente masculino- público. Entre su figura, su forma de actuar, descaradamente juvenil, y el torrente de voz que conserva a sus casi 60 años, se mete al público en el bolsillo desde el inicial «If You Were A Womam (And I Was A Man)». Seguidas, caen «Don’t Lose Any Sleep» y la épica «Hold Back The Night». Para cuando conseguimos respirar, ya nos tenía bien enganchados.

Robin BeckComo House Of Lords, Robin lleva coros  y teclados grabados, pero a diferencia de estos, su gran hacer ahí arriba, sus continuas muestras de cariño ante el público, sus agradecimientos, y su visible -o extremadamente bien fingida- felicidad, consigue que no nos importe, que nos la creamos. Que no dudemos. Una típica cantante «pequeña pero matona», con voz sencillamente brutal, que se comió el escenario y barrio un show de House Of Lords que más bien pareció relleno en comparación. Y habiendo sido un concierto extremadamente corto, con algún monólogo de Robin demasiado largo, muchos salimos de allí colmados, con melodías en el cuerpo y con la alegría que sólo da un espectáculo que cuenta con temas como «Tears In The Rain», la más moderna «Catfight» o la divertidísima y pimpinelesca «That All Depends (On What You Do Tonight)», todas ellas comandadas por la pequeña e incansable estrella que tanto se ha hecho esperar en la capital.

Sólo 11 canciones. Fuese intenso o hubiese tantas ganas de verla o no, se hizo muy corto, y con todo, fue lo suficientemente bueno como para enjuagarnos la mente. También Jorge Salán pareció pasárselo muy bien tocando en casa, y ni qué decir tiene que la señora no se olvidó de atender a los fans y hacerse fotos con ellos con toda naturalidad: el tipo de gestos que tan poco cuestan y tanto gustan. Si subió a una fan al escenario para regalarle un bote de CocaCola antes de cantar «First Time» ¿cómo no iba a hacerlo? Si la noche no fue redonda, Robin Beck perfeccionó el óvalo lo suficiente como para que me diese por contento. Los House Of Lords deberían plantearse contratar a un teclista y darle algo de naturalidad al show. Como poco, sonreír. El público lo agradecería.

Robin Beck y Jimi Bell

Por último, agradecer a los organizadores por el trato recibido, y a R.M. Concerts por darnos la oportunidad de ver a semejante astro sobre el escenario. Para muchos era un sueño, y tal es su magia, que para unos pocos lo sigue pareciendo.

Setlist de Robin Beck:

1. If You Were a Woman (And I Was a Man)
2. Don’t Lose Any Sleep
3. Hold Back the Night
4. Save Up All Your Tears
5. The One
6. Wish You Were Here
7. Catfight
8. That All Depends (On What You Do Tonight)
9. Tears In The Rain
10. First Time
11. Hide Your Heart

Puedes ver muchas más fotografías en este otro post

by: Edgar

by: Edgar

A la música le dedico la mayor parte de mi tiempo pero, aunque el rock me apasiona desde que recuerdo, no vivo sin cine ni series de televisión. Soy ingeniero informático y, cuando tengo un hueco, escribo sobre mis vicios. Tres nombres: Pink Floyd, Led Zeppelin y Bruce Springsteen.

1 Comentario

  1. Dani

    Completamente de acuerdo con todo. Lo de House of Lords fue lamentable, de verdad que llegué a dudar si no era un playback. Y como bien dices, aunque Robin tenía también teclados y coros pregrabados, la voz fue increíble.

    ¡Un saludo!

    Responder

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