En una calurosa tarde primaveral de mayo, se presentó Michael Schenker en La Riviera en su cita casi anual desde hace más de una década en la capital madrileña. Lamentamos no haber llegado tiempo para disfrutar del metal sinfónico de Everdawn, pero los horarios de los conciertos y los laborales, muchas veces se solapan.
Poco antes de las 20:45 apareció la Michael acompañado del ya habitual de la banda Bodo Schopf a la batería, el reputado Barend Courbois al bajo y Steve Mann a la segunda guitarra y teclados. El concierto para conmemorar el 50 aniversario del guitarrista sobre los escenarios, daría un repaso a la carrera del guitarrista, sobre todo en sus comienzos a primeros de los 80, su paso por UFO y las diversas encarnaciones de la banda en los últimos años. Sorprendió que, teniendo como vocalista a Robin McAuley, no se tocara ninguna canción de los magníficos Perfect Timing y Save Yourself.
Schenker desplegó todo su talento, sin grandes aspavientos, pero dando una deliciosa lección de técnica e interpretación en todo momento. Sufre y resopla en los temas largos y exigentes, pero lo da todo y sale airoso sin dejar de mostrar una enorme sonrisa.
Empezamos el show con una Intro y la instrumental “Ascension” de cuando la banda se reencarnó con el apellido “Fest”. Entre el respetable, pocas melenas y muchas calvas y canas. Sin embargo, la edad madura del público no impidió que se entregaran a tope con los pelotazos que siguieron: “Cry for the nations” y “Doctor Doctor”. No podemos dejar de destacar que el vocalista Robin McAuley, con sus casi 70 años de edad, tuvo una actitud bestial y está en un registro vocal impresionante, metiéndose al público en el bolsillo desde el minuto 1. No renunció en ningún tema a elevar los tonos y tampoco huyó de los agudos. Totalmente admirable. Ya quisieran muchos cantantes coetáneos, con mucha más nombre y fama, llegar a la mitad de lo que Robin demostró sobre las tablas.
Tomamos un respiro con “Sleeping with the lights on”, también de los recientes tiempos de “Fest”, y saltamos en el tiempo para “Looking for love”. Volvemos a los últimos años con la épica “Warrior” con el público cantando el estribillo siguiendo las indicaciones de Robin y, sin solución de continuidad, de un nuevo salto temporal nos trasladamos en un segundo al Budokan para disfrutar de una magnífica interpretación de “Into the arena”, que en mi caso casi me hizo saltar las lágrimas. Ni subidos a un Delorean, oigan.
Acto seguido, tocaron la única concesión a su etapa con Scoripons con la estupenda “In search of a peace of mind”, con un fantástico McAuley en los agudos de mitad de la canción. A continuación, “Red Sky” del álbum “Built to destroy”. En los créditos de este tema aparece José Luis Campuzano “Sherpa” y es justo reconocer su colaboración en el mismo. La siguiente canción, “Emergency”, es el single del nuevo disco que sale a la venta el 27 de mayo, “Universal” para continuar con “After the rain”, tema del trabajo de 2021 de la banda “Immortal”.
Nos subimos de nuevo al Delorean y nos volcamos con “Armed and ready”, en cuya interpretación tenemos que volver a destacar a Robin que nos dejó a todos absolutamente maravillados, llegando incluso a eclipsar por momentos al mismísimo Michael. Volveos al último disco de MSG con “Sail the darkness” y nos encauzamos hacia el tramo final con la bluesera “Rock you to the ground”, única representante del álbum “Assault Attack” y el tributo a Ronnie James Dio que ha compuesto Schenker en el disco aún por salir, “A king has gone”. Emotivo homenaje.
Con los primeros acordes de “Rock Bottom” se pone la sala patas arriba. Qué barbaridad de tema. Y qué manera de defenderlo con un elegante y genial solo de guitarra que alargó el tema hasta los casi diez minutos de puro gozo.
A partir de aquí, el una concatenación de temas de UFO que nos llevan a la mejor época de la banda con su mítico directo “Strangers in the night”. Con los músicos ya más distendidos, incluso con Steve Mann haciendo algunos solos para regocijo del respetable, se sucedieron la divertida “Shoot, shoot”, “Let it roll”, “Natural thing”, la caliente “Too hot to handle” y el broche de oro “Only you can rock me” para finalizar, con toda la sala coreando todos y cada uno de los estribillos.
En definitiva, una nueva noche mágica ofrecida por este genio de las seis cuerdas, secundado por un excepcional Robin McAuley. El resto de músicos desempeñan también un magnífico trabajo en un segundo plano en el que se ve que están muy a gusto. Esperemos que vuelvan por la capital en no mucha tiempo para poder volver a disfrutar de ellos.
Chele Brasero para Rockhebestmusic
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