Aprovechando el anuncio de su regreso a los escenarios para el 2026 de El Último de la Fila, vamos a hacer un recorrido completo por su discografía desde sus inicios en Los Rápidos y Los Burros.
El Último de la Fila fueron siempre contracorriente. En un país dominado por el hedonismo posfranquista de la movida, ellos hablaban de melancolía, de seres desubicados, de sueños y derrotas. El viaje de Manolo García y Quimi Portet es una mutación constante: del pop al rock mestizo, de la crítica social a la poesía existencial. Pocos grupos españoles han tenido una evolución tan coherente, tan libre y, paradójicamente, tan exitosa.

LOS RÁPIDOS – Rápidos (1981)

Aquí arranca la historia. En plena resaca del punk, desde Barcelona surgieron Los Rápidos: Manolo Garcia junto a Esteban Martín (teclista), Antonio Fidel (bajista), Josep Lluís Pérez (guitarrista) y Lluís Visiers (batería). El argentino Sergio Makaroff buscaba músicos para grabar un disco y éstos decidieron seguir como grupo. Firmaron muy rápido con EMI y de ahí su nombre. El sonido: guitarras punk, sintetizadores y letras irónicas. Canciones como “Amor biodegradable”, “Navaja de papel” o “Ruta del sur” muestran a un grupo de proletarios que quieren sonar modernos. En directo solían romper televisores con un hacha. El disco fue un fracaso comercial, EMI pasó de ellos y el grupo decide separarse. En uno de sus últimos conciertos coinciden con Kul de Mandril e incorporan a su guitarrista, un tal Quimi Portet. 35 años después publicaron su segundo LP “Piensos Luegoexistos” (2015).
LOS BURROS – Rebuznos de amor (1983)

De las cenizas de Los Rápidos nace Los Burros. El salto es importante. Este disco (con la discográfica Belter, la de Manolo Escobar)suena más desenfadado, casi esperpéntico. Es un grupo que mezcla la sátira con la ternura. Coquetean con el techno pop y las guitarras punk con un toque gótico tan de moda en la época. “Huesos”, “Portugal”, “Te quiero bastante”, “Disneylandia”, “Mi novia se llamaba Ramón” o “Hazme Sufrir” son lo mejor de un LP que fue también un fracaso comercial en su día aunque sentó las bases de lo que vendría. Manolo ya escribe como un poeta de la calle y Portet afina su gusto por los arreglos insólitos. Además, no parecen querer gustar a nadie más que a ellos mismos. Y eso, en el fondo, es de lo más punk.
LOS BURROS – Jamón de burro (1987)

Un EP póstumo que sirvió como testamento de Los Burros. Manolo y Quimi habían decidido seguir como El último de la fila, pero en 1986 graban estos 6 temas de Los burros que iban a formar parte de su segundo LP que nunca vio la luz y merecían mejor suerte que el olvido. Hay humor absurdo, guitarras crudas y letras que oscilan entre la broma y el surrealismo. Incluía una nueva versión de «Huesos» más cañera y un tema de Kul de Mandril, «Jamón de mono», cantada por Quimi. «Rosa de los Vientos» y «Tú me sobrevuelas», podrían formar perfectamente parte del catálogo de El último de la fila. No es un EP esencial, pero sí un documento clave para entender la mutación de grupo anecdótico al dúo que se volvería icónico.
EL ÚLTIMO DE LA FILA

Manolo y Quimi son dos personalidades totalmente opuestas pero complementarias y entendieron que la ironía no basta y que la profundidad poética tiene un lugar en el pop. Cambiaron el nombre de banda, se quitan el disfraz y se ponen serios sin perder su personalidad. Nace El Último de la Fila: un nombre que resume su filosofía vital. No pretenden encabezar las listas de éxito, sólo hacer la música que les sale del alma.
Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana (1985)

Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana fue el primer disco del nuevo proyecto. Hay una tensión entre lo viejo y lo nuevo: todavía hay ecos de Los Burros, pero también una búsqueda de identidad más espiritual y social. “Dulces sueños”, “El loco de la calle” o “Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana“ son simplemente geniales y“Querida Milagros” es una de las mejores canciones antibelicistas jamás grabadas.
Enemigos de lo ajeno (1986)

Consolidación. Es un disco que hace del dolor algo bello. Las letras de Manolo son ya pura poesía post industrial, mientras Quimi mezcla guitarras limpias con sintetizadores sin caer en el kitsch. Hay desgarro, pero sin autocompasión. El sonido es más limpio y la emoción más palpable. “Aviones plateados”, “Soy un accidente” o “Mi patria en mis zapatos” son joyas intemporales mientras “Insurrección” se convirtió en bandera generacional sin proponérselo. Nadie suena así en España: ni tan poético ni tan dolido.
Nuevas mezclas (1987)

El título no engaña. Este disco contiene temas de sus 2 primeros LPs regrabados en Italia con una producción más cuidada. Una treta comercial y una forma de sacar lustre a su repertorio y presentarse al gran público con galas nuevas. No hay evolución temática, pero sí sonora. Marca el inicio del salto a las masas. Las radios ya no pueden ignorarlos aunque yo prefiero las versiones originales.
Como la cabeza al sombrero (1988)

El disco de la madurez. El sonido se hace más pop, la voz de Manolo se abre a influencias flamencas y árabes mientras sus letras se tornan más simbólicas y personales. La producción, ya firmemente profesional, permite respirar a las canciones y Manolo empieza a cantar con el alma unas letras que son pura poesía. Incluye verdaderas maravillas como “Sara”, “Dios de la lluvia” o “Ya no danzo al son de los tambores”. El país empieza a tomarlos en serio no solo como grupo, sino como fenómeno cultural. La movida agonizaba y este disco fue el último clavo en su ataúd.
Nuevo pequeño catálogo de seres y estares (1990)

Su disco más arriesgado y valiente. Aquí ya no hay intención de agradar, sino de explorar nuevos territorios. Experimentan con nuevos sonidos e influencias orientales mientras Manolo canta como si le hablara a los fantasmas de su infancia. Sigue habiendo estribillos adictivos aunque las emociones son más complejas. Me fascinan “Cuando el mar te tenga”, “Músico loco”, “A jazmín”, “Andar hacia los pozos no quita la sed”, “Barrio triste”, uffff. En plena ebullición noventera, ellos van por libre. Como siempre.
Astronomía razonable (1993)

El cénit comercial y el inicio del declive. Grabado en los Real World Studios (de Peter Gabriel), la impecable producción de Quimi Portet y David Tickle (Sting, U2, Prince) consigue el equilibrio perfecto entre letras hermosas y melodías memorables. Desaparecen los sintetizadores y ganan influencia los ritmos latinos y la rumba. “El que canta su mal espanta”, “Lápiz y tinta” o “Como un burro amarrado en la puerta del baile” son clásicos instantáneos… pero la segunda mitad del disco empieza a dar síntomas de agotamiento. El éxito de los singles los convirtió en el grupo más importante del país sin perder un gramo de autenticidad.
La rebelión de los hombres rana (1995)

El canto del cisne. Es su disco más etéreo e introspectivo, casi como un susurro final. No hay ganchos comerciales y se evidencia que las ideas empiezan a escasear peligrosamente. Me gustan “Uva de la vieja parra”, “Bombero del atardecer”, “Pedir tu mano” y “Vestido de hombre rana” pero poco más. No fue un fracaso comercial, pero tampoco el fenómeno de los trabajos previos. Se disolvieron con dignidad y a tiempo un par de años después. Un fundido a negro de una banda que desapareció como vivió: al margen de todo, fiel a sí misma.
Durante casi 30 años, tanto Manolo García como Quimi Portet han desarrollado sus carreras en solitario. La de Manolo navegó por corrientes más comerciales mientras la de Quimi por aguas mucho más experimentales y marginales hasta …
Desbarajuste Piramidal (2023)

El epílogo inesperado. Hay discos que son más importantes por lo que significan que su valor artístico (estoy pensando en el The next day de David Bowie). Cuando nadie se lo esperaba, Manolo y Quimi se juntaron durante meses para grabar versiones de sus grandes temas que quedaron reflejadas en este disco. Pura nostalgia, cierto, las versiones no aportaban nada nuevo destacable, también, pero significó que la llama dentro del grupo no estaba del todo extinta. La buena sintonía entre el dúo parece que ha fraguado finalmente en el anuncio de una gira para 2026.




















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