Desde hace casi dos décadas, la formación de Nashville Pussy es estable con la importante adquisición de la bajista Bonnie Buitrago que conforma una interesante base rítmica junto a la batería de Ben Thomas, dejando el peso de la actuación a los dos líderes, el matrimonio formado por Blaine Cartwright y Ruyter Suys.

Una banda desmesurada en directo, con esa fuente inagotable de energía sobre el escenario que es Suys a las seis cuerdas y un Cartwright a la guitarra de acompañamiento y la voz. Más si el local es recogido y pequeño, como es el caso de La Guarida del Ángel en Jerez de la Frontera (Cádiz) donde los de Atlanta tocaron un otoñal viernes 4 de octubre de 2024 en su gira europea.

Quizás se pueda achacar que las estrofas apenas son vocalizadas pero da igual, eso es el punk que con su unión de hillbilly y, sobre todo, hard rock es lo que practican los estadounidenses. Y además muy bien. Con sus Marshall, Orange y guitarras Gibson (aunque el bajo de Buitrago sea Fender). Sonido contundente y actitud al cien por cien, con Suys como “maestra de ceremonias”, espídica, sin parar de moverse o escupiendo Jack Daniels a las primeras filas, junto a un Cartwright con su sombrero (que en algún momento se quita dejando a la vista su calvicie) y su “macarra” forma de entender como acometer una canción.

Una puesta en escena que destila autenticidad por todos sus poros pero que además trasmite, como se podía observar al entregado público jerezano, en una sala que rozaba el lleno. Pero si buena es la ejecución, las canciones siguen siendo soberbias, con un inicio de vértigo con “Pussy’s not a dirty word”, “Piece of ass”, “She’s got the drugs”, “Ru bit to death”, “Come on come on” o “High as hell”. Cortes rápidos, letras inenarrables y una formación con la sabiduría que le ofrecen los conciertos en tantas y tantas salas (uno de mis acompañantes explicaba que faltaba un enrejado en el escenario aunque los presentes no fuesen tan salvaje como el que nos muestran las películas americanas ambientadas en esos ambientes musicales sudistas).

La lección continua con cortes como “Gonna Hitchhike Down to Cincinnati and Kick the Shit Outta Your Drunk Daddy”, “Testify”, “Snake eyes”, “Struttin’ cock”, “Hate and whiskey” o “Til the meat falls off the bone” antes de una pequeña despedida. Breve porque quedan bises de la categoría de “Why why why” y “Go motherfucker go” con la que cierran hora y veinte minutos de intensidad total. Además Ruyter Suys abandonó el recinto para hacerse fotos con todo aquel o aquella que se lo pidiese.

Un espectáculo el de Nashville Pussy que sigue siendo excepcional pues los hemos visto en varias ocasiones y siempre convence. Los años pasan pero la actitud no.

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

Te puede interesar

Crónica del Festival The Root Of All Evil en Sevilla

Crónica del Festival The Root Of All Evil en Sevilla

Es muy arriesgado organizar un evento de metal extremo en nuestro país, y mucho más el realizarlo en una ciudad no tan habituada a este tipo de eventos como es Sevilla, pero tras lo vivido el pasado sábado 23 de noviembre en la renombrada sala Supra, que muchos...