“Five nights at Freddy´s” es otro producto de la factoría Blumhouse con el que seguir uniendo rédito económico y cine de terror, con presupuestos moderados con un empaque mayor que simula estar rodado con más dinero.
En este caso tenemos a favor evitar el CGI sustituido por criaturas animatrónicas, lo que dota a su cinta de un tono ochentero que se materializa en el decorado principal y parte de su banda sonora, obra de los Newton Brothers, comositores de cabecera de Mike Flanagan. Hasta ahí bien. El problema de la película es que no termina de enlazar bien el guion, convirtiéndose en algo confuso donde las cosas no terminan de saber muy bien porque suceden, lleno de “deus ex machina” y con un desenlace sonrojante. Además se suma a este “batiburrillo” de ideas, una puesta en escena de Emma Tammi mediocre donde parece tomarse demasiado en serio su largometraje, lo cual es un error formidable pues ni “Five nights at Freddy´s” consigue suspense, ni profundidad dramática y, lo peor, no asusta, sumado que para buscar un público más mayoritario los crímenes apenas se muestran para evitar la sangre y el 2gore2 y una clasificación más adulta. Lo cual es un serio problema en una historia sobre robots infantiles asesinos, quizás un poco de humor gamberro hubiese aliviado sus excesivos ciento diez minutos.
Un ejemplo más de como cuesta trasladar del mundo del videojuego al cine pues por norma general casi ningún filme consigue evocar los universos oníricos de los juegos (así “a vuelapluma” recordamos en el capítulo positivo el “Silent Hill” de Christopher Gans), decepcionando a los seguidores de la franquicia y desconcertando al espectador que vea la producción sin saber nada de la trama.
Lo interesante para Blumhouse con su obra es que está funcionando en taquilla, mitigando en algo el fracaso de la nueva trilogía de “El exorcista” que por un excesivo pago de derechos está naufragando a nivel económico. Sorprende, sin embargo, que “Five nights at Freddy´s” sí funcione pues por todo lo explicado no queda claro a quién va dirigida, cuál es su público objetico, lo que demuestra que los “fans” del juego creado por Scott Cawthon son legión aunque su calidad artística sea limitada.
Cine de evasión, sencillo de olvidar una vez visto y que podría haber funcionado mejor aligerando su metraje e incluyendo más terror (sea por la vía del suspense o por mayor número de crímenes) o cierto sentido del humor. Emma Tammi ha decidido jugar con estructuras repetidas, pocas sorpresas, relación fraternal que parece paterno- filial y una dirección de actores discutible pues todo su reparto tiene una capacidad actoral limitada, comenzando por su protagonista Josh Hutchinson y acabando por el villano de opereta interpretado por Mathew Lillard. Da un poco de pena ver a la otrora estrella Mary Stuart Masterson en un rol desquiciado e histriónico, lo que hace que nos acordemos y, parafraseando a Tony Richardson, miremos hacia atrás sin ira recordando “Tomates verdes fritos”. Tiempos que no volverán.
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