El incombustible (quien lo diría…) Al Jourgensen está de vuelta de nuevo con su decimocuarto disco para escupirnos su acostumbrada dosis de odio apocalíptico contra el sistema yankee y esa doble moralidad estúpida que la envuelve. Un servidor no podía celebrarlo más, necesitamos al Tio Al más que nunca ante semejante disparate imperial que el mundo, e incluso la gran mayoría de americanos, están sufriendo con el ‘clown’ que habita en la Casa Blanca.
Adéntrate en la ‘Zona Crepuscular’ y sufre las consecuencias…
Como era de esperar, teniendo al capullo de Trump haciendo y desaciendo (más bien esto último) en la administración yankee, el nuevo caldo de cultivo estaba servido para que la criatura Ministry volviese a resurgir con más fuerza que nunca teniendo a nuestro Jourgensen como el gurú definitivo para denunciar la bizarrada de gobierno que están padeciendo en el país de las barras y las estrellas. Que su país esté en esta situación le viene bien a la banda de Chicago y le viene que ni pintado a nuestro protagonista porque es cuando saca lo mejor de sí mismo, cuando nos ofrece lo que mejor sabe hacer que no es otra cosa que atmósferas apocalípticas a go go, caos sónico a base de samplers atómicos y mucha mala hostia para con quien se lo merece y que, como es ya costumbre, siempre suele ir destinada a aquel que se encuentra ocupando el Despacho Oval.
Sin extenderme demasiado, AmeriKKKant (2018) es una colección estupenda de rabia, frustración y Metal Industrial. Tras ese inicio distorsionado con scratches y violines de «I Know Words», tenemos ya el primer clásico de la nueva colección con «Twilight Zone», muy en la línea del machacón y oscuro Filth Pig con una línea de harmónica infernal entre la maraña de samplers y aporreos marciales de la batería. Ministry en estado puro. Arreglos circenses y un tufillo a los White Zombie de Astro-Creep en la base rítmica se intuyen en «Victims Of A Clown», uno de mis temas favoritos con esas bases bailongas junto con el hostil y tremebundo «We’re Tired Of It» que te recordará claramente a su icónico Kejanzo por su frenética esquizofrenía sónica. «Wargasm» es muy Marilyn Manson en las bases y el riff. «Antifa» es otro de los highlights de este disco, otro tema pesado, creado para generar odio antifascista y totalitario que se vuelve muy rockero hacia el final. «Game Over» vuelve a la pesadez monoforme de Filth Pig para acabar con las texturas industriales y scratches de por medio del denso «AmeriKKKa». Al Jourgensen, eres necesario para este anti-mundo…
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