Desempolvamos las Flores del Mal de Charles Baudelaire, con un interesante poema dividido en dos tramos. Un poema que me recuerda a La Balada Nupcial de Edgar Allan Poe, por su contenido descreído de lo que pasa después de la muerte.
LES FLEURS DU MAL – CHARLES BAUDELAIRE
Le squelettte laboureur
I
Dans les planches d’anatomie
Qui traînent sur ces quais poudreux
Où maint livre cadavéreux
Dort comme une antique momie,
Dessins auxquels la gravité
Et le savoir d’un vieil artiste,
Bien que le sujet en soit triste,
Ont communiqué la Beauté,
On voit, ce qui rend plus complètes
Ces mystérieuses horreurs,
Bêchant comme des laboureurs,
Des Écorchés et des Squelettes.
II
De ce terrain que vous fouillez,
Manants résignés et funèbres,
De tout l’effort de vos vertèbres,
Ou de vos muscles dépouillés,
Dites, quelle moisson étrange,
Forçats arrachés au charnier,
Tirez-vous, et de quel fermier
Avez-vous à remplir la grange ?
Voulez-vous (d’un destin trop dur
Épouvantable et clair emblème !)
Montrer que dans la fosse même
Le sommeil promis n’est pas sûr ;
Qu’envers nous le Néant est traître ;
Que tout, même la Mort, nous ment,
Et que sempiternellement,
Hélas ! il nous faudra peut-être
Dans quelque pays inconnu
Écorcher la terre revêche
Et pousser une lourde bêche
Sous notre pied sanglant et nu ?
El esqueleto labrador
I
En esas páginas de anatomía
que se arrastran por los muelles polvorientos
donde muchos libros cadavéricos
duermen como una antigua momia,
dibujos en los que con la gravedad
y el saber de un viejo artista,
aunque el asunto fuere triste
se pudo transmitir la Belleza,
uno ve, lo que los vuelve más completos
que esos misteriosos horrores,
layando como unos labradores,
esqueléticos y desollados.
II
De ese terreno en el que hurgáis,
campesinos resignados y afligidos,
de todo el esfuerzo de vuestras vértebras,
o de vuestros músculos despellejados,
decid, ¿qué extraña cosecha,
prisioneros arrancados de la fosa común,
sacáis, y de qué agricultor
tenéis que llenar la granja?
¿Queréis (por un destino demasiado duro,
aterrador y ¡claramente emblemático!)
demostrar que en la propia fosa
el sueño prometido no está asegurado;
que respecto a nosotros la Nada es traicionera;
que todo, incluso la Muerte, nos miente
y que sempiternamente,
¡por desgracia! tendremos tal vez,
en algún país desconocido
que arañar la tierra escabrosa
y empujar una pesada pala
bajo nuestros pies ensangrentados y desnudos?
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