Simple Minds, el grupo escocés de Glasgow que comenzó siendo telonero de Peter Gabriel en los años 80, ha vuelto. Sí, el de «Don´t You (Forget About Me)», o «Mandela Day», tras una exitosa gira, de la cual ha salido un dvd+cd, grabado en el Hydro de Glasgow, dirigido por el mismo autor de la ceremonia de apertura y cierre de los Juegos Olímpicos de Londres.
El grupo acaba de presentar Big Music, con los miembros originales: Jim Kerr (voz), Charlie Burchill (guitarras) y Mel Gaynor (batería). La banda cuenta además en sus filas con Andy Gillespie a los teclados, Ged Grimes al bajo, Sarah Brown haciendo coros en algunos de los temas y de Christine A.D. que les acompaña en sus directos.
Big Music es enérgico, muy vital. Un retorno al sonido de sus primeros discos como New Gold Dream (81,82,83,84) del año 1982 y Once Upon a Time (1985). Tiene mucha más vida musical que el Song of the Innocence de U2, y no ha tenido tanto apoyo mediático como The Endless River de Pink Floyd, sólo el de la gente que los escucha , asiste a sus conciertos o visita su página web. Las críticas de la prensa especializada en el Reino Unido han sido unánimes y magníficas: “su mejor disco en años”. Lo puse en el reproductor y… ¡Vaya sonido!
«Blindfolded», el primer sencillo, con un vídeo modernista , es energía pura. Escrita por Kerr/Burchill (miembros originales), con labores de producción de Steve Osborne, que ya estuvo en sus primeros discos de los años 80. El sonido de los teclados recuerda a Depeche Mode.
«Midnight Walking» es un medio tiempo, típico de Simple Minds, con una labor de bajo soberbia y unos teclados… ¡qué teclados! ¿Volvemos a los años 80? ¿Por qué en la música actual escasean estas variaciones de ritmos? Una de las cosas que más me gustan dentro de la música que hace la banda, es que ralentizan sus ritmos dentro de una misma canción, y esta es un ejemplo. (“En la edad donde lo esencial se convierte en trascendental, vamos a dar un paseo nocturno a través del calor y de la nieve”).
«Honest Town», una de las joyas del disco, está escrita por Ian Cook, Kerr y Burchill en homenaje a su tierra natal. Empieza atmosférica y crece a cada escucha. No te cansas de oírla. Ideal para una tarde de otoño, cuando llega el crepúsculo. Quizás lo que defina a SM es que son “honestos”. Ahora están recogiendo los frutos de lo sembrado. (“Cuando la luz se instala en Honest Town, hay algo entre tu y yo. Y cuando vuelves tu mirada hacia los días honestos de antaño, encontrarás algo entre tu y yo”).
«Big Music»: “Puedes buscar a través del tiempo en tus fantasías, pero no encontrarás el secreto de cómo hacer gran música / Big Time»
«Blood Diamonds»: otro gran tema, un medio tiempo en el que Jim Kerr con su voz nos transporta a otros lugares, con unos teclados muy de los 80, donde bajo y batería se dan la mano. Recuerda a canciones de «Once Upon a Time» (1985). (“Recordé aquellas escabrosas canciones como fantasmas en pleno vuelo”).
«Let the day begin», me recuerda mucho a Kraftwerk o a Depeche Mode. Es una versión de una canción del grupo The Call, que alcanzó el top en los charts americanos en 1989. La guitarra de Charlie Burchill impregna toda la canción. Como si su antiguo teclista (Michael McNeil) estuviese de vuelta; “sinfónica” es el adjetivo.
Luego hay otras canciones que no desmerecen en nada, como «Human» (“Soy humano; me siento perseguido, soy un exiliado, buscando el lugar correcto, soy humano”),» Concrete and Cherry Blossom», «Imagination», «Kill or Cure» (“El vino sobre la mesa, la forma de tu vestido no desentona. Lo intento pero no soy capaz, tú tienes la llave. Puedes matar o curar…abrumador”). «Broken Glass Park» (“Fue en los últimos días del último siglo, éramos tan jóvenes…”), y «Spirited Away» (“No soy un chico complicado, me gustan las cosas simples, pero hay mucho que no comprendo, y veo que nos falta tanto”, susurra Jim Kerr).
Era difícil esperar que en el 2014 se hicieran tan buenos temas. Un álbum maduro y contundente; esas son las palabras.
Muy buena y acertada crítica. Realmente un disco notable , que pena eso sí que tenga tan poca difusión.
Big Music es sin duda un gran disco. simple minds siguen en la vanguardia y a mostrar quienes son. GRANDES
Soy seguidor aférrimo de Simple Minds, este último trabajo «Big Music» me parece fascinante, para mi es uno de sus mejores trabajos desde los legendarios» new gold dreams» y «Spakle in the rain». Creo que actualmente la crítica, como siempre, les ha ignorado como si fueran un grupo cualquiera en decadencia, y es justamente lo contrario, es una de las mejores bandas de la historia de la musica, hacen una música memorable. Si tuvieran la promoción que se merecen seguro que la juventud actual los descubriría y vería que la músico de Simple Minds es más que eso, es sentimiento y grandilocuencia, te hace descubrir nuevos escenarios de vida y cuando la escuchas parece que el resto de la música es secundaria. Ya se que sobre gustos colores pero para mi !VIVA SIMPLE MINDS! por siempre y para siempre.