La ultima película de Jacques Audiard (El profeta, De óxido y hueso) ganó la palma de oro en el festival de Cannes y obtuvo nueve nominaciones a los premios César. Dheepan nos muestra el drama de los inmigrantes en Europa. Un tema de candente actualidad que, desgraciadamente, va a continuar estando en las primeras páginas de los periódicos durante mucho tiempo. Audiard es un director valiente que hurga deliberadamente en una herida que muchos se niegan a ver. En Dheepan nos narra la historia de unos personajes que huyen de la violencia de su país de origen y que harán lo que sea por salir de esa mortal espiral de odio y muerte. No sabemos casi nada del origen de la peculiar familia ensamblada sobre la marcha para lograr los papeles de asilo en Francia. Únicamente sabemos que cualquier cosa que Europa les depare será mejor que lo que dejan atrás. Audiard nos narra con precisión casi milimétrica, a veces cercana al documental, la adaptación de esta peculiar familia a sí mismos y a un país del que desconocen las costumbres y el idioma. El proceso no será fácil pero no hay vuelta atrás. Cualquier trabajo, aunque sea de vendedor ambulante o conserje, es mucho mejor que quedarse en un país inmerso en una eterna guerra civil. Sin embargo, no todo será coser y cantar en la vieja Europa, aquí tenemos nuestros propios problemas, lo único que hay que hacer es mantenerse al margen. Siempre que ello sea posible, claro.
Me pareció muy acertada la forma en la que los tres protagonistas deciden empezar de cero, creándose nuevas identidades, asumiendo la mentira como única manera de sobrevivir. Los desajustes entre los roles asumidos y sus verdaderas personalidades nos brindan algunos de los mejores momentos del film. Los roles son una constante en el cine de Audiard. En su cine, un capo de la droga puede ser una buena persona y un guerrillero con años de experiencia en matanzas varias puede acabar siendo un vendedor del top manta en cualquier ciudad europea. Su cine muestra personajes desesperados capaces de cualquier cosa por sobrevivir. Frente a la acomodada y dormida Europa, los protagonistas de Dheepan tienen sueños y ganas de vivir.
Como ocurre siempre con el amargo cine de Audiard, su película va transformándose conforme avanza, cambia de registro y, casi sin darnos cuenta, nos va llevando por los caminos más insospechados. Todo ello sin perder un ápice de apego a la cruda realidad que relata. Audiard no tira de estereotipos ni da al espectador lo que éste espera ver, tiene su propia historia y sabe cómo contarla sin caer en la demagogia ni buscar la lágrima fácil. Tampoco va de moralista ni propone soluciones. Su cine es así. Invita a la reflexión pero no propone soluciones. A mí Dheepan me dejó un regusto agridulce, el final me resultó algo forzado, está rodado con buen pulso y se nota el dinero invertido pero me pareció que desentonaba con lo visto anteriormente. Se abandona el tono realista para adentrarnos en el cine negro desvirtuándose así el conjunto.
Dheepan es una buena muestra de cine como acicate de la sociedad frente una realidad incómoda que no podemos seguir negando.
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