La localidad gaditana de Chiclana de la Frontera se está convirtiendo a pasos agigantados en un ejemplo a seguir en lo que representa turismo de calidad. Prueba de ello es la zona del Novo Santi Petri donde se han instalado hoteles de lujo, campos de golf , restaurantes “chic” y chiringuitos de envergadura alrededor de la extraordinaria playa de La Barrosa. Uno de esos ejemplos es El Cuartel del Mar, antiguo puesto de la Guardia Civil junto a la Torre del Puerco que ha sido reformado para obtener un local de antología, con un patio interior maravilloso, terrazas en la planta superior (a las que se accede con una escalera de caracol) de antología con vistas al mar y dos comedores decorados con gusto y clase donde domina la piedra en el interior y el cristal que permite unas vistas gloriosas en la terraza exterior. Por todo ello, ha recibido unos cuantos premios de arquitectura y el Solete que otorga la Guía Repsol. Los responsables de tan magna empresa son los del Grupo Azotea que entre sus otros lugares destaca la Azotea del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Pero es que aparte de la ideal localización y del bonito recinto donde se enclava, en El Cuartel del Mar se come muy bien de la mano del chef Manuel Berganza que ha creado una carta autóctona, con fuerte presencia del mar y especializada en atún de almadraba y el toque ahumado que otorga la brasa, protagonista en unos cuantos platos de los que probamos.

 

 

Otro reclamo poderoso de El Cuartel del Mar son los cócteles, revolucionando los clásicos e inventando otros, más o menos refrescantes y veraniegos junto a algunos especiales para fechas concretas como el de San Valentín compuesto de ron Zacapa, licor de grosellas, cava rosado y azúcar. Toda una explosión burbujeante que además acompañaban de un inenarrable bombón de foie bañado en chocolate y peta zetas. Como nos dijo un miembro de su esmerado servicio de mesa: lo mejor es probar un bocado y un sorbo y esperar que pasen cosas en la boca.

 

 

En cuanto a los entrantes están pensados para compartir, con raciones suficientes para dos personas y donde debemos destacar la potencia de la brasa (“la candela” como dicen por Cádiz). El aguacate con salpicón de marisco trufado es delicioso, con el punto óptimo de parrilla en la fruta y la genial compañía del pulpo y el langostino de calidad en la vinagreta.

 

 

Lo mismo debemos decir de las berenjenas con salsa de yogurt que además del toque ahumado, llegaban coronadas por un boquerón en vinagre. Y si buenas están las verduras, el tartar de atún marinado en garum de anchoa es tremendo, pleno de sabor y presentado en mesa con una yema de huevo campero que se une al rey de la costa gaditana creando una mezcla soberbia aunque para algunos paladares, la presencia del huevo resta protagonismo al túnido.

 

 

Entre los principales, hemos probado la inenarrable merluza con patatas a la importancia que no sólo el pez tiene el toque braseado sino que como colofón le acompañaban unas almejas de respetable tamaño. Uno de esos platos por los que merece la pena la visita. Más si se acompaña con un Terra dos Mareas, cien por cien albariño.

 

 

Y si hablamos de carne, pocos peros se le pueden poner al entrecot madurado de vaca vieja. Perfecto de punto y acompañado por un cogollo de lechuga con una salsa verde y unas patatas “rustizadas” para comer con su propia piel. El maridaje lo hicimos con un vino del que hemos hablado en otras ocasiones: Finca Moncloa, un maravilloso tinto local de uvas syrah, cabernet sauvignon y la autóctona tintilla de Rota.

 

 

En cuanto a los postres nada malo podemos decir de la tarta de queso, ligera y esponjosa, hecha con queso fresco de cabra payoya, animal de la sierra de Cádiz y acompañada de un helado de cava.

 

 

Buena aunque todas las tartas de queso empiezan a resultarnos demasiado parecidas al modelo japonés. Para rematar, hay que comentar que el café también está a la altura de los altos estándares de calidad de un restaurante que en poco tiempo se está convirtiendo en uno de los locales que hay que visitar en la provincia de Cádiz. Más ahora que han decidido abrir todo el año.

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

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