Llega un momento en la vida del adulto en el que las circunstancias complican poder asistir a tantos conciertos como a uno le gustaría, que son muchos, y termina por conformarse con los pocos, muy pocos, que puede ir. Esto implica que cuando los colegas te avisan que van a tocar, la mayoría de las veces tienes que decirles que no puede ser. No sé las veces que le habré dicho que no a Germán, que suele avisarme de cada bolo en el que participa, así que cuando vi que el viernes tocaba con Vamos muy bien, el tributo al heavy metal clásico español en el que canta, en la Orpheus Rock y que si apretaba un poco al salir del curro podría llegar a tiempo, por fin tuve el gusto de poder decirle que sí. ¿Qué mejor para una noche de viernes, tras una semana dura de trabajo, que irte a tomar unas cuantas cervezas escuchando una banda sólida tocar todos esos temas con los que creciste, bailar y cantar con ellos tanto himno como dejaron caer para todos nosotros?
Con esta premisa nos pusimos rumbo a la sala donde nada más llegar comenzamos a encontrarnos a amigos de toda la vida que venían buscando lo mismo que nosotros: un rato de desparrame para olvidar la vida cotidiana y rejuvenecer unas cuantas décadas, aunque fuese sólo por unas horas. Tal como la música empezó a sonar no tardamos mucho en instalarnos en los 80. Vamos muy bien está formado por cuatro individuos de más que reconocida trayectoria en la escena sevillana a los que todo el mundo coincide que da gusto escuchar tocar. Aparte del mencionado Germán Repetto, que ejerce de vocalista en los veteranos Ira Regia, está su compañero de banda Juan Vílches al bajo, conocido por otros mil tributos, algunos tan sonado como Riff Raff o The Troopers. Junto a ellos dos antiguos componentes de los míticos Katie King, Paco Battery a las baquetas y el espectacular Manuel Íñigo a la guitarra. Entre todos nos dieron una lección magistral de como afrontar unos temas que el que más y el que menos de los presentes lleva al lado de su corazoncito desde hace décadas: respeto, solidez, cariño, precisión y elegancia. Porque sí señores, sí, se puede tocar una macarrada como Vamos muy bien de Obús sin dejar de lado esa elegancia barriobajera, intensa y chulesca que tiene que tener que el buen heavy metal.
El repertorio te lo puedes imaginar sin tener que echarle mucha imaginación al asunto. Unas cuantas de Barón Rojo, El malo, Cuerdas de acero, Con las botas puestas. Otras tantas de Ángeles del Infierno, Maldito sea tu nombre, Prisionero, Unidos por el rock. Voy a tu ciudad de Banzai, el clasiquísimo El heavy no es violencia de Pedro Bruque, algo más moderno con Vientos de guerra de Saratoga, w incluso un guiño a Argentina y Rata Blanca. Y, por supuesto, Obús con Dinero, dinero y la susodicha Vamos muy bien que para cerrar el concierto va como un tiro y te hace irte de allí con la sensación de que la fiesta ha sido buena, muy buena de hecho
Una actuación que, estructurada como un concierto tradicional de heavy metal, deja espacio para que Manuel Íñigo, que ataviado con gafas de sol e Ibanez plateada recordaba un poco a Joe Satriani, demostrase con un solo alucinante lo que ya era más que patente antes y después, sin contar con que lo traíamos sabido de casa desde hace muchos años, que es un guitarrista de pura cepa. En serio, si puedes verle tocar en algún momento no te lo pierdas porque es una gozada, y si lo tienes complicado para verlo busca el material de Katie King y entenderás de lo que estamos hablando. Material en el que también podrás escuchar como se las gasta el señor Paco Battery con las baquetas y que también pudo demostrarlo a sus anchas pues, como te digo, siguiendo un esquema clásico a tope, no faltó tampoco el solo de batería.
Poco más te puedo contar que no te estés imaginando a estas alturas. Temas de toda la vida, músicos más que solventes, buen ambiente, cervezas variadas. Un éxito absoluto de noche tanto para la banda que se vio arropada por una buena cantidad de público como para los asistentes que lo pasamos como los indios disfrutando de las canciones de toda la vida en directo. Un planazo para un viernes noche, de esa burra no me baja nadie. Gracias a la banda por el buen rato que nos hicieron pasar.
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