Su mirada era dulce y comprensiva.
Una concepción absoluta flotaba dentro
mientras sacaba el libro de la estantería.
Su bata y nada más que una mueca sonriente.
Siempre tuve una pregunta
libre de toda sugerencia.
¿Lo digo o me lo guardo?
Puedes encontrarme aquí
esperando a que llegue tu mensaje.
¿Puedes curarte? ¿Sientes
las cadenas de mi corazón?
Estoy esperando a que tu mensaje llegue.
¿Puedes curarte? ¿Sientes
ese cambio en mi corazón?
En mi corazón.
Dejó el libro sobre el escritorio.
Al abrir la página me pregunté: ¿Podría ser esa?
Mientras, ella sonreía y tocaba un acorde menor
en un tono que nunca antes escuché, una canción y ya está.
Puedes encontrarme aquí
esperando a que llegue tu mensaje.
¿Puedes curarte? ¿Sientes
las cadenas de mi corazón?
Estoy esperando a que tu mensaje llegue.
¿Puedes curarte? ¿Sientes
ese cambio en mi corazón?
Oh, abriría esa puerta, te dejaría entrar,
la abriría si vinieras.
Pero si no eres tú quien llama,
se quedará cerrada.
Oh, abriría la puerta, mudaría toda mi piel.
Concede un poco de gracia
porque en mi sueño me dijiste
que dejara ir ese anhelo.
Oh, y la promesa que mantengo
es que no se lo diré a nadie.
¿Puedes sentirlo?
¿Te puedes curar?
¿Puedes sentir
el cambio de mi corazón?
¿Puedes sentirlo?
¿Puedes curarte?
¿Puedes sentirlo?
¿Puedes curarte?
0 comentarios