Los amos del aire no es Hermanos de sangre (2001) ni Salvar al soldado Ryan (1998) con aviones. Los amos del aire es una serie técnicamente impecable pero a la que le falta alma. Esta serie hace 25 años hubiera sido la bomba, pero ya hemos visto muchas historias de este estilo, sobretodo de la mano de Steven Spielberg y Tom Hanks. Se ve con interés variable pero no atrapa hasta casi el final. De los 9 episodios creo que se podrían haber dejado en 6 y no nos hubiéramos perdido gran cosa.
De la Segunda Guerra Mundial se ha contado prácticamente todo y el tono de Los amos del aire huele a rancio. Ya sabemos lo buenos que son los americanos y que salvaron a la vieja Europa de los nazis (aunque no se metieron en la guerra hasta que Japón les humilló en Pearl Harbour). Que ya no estamos en los 90. A la televisión moderna se le pide algo más de ironía y tonos de grises. Entiendo que sigan con la Segunda Guerra Mundial ya que estuvo mucho más claro quienes eran los buenos y quienes eran los malos. En guerras posteriores como la de Vietnam o Corea (por no hablar de Iraq o Afganistán) la participación de los EEUU resultó mucho más controvertida. Para que se note que ya no hay racismo han incluido (con calzador) aviadores afroamericanos, un hecho que genera el mejor diálogo de la serie: un oficial nazi le pregunta a un soldado de color porqué lucha por un país tan racista como los EEUU., el yanqui le responde que sabe que su país es imperfecto pero va a luchar por que mejore. Casi me echo a llorar (no sé si de pena o de risa). Estos panfletos norteamericanos ya no cuelan. Me hubiera encantado ver esta serie escrita por Tarantino.
Otro tema sangrante de Los amos del aire: se han pasado con el CGI. Que no digo que está mal, da el pego casi en todo momento, pero la serie tiene un tono de irrealidad debido a ese CGI tan perfecto, tan limpio que no resulta creíble. Se han olvidado de la mugre de la guerra. Eso sí, las batallas aéreas están realmente logradas. El primer episodio sí que acongoja ver a los combatientes metidos en esas latas volantes aunque ya en el segundo la cosa resulta repetitiva. Ya he dicho que le sobra algún episodio.
Igual es cosa de la falta de carisma de los protagonistas, todos muy guapos pero bastante planos y sin matices. Yo he echado de menos algún personaje carismático de verdad, que deje algo de poso en el espectador. Lo dicho, muy lejos de Hermanos de sangre.
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