La música de Red Fang, cuarteto formado por Bryan Giles (guitar, vocals), Aaron Beam (bass, vocals), David Sullivan (guitar) y John Sherman (drums) comenzó su andadura discográfica en 2009 con dos discos que dieron muchísimo que hablar, el debut Red Fang (2009) y Murder The Mountains (2011) que los puso en boca de todo el mundo con ese híbrido complicado de clasificar entre el Sludge Metal, el Stoner, el Metal Alternativo y el Post-Grunge. Pero no sería hasta Whales and Leeches (2013) que alcanzarían el reconocimiento mediático que demandaba su música siendo ya cabezas de cartel en festivales y dejándose ver en todos y cada uno de los ‘Late Night Shows’ del país de las barras y las estrellas.
Vamos a ‘volar’ por las parajes inhóspitos y agrestes del ‘Fango Rojo’…
¿Y qué nos depara el cuarto trabajo de la banda?. Con Only Ghosts (2016), al menos en mi caso personal e intransferible, me ha pasado como con todos los discos de los de Portland, me cuesta entrar mucho las dos primeras escuchas, parece como que te quieran poner a prueba con esas guitarras incisivas y cortantes, esas atmósferas claustrofóbicas y ahogadas y la fangosa voz del bestia de Brian Giles. Pasada la segunda escucha, empiezo a acostumbrarme a su disciplina para acabar amándola y vislumbrar todo tipo de matices que, en primera instancia, no te dejan ver entre la densa y exigente muralla sónica. Y es que Red Fang no son tan sólo una banda de Sludge Metal al uso, sus clarísimas incursiones en el Indie Rock y el Stoner se han sucedido desde sus principios y a pesar del éxito sin venderse lo más mínimo de Whales…, con esos arreglos refrescantes y alguna mirada al progresivo, Only Ghosts se me manifiesta como otro álbum que continúa gestando la leyenda, no sorprende, no evoluciona por esta vez su clásico y distintivo sonido pero convence de todas todas.
Canciones como «Flies», «No Air», «Shadows», «Living In Lye» o el urgente y virulento «The Deep» siguen presumiendo de ese sonido embrutecido, denso y doloroso marca de la casa con esa dualidad vocal entre el timbre melódico del bajista Aaron Beam y la garganta prehistórica de Brian Giles. Sin embargo, cortes como «Cut It Short», «No Air» y el pegadizo «Not For You» muestran la cara más ‘amable’ y alternativa de la banda con acercamientos claros a Queen Of The Stone Age como en «The Smell Of Sound».
En conclusión, un disco que no ha acusado el éxito del anterior, que sigue firme en sus postulados y que sigue marcando la senda de una de las mejores bandas del momento en tanto en cuanto a la música más ruidosa e incómoda pero intensa y brutalmente bella se refiere…
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No ‘solo de fantasmas’ vive Red Fang…
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