«Hunters» es una de las principales apuestas de Amazon Prime Video para este inicio de 2020, ya que «a priori» la serie prometía al aunar un punto de arranque interesante, presupuesto holgado y rostros conocidos para el gran público. A pesar de estos buenos condicionantes, nos ha decepcionado ya que una enorme irregularidad tiñen sus imágenes.
Diez episodios de más de una hora componen estas primera temporada, con producción ejecutiva de Jordan Peele, uno de los «enfant terrible» del nuevo Hollywood, merced a sus éxitos con dos renovadoras cintas de terror como son «Déjame salir» y «Nosotros». Su mano se nota, pues los condicionantes racistas aparecen en más de un momento, eso sí matizados entre bromas, con supuestos anuncios y giros que nada tienen que ver con la trama principal, como sucede en el cine de Adam Mc Kay, sobre todo en «La gran apuesta» y «El vicio del poder». Ideas que pueden parecer divertidas y resultonas pero que hacen que languidezca su propuesta inicial. Un grupo de judíos, algunos de ellos supervivientes del holocausto, forman un grupo de cazadores de nazis, escondidos en los Estados Unidos con falsa identidad, para asesinarlos sin ninguna piedad, por sus horribles crímenes pasados. El problema radica es que todo se acaba perdiendo entre la irregularidad más absoluta, ya que en ningún momento parece decidirse por donde va a discurrir el planteamiento. De hecho, su primer capítulo nos presenta a un joven que entra en contacto con la secreta sociedad, tras perder a su abuela en un horrible crimen y, con posterioridad, casi perecer a manos del psicótico nazi que acabó con la venerable anciana. Argumento que hace que esperemos una intriga de acción, que pasa pronto a un infantilismo en el conflicto que sonroja, con villanos y protagonistas que parecen sacados de un tebeo. Y esa sensación de cómic, de novela «pulp» no se quita en ningún momento, por lo que cualquier espectador medianamente maduro se evadirá de la historia y de sus intenciones. Sumando esos alivios cómicos antes reseñados que tampoco ayudan.
En lo técnico no se puede poner un pero, ya que «Hunters» está rodada con suficiente presupuesto pero no recordamos un momento de especial épica o un plano soberbio, centrándose más en crueles y sádicas ejecuciones ejercidas en los campos de exterminio en la Alemania pasada. Y unos antagonistas histriónicos a más no poder, encabezados por una actriz por lo general solvente como Lena Olin. Entre los «buenos» tampoco hay interpretaciones memorables, a pesar de estar Al Pacino, que parece fuera de lugar. Y entre los cameos grandes del cine como Keir Dullea («2001») o Barbara Sukova («Europa») y de la televisión como John Noble («Fringe»). Mucho ruido y pocas nueces en un producto al que no le auguramos demasiado recorrido, con un desastroso desenlace que roza el bochorno. Un conglomerado de ideas «brillantes» deslabazadas y sin nexo de unión. Poco novedosas y ya vistas con mejor resultado, como en los Tarantino de «Malditos bastardos» y «Érase una vez…en Hollywood» y su manipulación a conveniencia de hechos históricos o ese volverse malo que llevó al paroxismo Vince Gilligan con «Breaking bad» o «Better call Saul». «Hunters» queda a una distancia sideral. Una pena.
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