Algún día tenía que ser. Hoy le toca el turno a uno de los himnos de los ochenta. Forever Young, de Alphaville. Una melodía con una letra que hace pensar y que se debate en la paradoja de vivir para siempre siendo joven, o morir algún día. Aunque vivir para siempre, psicológicamente hablando, tiene que ser un suplicio. Ya lo decía la Sibila de Cumas, una mujer que quiso vivir para siempre. A medida que envejecía se hacía más y más pequeña, hasta que tuvieron que meterla en una botella. Y los niños jugaban a golpear con los dedos esa botella mientras preguntaban a la Sibilia. ¿Qué quieres Sibila? A lo que ella respondía resignadamente, ¡Morirme!
Pero supongo que ese ser siempre jovenes puede que se refiera al espíritu. Personalmente creo que el niño tiene que acompañar al adulto que somos, toda la vida. Para poder vivir con pasión, con distancia de los problemas. Con ímpetu, atreviéndonos. Los que rondéis la cincuentena, podéis mirar hacia delante y hacia atrás gracias a esta canción. La vida pasa sin detenerse. ¿Estáis donde queríais estar? No es tarde para conseguir vuestros sueños.
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