Recuerdo a Ángeles, unos ochenta.
La conocí un verano. Con solo unas palabras
atrajo mi atención como a un colibrí.
Escribía poesía y cuando le pregunté
qué poetas le gustaban más me dijo
que no leía a ninguno para no contagiarse.
Ángeles era todo corazón, pues ya se sabe
que el intelecto repite, pero el corazón descubre.
Locutado por Tomás Galindo aquí
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