Me recuerdo, de niño, rodeado de música e instrumentos continuamente. Música clásica, rock, canciones del Cancionero Español. Todo ha influido en mi manera de entender la música, e inclinarme por unos sonidos, en su momento, y no por otros. Aunque conforme han avanzado los días y sus vicisitudes, he aprendido a saborear prácticamente casi todos los géneros musicales. Me veo un melómano bastante abierto de miras y sin la sensación de que mis gustos compiten los unos con los otros.

Este disco me gusta, principalmente porque a la edad de 8 o 9 años, me sabía de memoria casi todas las canciones de los Beatles, fonéticamente hablando, sin conocer la lengua inglesa.

Seguramente por esto, mi conexión con Oasis fue instantánea, directa. Antes de los 90 he escuchado mucha música electrónica, como Jean Michelle Jarre y Mike Oldfield. Justo antes del año 1990, estaba inmerso en la música Acid House y sus variantes.

Pero no imaginaba cómo iba a vivir el rock, a partir de esa década. Mis gustos cambiaron radicalmente, no para borrar lo disfrutado, pero sí para dirigir el punto de mira a otros sonidos que me impactaron entonces.

Oasis fue uno de esos grupos que incorporé para siempre en mi corazón nada más descubrirlos. Me encantaba cómo su sonido recordaba al de mis queridos Beatles. Es más, no sólo me gustaba esa estética del sonido. Sino que notaba cómo la música hacía de puente, entre la generación de los Beatles y la de la juventud de los noventa. Era como si hubiésemos tenido la suerte de poder incorporar a nuestra cultura, algo que estaba pasando en otro sitio, algo que vivíamos y no sabíamos nombrar.

Es muy difícil hacer canciones profundas a esa edad. La mayoría de nosotros, pasábamos los días padeciendo la vida, de manera oculta, sonriendo, posiblemente, ocultando los clavos. Y este nuevo sonido que llegaba de un país que nos ha dado tanta buena música, hacía que vibrásemos con la belleza de sus melodías y el desparpajo de la juventud de los integrantes de Oasis.

Para mí, (What’s the Story) Morning Glory? es el mejor disco de la formación inglesa. Contiene muchos hits imperecederos. Con este sonido, creo, alcanzaron el culmen de su carrera musical. Un disco con unas letras que nos avisaban indirectamente de qué nos estaba pasando interiormente. Gracias a que el lenguaje de la música, es universal.

De esto habla la primera canción Hello. Una melodía perfecta para abrir las actuaciones que nos apunta que vivimos en sombras y para cuando queremos salir a la vida verdadera, ya se nos ha hecho tarde. Alguien tiene que decirlo. Y si es con música, mejor, para que no se olvide nunca.

Roll With It, nos ayuda a no despersonalizarnos. Nos ayuda a no negarnos, como individuos. Todos somos únicos y diferentes, pese a lo que nos quieren vender de manera gris e insoportable. De forma interior y exterior. De manera agridulce.

La siguiente canción es la maravillosa Wonderwall. Una canción con guitarra acústica que favorece la intimidad. Una melodía que intima perfectamente con tu interior y te muestra directamente el proceso de vivir con los ojos abiertos. A pesar de los obstáculos de los distintos caminos que recorremos a lo largo de nuestras vidas. Unos caminos que no son sencillos de seguir. Pero con esperanza, todo se puede.

Don’t Look Back in Anger, es otro himno de la formación. Una preciosa melodía que aboga por la actitud que hay que tener si miramos hacia atrás en la vida. Hay que haber vivido y asimilado muchas cosas, para poder hacerlo con la intención de aprender. De manera objetiva e imparcial.

Hey Now! sigue con este espectáculo de álbum. Otra canción que nos ayuda a reflexionar sobre el presente que se nos escapa de las manos, privándonos de la sensación de un futuro seguro. Un presente de juventud perdido, con esas tardes detenidas que te hacían saborear los rayos de sol en compañía de tus amigos.

The Swamp Song (Escerpt 1) Un interludio magistral que hace que te vuelvan a la mente los Beatles, al que sigue Some Might Say. Una canción que se sale de las normas sociales establecidas y de los ritmos de vida. Y nos hace ver que hay personas que siempre están esperando ese sol que nunca llega. Únicamente agarrados a su esperanza y amor propio. Esto es lo grande de la música. De los músicos. Que se lanzan al abismo sin preparación previa. Solamente con su corazón expuesto.

Cast No Shadow es la octava canción del disco. Una melodía lenta y triste con una letra que nos cuenta de alguien a quien han robado el alma y su orgullo. Alguien de altas miras cargando con su pasado y su huir hacia un futuro de redención que nunca llega.

She’s Electric nos cuenta de manera críptica cómo es ella. Fresca, suelta de manos y alas. Espontánea. Y también unas situaciones estrambóticas contadas simbólicamente que la hacen una canción divertida.

Con Morning Glory subimos el ritmo. Su letra nos explica que hay que esperar para despertar, para estar preparado. Pero mientras tanto, escribamos canciones como esta, para juntarnos y así aprovechar el presente dejando constancia de nuestras vidas, de nuestros pasos.

Volvemos con otro interludio, The Swamp Song – Excerpt 2, que precede a la espectacular Champagne Supernova. El cierre de este disco es brutal. Una melodía perfecta con una letra que habla de desamor de manera bellísima. Alguien que nos acompañaba y ya no está con nosotros. El viaje de la vida es mejor en compañía. Pero claro, los dos miembros de la pareja tienen que saber que este mundo es una jungla, que hay que saber estar, a veces, espalda con espalda para no perder la perspectiva de la vida que nos rodea. Un viaje de ida solamente, en el que vives si mueres, que decía César Vallejo, si mueres de tu edad y tu época. ¿Que no? ¿Que sí pero que no?


 

Seguidamente, los miembros del Staff, comentarán sus impresiones. Esperamos que disfrutéis de esta mirada caleidoscópica que generamos.

 


 

Laurent

¡Oasis! Recuerdo perfectamente cuando salió ese grupo, con el nombre de un refresco que bebía en Francia ¡de niño! También salieron los Blur. Ambos nombres me parecieron ridículos. Yo estaba en aquellos momentos mucho más interesado en otros sonidos, aunque siempre abierto a muchos. Me pillé un disco de ambas bandas. Me parecieron una burda copia de los Beatles, los Kinks esas otras bandas inglesas de los sesenta. La crítica los encumbró como los herederos de aquellas formaciones y convirtieron el enfrentamiento Oasis VS Blur en lo mismo que décadas antes hicieron los Beatles y los Stones.

La diferencia es que ambas bandas estaban a años luz de esas dos icónicas agrupaciones. La actitud de los hermanos Gallagher me recordó de inmediato a las hordas de holligans británicos que invaden la Costa de Sol.  Vulgaridad y borracheras sin estilo. Me centré en las canciones sin que el atrezo que las rodeaba interfiriera en mi opinión. Pero por mucho que escuchara aquel disco, al igual que los demás, esa voz me resultaba desagradable e irritante. La música un constante «deja vu». Ciertamente estaba bien hecha lo que hacía que llegara a mucha gente. Pero los que habíamos crecido con la banda de los hermanos Davies y otras luminarias de los sesenta, sabemos que en Oasis había poca chicha realmente.

En Blur había mucho más arte, mejores músicos. Cosa que con los años se ha demostrado, Damon Albarn se come con patatas a los hermanos Gallagher. Aunque tampoco llegaron a convencerme. Not My Cup Of Tea como dirían los Británicos.


 

Edu

Con la noticia de la vuelta de los hermanos Gallagher a los escenarios el año que viene, el compadre Ángel propuso recuperar este álbum para esta sección. La verdad es que nunca escuché un disco suyo, ni conozco más allá del par de temas con el que nos intoxicaron en los 90 al salir por la noche.

Nunca entendí el furor por esta banda ni por este movimiento, porque el BritPop, con una carencia tan fuerte a sonidos pasados y deudas con iconos sesenteros, nunca me llamó la atención. Bien es cierto que, en esos años universitarios, mi mente no paraba de escarbar en el pasado para descubrir los grandes iconos de antaño y Black Sabbath, Deep Purple, Led Zeppelin o Uriah Heep no admiten comparación alguna con estos tipos.

He hecho un esfuerzo titánico por escuchar entero este disco un par de veces para intentar encontrar algo que me guste o me llame la atención y no paro de pensar que estos tipos harían balconing en la actualidad o, si no hubieran tenido éxito en su momento, serían la banda sonora perfecta para que un asesino en serie obligara a los chavales alcoholizados a suicidarse lanzándose desde un noveno piso.

Lo único que les salvo es que ningún grupo de su generación me despierta ningún interés, ni Pulp, ni Blur, ni The Verve…, y no es cosa suya en exclusiva. Para colmo son fans del Manchester City cuando todos sabemos que la única persona que merece reconocimiento por ello es Billy Duffy.

Las machacadísimas “Wonderworld” o “Don’t look back in anger” solo me provocan hastío, pero es que el resto ni eso. Solo veo un intento más de la prensa británica por convencer a una generación cuando todo lo que proponen ya lo hicieron mucho antes y muchísimo mejor The Beatles.

Me alegro que haya gente que los disfrute porque hoy en día parece que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero no todo.


 

Jose Luis

Bastante polémica ha existido entre los miembros de la revista, al elegir el “(What´s the story) morning glory?” de Oasis. Y eso que es su obra maestra.

Lp con bastantes detractores, aunque tengo que decir que yo no voy a ser uno de ellos (y eso que cuando listamos los discos más sobrevalorados creo que fui el único que reseñó A Oasis. Eso sí el «Be here now»). Un disco que marcó una época y que revolucionó el llamado brit- pop en los noventa donde ese cetro lo compartían con Blur, autores en aquellos años de otro gran álbum como “The great escape”. Y si algo hacen bien los ingleses es el pop y como tal, los hermanos Gallagher son fruto de su tierra, tan talentosos como polémicos.

Un trabajo que empieza con una estupenda “Hello”, pieza de pop con guitarras distorsionadas que les acerca al power pop, seguida de “Roll with it” deudora de The Beatles, una influencia que no han ocultado jamás, que les funciona a la perfección. Y qué decir de “Wonderwall”, su gran hit. Una melodía que una vez escuchada es imposible olvidarla jamás. ¿Se puede decir algo mejor de una canción de música popular? Sí, que además está bien construida y musicalizada. Comercial en el buen sentido de la palabra.

Curioso, porque, aunque “Wonderwall” era lo que les haría pasar a la posteridad (seguros debían de estar de su calidad porque antes de “Hello” se escuchan las notas de su estribillo en acústico) el primer sencillo era “Don´t look back in anger” donde, de nuevo, se nota el homenaje musical al inmortal cuarteto de Liverpool. Pero ¡de qué manera! Otro corte compuesto para pasar a la posteridad.

“Hey now!” mantiene esa tónica de temas a lo Lennon- Mc Cartney. Para algunos será una copia descarada, para otros una actualización al estilo de Noel y Liam, aunque, sea como sea, es indudable que las composiciones tienen calidad, producción y buena interpretación. Además, personalmente, en esta, me gusta especialmente el riff de guitarra. Pero es que después llega “Some might say”, otro “pildorazo” irresistible con el que es imposible no mover los pies. Mejor que “Cast no shadow”, más intimista y con algunos puntos en común con “Wonderwall” al que sigue “Morning glory”, que como en “Hello”, le acompaña la distorsión a las seis cuerdas en onda power pop, para cerrar con “Champagne supernova”, la que también fue “single” y donde se nota una cierta experimentación.

El caso es que hacía años que no escuchaba el disco entero y lo he disfrutado. No es ni mucho menos mi estilo, ni grupo preferido, pero agradezco a Ángel Ferrer el haberlo elegido. Seguro que, todos los que han criticado el “(What´s the story) morning glory?” tararean el estribillo de “Wonderball” cuando suena en un local (si sigue sonando Oasis en los bares de copas).


 

Manu

La amistad es un equilibrio de fuerzas. Es un asunto que va de dar para también recibir, de opinar y dejar de hacerlo, de apoyar para ser apoyado. Va de ir a ver a Dan Baird porque un amigo te lo recomendó, aun sabiendo que te va hacer dormir a mitad de concierto con su rollo country redneck. Va de ir, bostezar y después no dejar morir el momento, porque, al fin y al cabo, ese aburrimiento se puede convertir en la anécdota que cause mil risas en el futuro. Si un amigo quiere hablar del segundo disco de Oasis, se habla. No importa que de entrada pienses que el par de hermanos sean un par de tontos. O que la música del grupo en cuestión te guste menos que chupar un ajo.

Estoy escuchando un disco que me parece haberlo oído antes por retazos. Son los sonidos de la radio, los vídeos que se emitían cuando tenía sentido el formato. Algunos temas incluso hasta suenan mejor con la distancia que da el tiempo de por medio. Es agradable de alguna forma, porque adaptar descaradamente a los Beatles, es como una especie de tiro al piso, difícil que falles apuntando allí. Lo que pasa es que en el fondo me aburre la cadencia de la música, un ritmo de trote cochinero que no se acelera ni sabiendo que van hacer morcillas con él. Cuando demuestran estar medio vivos te das cuenta que el tema se llama “Untitled” y dura cuarenta y cinco segundos. Me aburre la voz de Liam Gallagher. Me sorprende que sea un camorrero con esa apatía que muestra cantando. Curiosamente se dejaron lo mejor para el final y se llama “Champagne Supernova”.

Quiero ser objetivo. Entiendo que pueda ser un disco muy importante para la gente de una generación que creció escuchándolos y lo respeto. Los recuerdos y la nostalgia son armas poderosas. También entiendo que tiene canciones pegadizas y que han machacado hasta la saciedad, siendo banda sonora para la vida de muchos. Pero esto no es memorable para mí. Más allá del fusil a The Beatles y de la pereza que me da la voz de Liam, en “(What’s the Story) Morning Glory” la producción es desbalanceada, con momentos de absoluta claridad y limpidez en los temas más acústicos y con una bola de sonido indescifrable en los temas más “rockeros”. Se hace cuesta arriba su escucha cuando no eres fanático del sonido tan noventero del producto en cuestión. Ya no digo que te tenga que gustar el britpop, solo compara esto con la producción de “Parkdrive” e incluso “The Great Escape” de Blur. No hay color.

Así es la amistad. Hoy tocó escuchar a Oasis y, aunque sé que difícilmente volveré a él, siempre podré recordarle a mi amigo el sacrificio que hice en honor a nuestra amistad. Por lo menos nos servirá para echarnos unas risas.


 

Pablo

Alguien dijo alguna vez que nuestra patria es la infancia. Y quizas hasta tenga razón. Cuando Oasis pegaron el pelotazo yo no tenía ni 10 años. Por tanto, la forma en la que su música llegó a mí fue por la tele, cuando los sábados por la mañana echaban la lista «del 40 al 1». Recuerdo cómo Wonderwall sonaba sábado tras sábado, convirtiéndola en la banda sonora de mis ansiados y amados días sin colegio. Es por ello que me es imposible reproducir este disco sin recordar aquellas mañanas con música noventera sonando, las visitas de mis primos en verano, que siempre traían consigo nueva música que quemábamos en el radiocasete o en el coche de mi tío camino de la playa. Música, playa y más de 5 personas en el coche. Sin duda, un buen sitio al que volver.


 

Bernardo

Toca el turno a uno de los álbumes míticos de los años 90. El público masivamente apoyó este trabajo hasta convertir varias de sus canciones en himnos generacionales, (Wonderwall, Roll With It, Champagne Supernova, Dont Back In Anger) y ello supone que debe tratarse del disco con el masivo reconocimiento que merecen quienes hayan conseguido que la juventud haya incorporado a su subconsciente colectivo, sus vivencias personales, al menos en alguna canción de este disco.

Nunca he sido seguidor de la banda, posiblemente debido a los susodichos hermanos con ese ego desmedido y ese paripé de batalla entre pijos londinenses y curritos mancunianos, si bien el salseo durante aquellos años 90 lo convirtió en algo entretenido, sobre todo si pensamos en el coñazo, gris y zarrapastroso mundo que el grunge había provocado.

En cuanto a su valor artístico creo que pese a su orientación claramente mainstream de este lp, el resultado del mismo es excelente en líneas generales, logrando una buena conjunción de típico sonido inglés de los 60 (Beatles mayormente) con el moderno rock alternativo noventero. Todo él, compuesto por una colección de notables buenos tiempos de estribillos ultra reconocibles como pocas veces se pueden encontrar en un disco rock.  El gran logro del lp es que pueda defenderse con creces la validez y trascendencia del mismo, pese a la memez de sus personajes.

En mi caso no valoro un trabajo por quién lo hace sino por cómo lo ha realizado. Y su resultado y el caso que nos ocupa el mismo, es de sobresaliente. No puedo banalizar un disco de toda una generación y no puedo poner en duda su importancia. Un gran lp que recuerdo siempre con agrado, aunque no está en mi colección, posiblemente por cuanto lo he oído tantas veces, que ya está debidamente interiorizado y no preciso de su memoria. Mi favorita She’s Electric, por si desean conocerla.


 

David

Pues nada, seguimos con esto de “Tu Disco Me Suena” y aprovechando todo lo que se ha montado con el regreso de Oasis, y el anuncio de una gira de conciertos a nivel internacional, rescatamos este disco de 1995, que, aunque parece muy cercano en fechas, cumple el año que viene los 30 desde su salida al mercado físico. Por lo menos en esta ocasión han escogido un disco que me pilló en mi juventud con 17 años.

Te guste o no el grupo, alguna canción has tenido que escuchar sobre todo en aquella época, donde la gran mayoría escuchábamos la radio para conocer las últimas novedades y cuando por fin pudimos legalmente, nos íbamos de bares para beber en la barra del garito de la zona y charlábamos con los colegas llevándonos al irnos a casa el olor del maldito tabaco pegado a nuestras ropas. Una época ya muy lejana para muchos de nosotros y llena de añoranza, que me trae recuerdos de mi juventud, de borracheras y broncas maternas al día siguiente con un dolor de cabeza si no también, físico.

“(What’s the Story) Morning Glory?” es un disco mítico para los numerosos seguidores de los británicos, que contiene uno de sus mayores éxitos, “Wonderwall”, aunque no se puede dejar atrás algunos temas más como “Roll With It”, “Don´t Look Back In Anger” o el cierre “Champagne Supernova”. Seguro que estarán ansiosos y temerosos de poder volver a verlos en la anunciada gira, si es que los hermanos Gallagher consiguen llegar juntos hasta entonces, aunque poderoso caballero es Don Dinero para hacer realidad tal milagro. El tiempo lo dirá.

Tómate un rato para sacar del empolvado rincón de vuestra colección este disco que salió cuando no dependíamos tanto de las tecnologías, o aprovechar el streaming para darle una escucha completa, de principio a fin, quitando el modo aleatorio de vuestro reproductor digital y disfrutar de la música que se hacía en aquella época que parece tan lejana, donde las bandas grababan sus discos sin tantas ayudas tecnológicas, algo que hacen que la música actual sea tan artificial en la mayoría de las ocasiones.


 

César ‘Pupilo Dilatado’

Cómo deseaba que llegase un disco que generase disparidad de opiniones y polémica en el Staff de Rock, The Best Music, y, ¡OJO!, no estoy diciendo con esto que nos rasguemos las vestiduras o nos rompamos los cráneos (tampoco ‘nos chuparemos las pollas’ como dijo el Sr. Lobo…) en la ‘redacción’ de la webzine, pero ya os puedo asegurar que bastante antes de empezar a confeccionar esta nueva entrega de la sección ‘Tu Disco Me Suena’ tuvimos nuestros dimes y diretes opinando sobre OASIS, sus canciones, su ‘legado’, el cazurrismo impostado de los ‘hermanitos’… o sobre si era necesario hacer esto en este preciso instante en el que se publica la noticia de la vuelta de los hermanos Gallagher a los escenarios o sería mejor esperar a que la tormenta mediática calmase. Opino que es un momento idóneo para hacer esto…

(What’s The Story) Morning Glory (1995) es un álbum que, lo queramos o no, marcó a una generación. La prensa y el show business musical británico tenía que competir como fuese con el maremagnum del Rock Alternativo y el Grunge venido del Planeta Seattle y alrededores y, como muchas veces es habitual en la Pérfida Albión y su amarillista prensa musical, se inventaron una escena musical en la que, obviamente, tenían que apostar por el producto ‘typical British’ sacando bandas que volviesen a ese revival eterno con Beatles/Kinks/Stones y Bowie entre otros.

No me voy a posicionar en modo ‘Hater’, me niego, no soy seguidor de Oasis, no me quitan el sueño en absoluto, odio al puto Liam Gallagher (a poca distancia está Noel, no os creáis..), pero el disco se deja escuchar con agrado tras dos décadas sin dejarse caer por mis pabellones auditivos, ya que tiene ese toque ‘noise’ en los temas más rítmicos, como mandaban los cánones Alternative Rock & Grunge de la época y, bueno, sobre todo, unos estribillos absolutamente infalibles en los medios tiempos y baladas, por mucho que no soporte la sobreexposición de «Wonderwall» y «Don’t Look Back In Anger».

Curiosamente, los temas que más me molan en estas 3 escuchas que le he dado son los menos conocidos, llamándome poderosamente la atención el inicial «Hello», el atmosférico «Hey Now!», o el más folkie «She’s Electric». Por último, no negaré que ese toque Lennoniano cachondo a la par que cabreado de «Roll With It», el himnazo de «Some Might Say», o mi favorito y supervacilón, «Roll With It», siguen teniendo una vigencia y un poderío en estribillos absolutamente brillante pasando el exigente examen del paso del tiempo…


 

Luis Cifer

Con su primer LP, Definitely Maybe (1994), Oasis habían logrado el debut más vendido de la historia (más de 100.000 mil copias en los primeros 4 días) superando en total los 15 millones de ejemplares vendidos. ¿Realmente era para tanto? Oasis irrumpían a lo bestia en la escena musical británica aupados por una prensa musical británica ávida de encontrar a sus nuevos Beatles. Frente a la invasión yanki que supuso el Grunge, los británicos se reafirmaron con un movimiento que iba en dirección contraria. Lo llamaron Britpop y venía a reclamar para los británicos el trono del pop/rock que habían perdido.

El siguiente lanzamiento de Oasis tras Definitely Maybe fue el single Whatever que me pareció mucho más interesante que el LP previo. Esos exquisitos arreglos orquestales bebían directamente de The Beatles y se alejaban de la distorsión de Definitely Maybe. Un temazo de buen pop de cámara que escondía el talón de Aquiles de los hermanos Gallagher: el “préstamo” de otros artistas, sobre todo de The Beatles. Noel Gallagher admite que tomaba prestados acordes y melodías de The Beatles ya que aprendió a tocar la guitarra con un libro de canciones de The Beatles. Sin embargo, es evidente la influencia en su sonido de otros grupos como The Stone Roses, The Jam o The Kinks.

Whatever (1994) se parece demasiado a How Sweet to be an Idiot (1973) de Neil Innes, quien era un artista famoso por parodiar a…. The Beatles. Neil Innes les demandó y ganó. Por eso Whatever no se incluyó en la primera edición de (What’s The Story) Morning Glory? No era nada nuevo, Cigarettes and alcohol estaba prácticamente calcada del Get it on de Marc Bolan y sus T-Rex.

(What’s The Story) Morning Glory? es mejor disco que su predecesor debido a que está mejor tocado (Alan White reemplazó tras la batería al limitado Tony McCarroll) y mejor producido (también por Owen Morris) y con más variedad de sonidos. ¿Hubo préstamos? alguno:  Hello, el tema que abría (What’s The Story) Morning Glory?, no sólo tiene el ritmo de “Hello, Hello, I’m Back Again” de Gary Glitter, sino que a partir del minuto 2:20 la letra “It’s good to be back” es idéntica. Son tan parecidas que Glitter también les demandó y se le incluyó como autor del tema. Me gusta el sonido del tema, la distorsión de las guitarras de Noel, la voz aguda y la forma de alargar las sílabas de Liam eran ya el estilo inconfundible de Oasis. Tampoco la pegadiza Roll with it me parece un gran avance respecto a Definitely Maybe. Sin embargo, la sorpresa llega con Wonderwall, la jugada más pop de Oasis, una balada que se beneficiaba de unos excelsos arreglos orquestales. Un éxito evidente y su tema más famoso a nivel mundial.

Otro gran hit del disco fue Don’t look back in anger, esta vez cantada por Noel, un tipo listo que se guardaba lo mejor para él. Don’t look back in anger es otra gema de pop perfecto. Quizás el mejor tema jamás compuesto por Noel aunque sus primeros acordes estén prestados del Imagine de un tal John Lennon. ¿Pensaba que nadie se daría cuenta? ¿Por qué no eliminó esos acordes iniciales que no afectan al resto de la canción? La devoción por los hermanos Gallagher por The Beatles llega a ser tan enfermiza como descarada, a tal extremo que Liam le puso Lennon a uno de sus hijos.

Hey Now!, Some might say y Morning glory regresan al sonido típico de Oasis: melodías pop, guitarras distorsionadas y Liam aullando. Bastante disfrutables en su momento, aunque ahora me resulten repetitivas y su saturado sonido me supera. Lo que no entendí nunca es la inclusión de esos cortos 2 temas instrumentales (Untitled y Untitled II). ¿No se le ocurría una letra a Noel? Me parece que tienen potencial, pero se quedan en anécdotas que rompen el ritmo del LP.

Cast no shadow (dedicada a Richard Ashcroft de The Verve) es más reposada pero se parece en su sonido demasiado a Wonderwall, no es un mal tema pero se lo podrían haber currado algo más. Parece ser que el (What’s The Story) Morning Glory? se grabó a un ritmo de un tema al día, no fue por falta de presupuesto, así de claro lo tenía Noel (quien había tomado el mando absoluto en todo lo musical). Por cierto, durante la grabación Noel tuvo que lidiar con las salidas de tono de Liam, como cuando se presentó en el estudio con unos fans que había conocido en un pub mientras Noel se quedaba en el estudio trabajando. Hubo una pelea y Noel acabó golpeando a Liam con un bate de cricket en la cabeza. Así se las gastaban ya los hermanos.

Reconozco que She’s electric es una de mis favoritas del disco, no es el típico sonido Oasis, suena mucho más limpia y tiene ese irresistible gancho pop que Noel es capaz de crear (aunque sea con préstamos de otros artistas). Ya que estamos, la armonía vocal con la que se cierra She’s Electric no puede ser más Beatle.

Como de ambición nunca han ido cortos, para acabar el LP se marcaron un épico cierre de más de 7 minutos, Champagne Supernova, que cuenta con la colaboración del gran Paul Weller. La canción va creciendo desde la tranquilidad inicial a la tormenta eléctrica e incluye unos cuantos nah nah nah heredados directamente de… lo sabías!: The Beatles.

También grabaron para el álbum el tema Step Out pero se parecía tanto al Uptight (Everything’s Alright) de Stevie Wonder que decidieron no incluirlo para evitar acciones legales. Posteriormente, ya con Wonder acreditado como autor, apareció como cara B del single Don’t look back in anger en 1996.

Un épico final para un disco que demostró hasta donde podían llegar Oasis tanto en lo musical como en popularidad. A partir de ahí fue otra Story.


 

Félix

Con la llegada una nueva entrega de Tu disco me suena, me encuentro conminado a escuchar y comentar el segundo disco de Oasis. Sinceramente, hubiese preferido que me condenasen a galeras pero puesto que cuando yo he tirado la piedra los compañeros la han recogido, ahora no me queda más remedio que hocicar y ponerme manos a la obra.

Intento tomármelo con entereza, no sería la primera vez que escucho un artista inglés que no me caía en gracia por mis prejuicios y termino siendo devoto admirador de su obra, ya me pasó con David Bowie siendo yo todavía un adolescente descerebrado y amante del metal extremo. Ya no soy adolescente pero, ¿quién sabe?, lo mismo escucho el disco y me gusta. Hay que ir abierto de mente y con las orejas limpias a este tipo de cosas. Olvidar los prejuicios forjados a fuego durante los noventa cuando esta gente estaban hasta en la sopa, sí incluso peor que ahora que han vuelto, me caían como una patada en el hígado y sus soniquetes me resultaban insoportables. Misión difícil, pero no imposible.

Pongo mis orejas en escuchar de modo objetivo y oye, la base rítmica está muy bien. Me gusta el rollo que le dan, no me vuelve loco pero suena bien. Las guitarras en su sitio y el cantante… Venga vale, se me acabó la objetividad. Esto es insufrible. No puedo con ese señor cantante y su falta de expresividad que parece que lo está haciendo sin ganas. Que yo te entiendo, my weapon, que a mí tampoco me gusta trabajar pero disimula un poco que los jefes, los que pagan, tu público, están escuchándote. Que las canciones son pegadizas, como las musiquitas de los anuncios que son horribles pero te trepanan el cerebro, se quedan ahí y vuelven para atormentarte cuando menos lo deseas. Es un logro hacer canciones pegadizas. De esas que yo desearía no haber escuchado nunca. Como las de este disco.

No voy a caer en comparaciones que todos tienen en mente porque es probable que algún compañero la haya hecho y si no tampoco importa, todos lo sabemos. Sólo señalar que el laureado original tampoco es santo de mi devoción, ergo las copias ya no te cuento. Le quiero buscar un punto positivo al disco, más allá de los típicos: los silencios entre canciones y que llega un momento que termina. De verdad, quiero ser positivo, pero esto me supera. La producción es buena, no hay desafines, alguna patada a la armonía sí que me ha mordido las orejas pero poca cosa, todo está en su sitio. De verdad, ¿por qué le dio a la peña por esta gente?

En fin, que he fracasado estrepitosamente en cuanto a lo de liberarme de mis prejuicios. Los he visto confirmados todos. Pero he escuchado el disco entero, de principio a fin, que conste. Cierto que me he aburrido y en un momento dado desconecté para ver a mi primo comerse una piraña en México vía feisbu y en otro se me fue la olla, dejé de prestar atención y cuando me di cuenta habían pasado diez minutos, pero oírlo lo he oído entero. Una y no más. Aquí os quedáis Oasis, estoy seguro que os da igual mi opinión, no necesitáis más flanes, pero para mí está claro que ni de coña le llegáis a Bowie ni la punta del dedo gordo del pie.


 

 

by: Angel

by: Angel

Melómano desde antes de nacer, me divierto traduciendo canciones y poesía. Me gusta escribir. Soy un eterno aprendiz y bebo de casi todos estilos musicales, pero con el buen rock alternativo me derrito.

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