Era solo un niño cuando por primera vez me fijé en ti.
Me dije que nos casaríamos a los 22 años.
No tenía ni un dólar cuando lo propuse.
¿Dirás que sí? Uno puede esperar.
La gente decía que estábamos locos, imaginábamos que se equivocaban.
Cuando nada dura para siempre, juramos seguir adelante.
A quien no estaba de acuerdo, lo tachábamos de anticuado.
No nos importó cuando se nos dijo…
En esta vida no es fácil ni llegar, ni irse.
En este viaje no hay tal cosa como el control de crucero.
Debemos cabalgar sobre un mar de altibajos,
pero a tu lado soy feliz al comprometerme.
A tu lado soy feliz al comprometerme.
No me sorprende que estuviéramos siempre desbordados.
Los únicos momentos de paz eran cuando acostábamos a los niños.
Ambos trabajábamos sin descanso para mantenernos a flote.
En medio de las llamas llegamos a saber…
que en esta vida no es fácil ni llegar, ni irse.
En este viaje no hay tal cosa como el control de crucero.
Debemos cabalgar sobre un mar de altibajos,
pero a tu lado soy feliz al comprometerme.
A tu lado soy feliz al comprometerme.
¿Dónde han ido todos esos años? El tiempo vuela.
El mundo siguió sin nosotros y volvimos a ser tú y yo.
Sabemos que nuestro camino acabará pronto, podría ser cualquier día,
pero no puedo evitar sonreír cuando digo…
que en esta vida no es fácil ni llegar, ni irse.
En este viaje no hay tal cosa como el control de crucero.
Debemos cabalgar sobre un mar de altibajos,
pero a tu lado soy feliz al comprometerme.
A tu lado soy feliz al comprometerme.
A tu lado soy feliz al comprometerme.
A tu lado soy feliz al comprometerme.
A tu lado soy feliz al comprometerme.
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