70 músicos en escena, pantallas gigantes, fuego y juegos de luces propios de una gira de AC/DC forman este show apabullante que plasma en directo la música de Hans Zimmer. Desde la antigua Roma a las dunas de Arrakis pasando a través de un agujero negro para llegar a la peligrosa Gotham o las praderas africanas, el espectáculo The World of Hans Zimmer: A New Dimension’ nos traslada de un rincón a otro del universo de la mano del aclamado compositor alemán.
No está presente Zimmer sobre el escenario, aunque sí aparece en las pantallas interactuando con su amigo, compositor y director Matt Dunkley. Dunkley no sólo dirige la orquesta sinfónica (y la banda de rock), sino que hace las presentaciones de los temas y de los músicos. El show es impecable, íntimo y grandilocuente a la vez. Todo está perfectamente calculado y milimetrado. No sólo hay música sobre el escenario, el montaje escénico es fundamental para este viaje emocional de casi tres horas.
El show comenzó con la música de Zimmer para «The man of Steel», su tema para Superman no es tan célebre como el de John Williams para el film de 1978, aunque no le falta épica. Tras la amable suite de ‘Driving Miss Daisy’ aparece Zimmer en las pantallas con Jerry Bruckheimer para comentar brevemente la gestación de “The Rock” y “Pearl Harbour”, fueron los momentos en los que el concierto empezó a tomar verdadera altura. No creo que haga falta decir que la música de Hans Zimmer es lo único salvable de estas dos películas. Con una ejecución impecable y unas pantallas que acompañaban perfectamente a la música realzando su efecto evocador, nos encontramos con las suites para “The dark knight” y “No time to die” dos de los puntos álgidos de la noche que se vieron pronto superados por la épica de “Gladiator”. No soy fan del film «Gladiator» aunque la voz de Carla Chamoun me dejó desarmado y sangrando en la arena del Coliseo. Reconozco que sí soy fan y siento una especial debilidad por “Interstellar” (lloré el otro día al verla por quinta vez) y no pude evitar emocionarme con su la interpretación de su partitura. Os juro que no fui el único. El crescendo y la explosión final nos dejaron con la boca abierta. Alucinante.
Tras 20 minutos de descanso, la segunda parte se inició con las suites de «Wonder Woman» y «Kung Fu Panda», no están entre los trabajos que más me gustan de su autor aunque sirvieron para reconectar con el universo Zimmer. Resultó especialmente seductora la suite de ‘Kung Fu Panda’ gracias a las bellas imágenes proyectadas en las pantallas. El tono de esta segunda parte fue más alegre y festivo como se comprobó con la banda sonora de “Sherlock Holmes” de Guy Ritchie en la que el escenario se convirtió en una fiesta con los solistas abandonado su sitio para bailar libremente por el escenario. Volvimos a los confines del espacio con «Dune» para regresar a la tierra con “El Príncipe de Egipto” (alucinante el duelo vocal entre la vocalista Carla Chamoun y la soprano Gan-ya Ben-gur Akselrod) en otro momento mágico de perfecta fusión de música y espectáculo que puso al público en pie.
Era el turno de “El rey león” en la que destacaron las percusiones y increíbles voces de Nokukhanya Dlamini y del Nairobi Chambers Chorus que pusieron al público nuevamente en pie para una gran ovación que no sería la última. La Suite de “Inception” (Origen) fue otro momento que me puso los pelos de punta y un nudo en la garganta. Para terminar, se reservaron la famosa suite de “Piratas del Caribe”, que supuso un épico broche de oro a una noche inolvidable de buena música de cine.
Debo destacar el excelente trabajo de Berfin Aksu (violín solista), Eliane Correa (teclados y acordeón), Dave Marks (bajos), Carla Chamoun (vocalista), Gan-ya Ben-gur Akselrod (soprano), Lucy Landymore (batería/percusión), Luis Ribeiro (multipercusionista) y Thimotee Renou (chelo), Saulius Petreikis (instrumentos de viento) y Amir John Haddad (guitarras). Todos ellos sobresalientes.
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