Jack White está como una regadera. Eso ya lo sabíamos todos. Pero el tipo no cede en su empeño de no vivir de las rentas de sus logros con The White Stripes. No sólo edita discos con proyectos como The Dead Weather o The Raconteurs o crea su propia discográfica (Third Man Records) sino que ya va por su cuarto trabajo en solitario. Y en apenas 3 meses lanzará el quinto. A este culo inquieto del rock no le para nadie y eso tiene su lado bueno pero también su lado negativo.
Este Fear Of The Dawn nos muestra a un Jack White más descontrolado que nunca. A base de riffs asesinos, teclados Hammond a porrillo, estribillos pegadizos y ritmos frenéticos, los temas de Fear Of The Dawn se pasan en un suspiro. Por supuesto, hay salidas de tono y extravagancias por doquier. Vamos, Jack White en estado puro. Cierto que no todos los cortes de Fear Of The Dawn resultan igual de satisfactorios ni sorprendentes pero el resultado mejora considerablemente respecto a aquel patinazo que supuso Boarding House Reach (2018). Aquí Jack White parece algo más centrado, estilísticamente hablando, menos urbano y más rockero. Lo que mejor le sale al de Detroit.
La cosa empieza bien con un Taking Me Back que es un buen resumen de lo que nos va a deparar el disco: rock frenético con constantes giros y estridencias. Nada nuevo bajo el sol aunque nadie lo hace como Jack White. Fear Of The Dawn, That Was Then, This Is Now, What’s the trick y The White Raven son cañonazos directos al pecho que no desentonarían entre lo mejor de cualquiera de los discos que White ha publicado en las últimas dos décadas. Pero la primera gran sorpresa viene con Hi-De-Ho, en la que participa Q-Tip de A Tribe Called Quest. No es un tema perfecto ni entra a la primera escucha, pero evidencia que White sigue siendo un músico audaz.
A White no se le resiste nada y salta de un estilo a otro sin despeinarse ese pelo azul que luce ahora. Desde el Jazz mutante de Eosophobia y Eosophobia (Reprise) al decadente cabaret de Into The Twilight o la psicodelia de Morning, Noon and Night, todo cabe en la perturbada y perturbadora obra de Jack White. ¿Que a Fear Of The Dawn le falta coherencia? Afirmativo. ¿Que va de un lado a otro buscando empatar al oyente? Correcto. ¿Y qué? No veo el problema mientras facture temas así de disfrutables. Estas 12 canciones son una montaña rusa que no cesa de intentar asombrar al oyente sus 40 minutos. Lo único negativo que puedo decir es que quizás la voz de White resulte un poco monótona, quizás un apoyo vocal o más diversidad en los coros hubiera venido bien.
Fear Of The Dawn es un disco apabullante y excesivo en todos los sentidos. Tan ecléctico, poliédrico y demente como su propio autor.
Infumable … se le ha ido la perola y solo me gusta cuando suena a los Stripes mas estrictos. A mi me tiene perdidisimo