Ubicado en el Barrio de las Salesas, en la calle Santa Teresa, Barra Amelia es otro de esos restaurantes honrados, nada pretencioso donde comer buen producto con sabores reconocibles, presentaciones cuidadas y una pequeña carta donde se funden la cocina mediterránea con la mexicana.
Local con varios espacios, al fondo más formal con mantel de hilo y sillas con respaldo, contrastando con los taburetes y mesas de madera que se unen con la barra de bebidas y la central para un picoteo o algo más informal. Como el menú es el mismo, la comida será igual. Lo único que cambia es la disposición.
Como teníamos la intención de probar sus tacos pedimos una cerveza para acompañar. Tienen micheladas de varios tipos pero elegimos una Mahou, todo un clásico en la capital de España. Nos dio lástima no pedir vino, pues su carta es interesante pero con los picantes ya se sabe, cuanto menos alcohol mejor.
Mientras que llegaba nuestro pedido nos ofrecieron como cortesía un guacamole con sus totopos. Muy rico, recién hecho, leve punto de picante, trocitos de tomate y cebolla y el sabor del cilantro presidiendo.
Como entrante, elegimos unas croquetas caseras. Vienen acompañadas de patatas fritas de las de churrería. Caseras, buen rebozado y bechamel. Ese día nos ofrecieron las de boletus y las de jamón. Mejores las cárnicas con fuerte presencia del sabor del ibérico y de caldo. Son pequeñas bolas pero muy apetecibles.
Pero ese día habíamos decidido probar sus tacos y hay que descubrirse ante ellos. En mesa nos dejan varias botellas de picante, entre ellos varios habaneros, uno de ellos verde con el que hay que estar preparado si la tolerancia a la capsaicina no es demasiado alta.
Los primeros en aparecer fueron los tacos del mar, preparados al estilo rosarito, con el pescado en un suave rebozado, con una crema agria, tomate, cebolla morada y cilantro. Se aconseja colocar el picante más flojo. Las dos tortillas son de maíz y caseras. Creemos que están a la altura de los mejores de Madrid.
Como sucede con los tacos de lechón. Quizás uno de los platos más emblemáticos de Barra Amelia y una auténtica exquisitez. Con razón es la sugerencia del chef. La carne deshilachada por una cocción de muchas horas, toque de lima, sal negra y el pico de gallo servido en cuatro tortas de maíz. Probamos la variedad de picantes con cada uno y salimos plenamente satisfechos. Tanto que no probamos sus postres ni sus cócteles. Seguro que en próximas ocasiones.
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