He escuchado ya que hay un secreto acorde
que David tocó y agradó al Señor,
aunque en realidad no te interesa la melodía ¿verdad?
Suena algo así, la cuarta, la quinta,
la menor cae, la mayor sube.
El desconcertado rey componiendo el Aleluya.
Aleluya, Aleluya,
Aleluya, Aleluya.
Tu fe era firme, pero necesitabas pruebas,
la viste bañándose en la azotea,
su belleza a la luz de la luna te abrumó.
Te ató a una silla de la cocina,
puso fin a tu reinado y te cortó el pelo
y de tus labios sacó el Aleluya.
Aleluya, Aleluya,
Aleluya, Aleluya.
Dices que he tomado ese nombre en vano
y ni siquiera lo conozco,
pero si lo hice, bueno, en realidad, ¿a ti qué te importa?
Hay un destello de luz en cada palabra,
no importa lo que hayas oído,
el sagrado o el destruido Aleluya.
Aleluya, Aleluya,
Aleluya, Aleluya.
Hice todo lo que pude, pero no fue suficiente.
No pude sentir, así que intenté tocar.
He dicho la verdad, no he venido a engañarte.
Y a pesar de que todo salió mal,
estaré ante el Señor de la Música
sin nada en mi lengua más que el Aleluya.
Aleluya, Aleluya,
Aleluya, Aleluya.
Aleluya, Aleluya,
Aleluya, Aleluya.
Aleluya, Aleluya,
Aleluya, Aleluya.
Aleluya, Aleluya,
Aleluya, Aleluya.
Aleluya, Aleluya,
Aleluya, Aleluya.
Cariño, ya he estado aquí antes,
conozco esta habitación, he caminado por este suelo.
Solía vivir solo antes de conocerte
y he visto tu bandera sobre ese arco de mármol.
El amor no es una marcha triunfal,
es un frío y destruido Aleluya.
Hubo un tiempo en que me explicabas
lo que sucede realmente abajo,
pero ahora nunca me lo muestras, ¿no?
Y recuerdas que cuando me acerqué a ti,
la santa paloma se acercó también
y cada aliento que respirábamos era un Aleluya.
Tal vez haya un Dios allá arriba
pero todo lo que he aprendido del amor
era cómo disparar a alguien que te superaba
y no es un llanto que escuches por la noche,
no es alguien que haya visto la luz,
es un frío y destruido Aleluya.
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