Mientras nos aferramos a la perecedera Tierra, unos pocos pasan a formar parte de la vida imperecedera… CHUCK PROPHET , sin proponerselo , poco a poco , paso a paso, obra a obra, evita el propio final de su tiempo. Cuando muchos han sido transportados a la tierra del olvido, donde no serán recordados , CHUCK viola el efímero tiempo del recuerdo con expresiones artísticas que se niegan a ser obras perecederas y transitorias. THE LAND THAT TIME FORGOT , su último trabajo, no es una diversión pulp a lo Edgar Rice Burroughs, sin animo de trascendencia, sino un deslumbrante y melancólico libro de recuerdos familiares y de su San Francisco natal . Chuck añora desde New York esa tierra que la voracidad inmobiliaria ha borrado de la faz de la tierra como sanadora conexión con las raíces .Chuck aviva recuerdos personales para azuzar conciencias en momentos de desesperanza como los actuales . No hay nada pulp sino lo contrario .
El recuerdo de su padre al perder el trabajo y su coche en «Best Shirt On» podría sonar triste y desalentador, sin embargo el tema es rítmico con aromas de Brian Wilson, por que lo que lo que le interesa traslucir es que, pese a todo, nunca perdió la compostura como síntoma a la esperanza. «High as Johnny Thunders» es un paseo por San Francisco de la mano de Johnny Thunders , un maravilloso homenaje al New York Doll, con sonido a Lou Reed y un emocionante saxo de Zach Djanikian . «Marathon» es rock n ‘roll o más bien un swing basado en bailes de la Gran Depresión con guitarras Everly Brothers , las armonías vocales de Stephanie Finch y unos teclados marcianos que reflejan que Prophet en este trabajo también busca la aventura sonora. «Paying My Respects To The Train» es sonido de California en forma de una deliciosa composición armada por escobillas, la slide de James DePrato y un clavicornio . «Wiilie and Nillie» es una joya de folk que nos pone a los pies de uno de los temas más potentes del lp, «Fast Kid» , un medio tiempo stoniano sacado de los tiempos del «Night Surfer» .
«Love Doesn’t Come From the Barrel of a Gun» , uno de mis favoritos del álbum, de nuevo otro medio tiempo con esas guitarras a lo Everly deslumbrantes que termina con un guiño a la gran Jackie De Shannon . «Nixoland» refleja la infancia del autor al ver la primera oficina legal de Richard Nixon en la ciudad natal del Presidente, La Habra, impuestos dedicados a oficinas legales y casas de alto copete, sin duda hay cosas que nunca cambian pese al paso de las décadas y países, así que nada mejor que un tono áspero con voz de Dylaniana retahíla y grises sonidos . «Meet Me A Roundabout» es el tema más melancólico , un excelente trabajo de folk acústico de la Costa Oeste . «Womankind» es disfrutar del piano de Dave Sherman , los arreglos de orfebre con esa guitarra acústica y esas cuerdas espectorianas que lustran los vocales de Stephanie y Tommy Dunbar mientras que le sigue en «Waving Goodbye» con su slide de Robert Stein como cuna y la mandolina de Prophet como sonajero , una canción de añoranza y adiós El final es la cáustica «Get Off The Stage» dónde dice «Yo, solo soy un hombre arriba en el escenario, hago mi oposición sí, es verdad, tengo una banda aquí detrás de mí mientras tú, tienes una boca fea. No tienes corazón, excepto por tu amigo ruso. Eres una obstrucción en el intestino de la democracia y el paciente está muriendo, así que baja de ese escenario por favor, baja del escenario. Ven y toma asiento, vamos a poner algo de John Prine. Todo lo que pedimos es que bajes del escenario» Creo que queda meridianamente claro
Un disco de huellas y detalles , de recuerdos y vivencias, de miradas y recuerdos. Un disco de punzante nostalgia . Un disco de pasado y presente que dejará huella futura.
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