Han pasado 7 años desde el discutido Lighting Bolt (2013) y parece que Pearl Jam han querido reafirmarse ante todos aquellos que parecían haber perdido la fe en el grupo. Esta vez han contado con el productor Josh Evans (Soundgarden, Gary Clark Jr), en vez del habitual Brendan O’Brien, lo cual podría interpretarse como un intento de cambio de sonido. Algo que se ha quedado a medio camino. Cuando algo funciona ¿para qué cambiarlo? Que les pregunten a AC/DC que llevan 45 años con la misma canción. Grabado durante tres años en los estudios de la banda, Gigaton es lo mejor de Pearl Jam desde Yield (1998).
Gigatron empieza muy fuerte con dos trallazos inapelables que son Who ever said y Superblood Wolfmoon. Nada que objetar, excelentes temas rockeros con actitud punk (lo que una vez se llamó grunge) que harán las delicias de los seguidores de toda la vida del grupo. La sorpresa vino con Dance of the Clairvoyants, un tema que avanzaron hace meses y que sorprende por su sonido funk de los años 80. Es un tema que podrían firmar tanto Talking heads como Arcade Fire pero la inconfundible voz de Vedder lo hace suyo. Y se acabó la experimentación. Zapatero a tus zapatos y viejo rockero a rockear. Al escuchar la rabiosa descarga de energía que supone Quick Escape me pregunto si estos tipos llevan realmente 30 años de carrera, no puede ser. Siguen estando ahí las críticas sociales y al sistema capitalista, esta vez condicionadas por la urgencia del cambio climático.
Alright es una buena balada folkie que me sabe a poco, más satisfecho me deja Seven O’clock con un Eddie Vedder que demuestra que por su voz no pasan los años. Never Destination suena a lo que se espera de Pearl Jam, ni más ni menos. Por su parte Take the long way, con ese pesado riff, me suena a Soundgarden, quizás se deba a que está compuesta por Matt Cameron (que por algo ha militado en ambas bandas). No me cuesta imaginármela cantada por el añorado Chris Cornell, la verdad, lo cual no quita que sea un temazo de esos que se disfrutan a todo volumen.
Buckle Up es el típico tema con letra social de Stone Gossard, una letra oscura sobre una música flokie bastante más ligera de lo que sugiere la letra. Correctita. No pasa de la anécdota. Me gusta mucho más la springsteeniana Comes Then Goes: se sustenta únicamente en la guitarra acústica y la voz de Eddie vedder, más que suficiente para ponerte los pelos de punta. Un bonito tema, simple pero intenso.
El rollo acústico sigue con el inicio de Retrograde (¿dedicada a Trump?) aunque el tema va in crescendo tanto en sonido como en emoción. Si Pearl Jam es grande todavía es por temas como éste. Y llegamos al final con River Cross, un fúnebre tema de Vedder, esta vez basado en unos acordes de órgano que una vez más gana enteros gracias a su portentosa voz. Una vez más la letra se ceba con un gobierno que prospera mientras entre el pueblo reina la desesperación. El disco acaba con un mantra muy adecuado a los tiempos que corren: comparte la luz, no nos detendrán.
Lo dicho, Gigaton no aporta nada novedoso a la discografía de Pearl jam, pero es un trabajo más que digno de uno de los mejores grupos, sino el mejor, surgidos en las últimas 3 décadas.
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