Si confeccionáramos el cartel perfecto para un concierto en sala, es casi seguro que a nadie nos saldría el que conforma esta gira de bandas jóvenes que estos días recorre nuestro país. Pero después de ser testigo de la cita con Madrid de dicha gira, quizás debiéramos cuanto menos planteárnoslo. Al incluir a tres bandas para un evento donde a priori no se gozaría de la flexibilidad del tiempo, una de las curiosidades era ver como afrontaba cada formación ese espacio más escueto de lo que cada cual lleva en sus respectivos shows.
Wolf Jaw se encargaban de abrir la velada, y apoyándose en su potente estilo y sin especular en ningún momento nos dieron media hora de pegada y actitud desmesurada. Parafraseando a un amigo mío en referencia a bandas que suenan así, <Redios, que forma más heavy de hacer rock!>. Formato power-trio, una batería demoledor, un bajista que no solo lleva el ritmo perfectamente, también llena sin problema cualquier vacio que deje la presencia de una sola guitarra. . Si tenían alguna de duda de no estar a la altura, no lo demostraron, por el contrario, dejaron el listón bien alto.
Puede que por todo esto, cuando le llegó el turno a Laura Cox pareciese que contaba con menos volumen, y aún teniendo dos guitarras sonaran con menos pegada. Pero también puede ser el efecto de la bofetada que nos habían asestado los británicos, ya que de menos a más, Laura Cox y su banda fueron ajustando la máquina hasta llevarnos a su terreno menos “heavy”, pero no exento de fuerza, demostrando que en directo la banda suena más potente que lo que nos llega desde el estudio. “Fire Fire”, tema que abre su ultimo artefacto fue el punto de inflexión donde el show pillo ritmo dejándonos una recta final muy enérgica hasta completar unos 45/50 minutos de muy buen nivel.
Jared James Nichols, que a pesar de su juventud, es el más veterano en girar y visitar nuestro territorio, era el encargado de cerrar el concierto. Y si hasta ahora habíamos tenido un concierto de alto octanaje con las dos bandas que antecedían al de Wisconsin, él ni se iba a quedar atrás, ni por supuesto a arrugarse.
El sonido mejor y más potente de todas las veces que le he visto, con la misma actitud tanto rockera como con esa simpatía que transmite, de esos músicos que dan buen rollo cuando les ves en el escenario. Anoche de nuevo nos remitía a esa forma tan clásica que tiene de hace blues rock, sonando duro, saliendo al frente a desarrollar sus punteos, siempre salvajes, siempre cortos y separados, sin pausas consiguiendo un show muy dinámico. Como hiciera en su anterior visita a Madrid, invito al escenario a Tony Martínez (Tony Waka) para darle una vuelta salvaje al “Funk#49” de James Gang dando muestras ambos guitarristas de su buen hacer para disfrute del respetable. En el cierre del concierto, Laura Cox también fue requerida para que esta noche de rock tan maravillosa se cerrara con una versión del “Foxy Lady” brutal que servía de broche perfecto para un cartel cojonudo.
¿El cartel soñado para un perfecto show rockero? Puede que no, y que no sean bandas que cuenten con la atención de los medios, pero no se pueden poner peros, cuesta escoger una sola banda que sobresalga del resto, y para un servidor, el resultado es sobresaliente.
0 comentarios