Vamos con otro disco para La Trastienda, el cual puedes leer aquí. Es sabido por todos, que hace siglos, las personas que se dedicaban a un oficio en el que se abarcaba una amplia gama de conocimientos, como filósofos o médicos, eran gentes ecuménicas. Cargaban con toda la sabiduría que la práctica otorga con el paso de los años. En nuestros tiempos, todo se ha convertido en especializaciones y la música, no deja de ser otro oficio donde hay muchas vertientes en las que subdividirse. Si bien, la naturaleza, a veces, sólo a veces, pare a enormes virtuosos sin límites, como es el caso de Devin Townsend.
Mientras escribo estas palabras, no dejo de tener presente la extrañeza de que este músico no esté llenando estadios. Acompañado por Aneke Van Giersbergen, con su melodiosa voz, Ryan Van Poederooyen a la batería, Dave Young con la guitarra eléctrica y Brian Waddell al bajo eléctrico, este currante nato y verdadero portento como guitarrista y como compositor, me ha sorprendido sobre todo por el abanico tan grande al que optas, si te acercas a cualquiera de sus trabajos. Porque puedes encontrar desde música clásica, hasta rock sureño, pasando por el metal progresivo e incluso el extremo. Todo, con un especial toque estéticamente minimalista, en el que su voz acompaña sorprendentemente en absolutamente todos los registros. Resumiendo. Si vas a ver a Devin Townsend, vas a oír música, punto. Tómatelo así desde el principio y te sorprenderás gratamente, te lo aseguro.
Este vinilo, donde predomina el metal progresivo, es el primero que me ha enganchado. Ocean Machine. Segundo álbum de estudio lanzado en el año 1996 bajo el sello propio HevyDevi, ante la imposibilidad de conseguir a alguien que lo lanzase al mercado. Como puedes ver, en el espectáculo de Devin Townsend cabe todo; el llanto, la risa, la rabia… Así son los más obstinados. Ahora, eres tú el que está fuera de todo esto. ¿Quieres pertenecer a su mundo? ¿A qué esperas?
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