La expectación creada por la gira del 40 aniversario de Helloween era evidente, y prueba palpable de ello es que los alemanes tuviesen que añadir una fecha más en Madrid y ambos conciertos presentasen un espectacular solo out en la cubierta de Leganés .
A las 18 horas se abrían las puertas y el numeroso público que aguardaba haciendo cola y combatiendo el frío e incluso un corto, pero intenso chaparrón, como rito de iniciación de antes de cada concierto a entrar para tomar sitio antes de que la banda telonera, Beast in Black, tomara el escenario para empezar su show a las 19.30 con una Cubierta de Leganés que presentaba una magnífica imagen.
Con una década ya de existencia, Beast in Black se han forjado una buena legión de fans que se hizo evidente en el momento que comenzaba a sonar “Power of the Beast” provocando reacción en cadena entre la mayoría de público asistente. Los finlandeses suenan compactos, realmente bien, dando fuerza a sus canciones en continuo contraste con la base electrónica que da personalidad propia a sus canciones.

El foco de las miradas se centra en su vocalista, Yannis Papadopoulc, que ejerce perfectamente de frontman a la vez que no duda un solo instante en dejar claras sus fabulosas dotes vocales. Beast in Black estuvieron prácticamente una hora sobre el escenario con un autentico Tour de force final en el que sonaron “Blind and Frozen” y “No surrender” a la par que Yannis recordaba que estarán dentro de un año tocando en la madrileña sala Riviera.
Ya con los últimos rezagados dentro de la Cubierta de Leganés, esta lucía con un espectacular lleno para recibir a Helloween, que antes de las 21 horas ya estaban sobre el escenario ante el tumultuoso recibimiento de los allí reunidos para ellos y es que es incontestable la calada de los alemanes entre el publico español.
Mientras la animación cumplía su papel en la pantalla gigante detrás de la batería de Daniel Löble, el show, la celebración de 40 años de Heavy Metal daba inicio con la banda ejecutando un potente “March of time” y la Cubierta secundando con sus voces a Kiske y Deris.

El perfecto conocimiento por parte de este último de nuestro idioma lo convierte en maestro de ceremonias, papel que cumple perfectamente, Helloween suenan que truenan, que dirían Obús. “The King for a 1000 years” da paso a otro momento jubiloso, “Future world”, delirio, entrega, los músicos disfrutan llevando a sus fans al paroxismo. A pesar de la presencia de dos pesos pesados en la historia de Helloween como Weikath y Hansen, dan mucho protagonismo a Sascha que asume buena parte de los solos.
El dúo de voces que forman Kiske y Deris es de otro mundo, se complementan para que el esfuerzo y el peso de la edad sobre las gargantas no pese demasiado en el resultado final de las canciones.
Turno para el disco nuevo, “This is Tokyo” que gana mucho en directo respecto al disco como le ocurre a “A Little is a Little too much” que sonó en la segunda parte del show. Con inteligencia intercalan clásicos con canciones nuevas aunque las primeras dominan el set list.

Si estamos celebrando los 40 años de carrera de Helloween, Kai también reclama su dosis de protagonismo que en el set list de la gira se basa en “Ride the sky” que sonó como una bomba nuclear que arrasa a su paso y la speedica “Heavy Metal is the law”, pero no adelantemos acontecimientos porque ante el entusiasmo general que crean canciones como “Twilight of the Gods”, “We Burn” con “lanzallamas” de Deris incluido, acababa la primera parte del show con un orgásmico “I want out”.
Vuelven solos Deris y Kiske, sentados al frente del escenario para guitarra (Kiske) y voz, regalarnos una sorprendente “Pink bubbles go ape”, “In the middle of a heartbeat” y una debilidad personal como es “A tale that wasn’t right” que culminan con la incorporación del resto de la banda y las emociones rozando el techo de la Cubierta.
Ya solo quedaba el camino a la gloria que se desliza entre los acordes de himnos de los alemanes como “Halloween”, “Power”, además de la ya mencionada “Heavy Metal (is the law)”, “Eagle fly free” y “Dr. Stein” engarzada a “The Keeper of the seven keys” que pone final a una noche mágica para todos. Cuando después de dos horas largas de concierto en las que has disfrutado de todas y cada una de las canciones tocadas, añoras otras tantas que te hubiese gustado escuchar, comprendes lo grande que son Helloween y su música.




















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