Seguimos con Larkin, esta vez con un potente poema al estilo del poeta. Crudamente sucio y real, en el que plasma los sentimientos de un padre celoso de su hija, que al final se autocritica en su propia juventud.
Love Again, by Philip Larkin
Love again: wanking at ten past three
(Surely he’s taken her home by now?),
The bedroom hot as a bakery,
The drink gone dead, without showing how
To meet tomorrow, and afterwards,
And the usual pain, like dysentery.
Someone else feeling her breasts and cunt,
Someone else drowned in that lash-wide stare,
And me supposed to be ignorant,
Or find it funny, or not to care,
Even … but why put it into words?
Isolate rather this element
That spreads through other lives like a tree
And sways them on in a sort of sense
And say why it never worked for me.
Something to do with violence
A long way back, and wrong rewards,
And arrogant eternity.
Volver a amar, por Philip Larkin
Volver a amar: pajearse a las tres y diez
(¿Seguro que ya la habrá llevado a casa?)
El dormitorio, caliente como una panadería,
la copa acabada, sin que muestre cómo
vernos mañana, y después,
el dolor de siempre, como una diarrea.
Cualquiera sobándole los pechos y el coño,
otro más que se ahoga en esa amplia mirada pestañeante,
y me supone ignorante,
o que lo encuentro divertido, o sin importancia,
incluso… pero ¿por qué decirlo con palabras?
Mejor dicho, pongo en cuarentena este aspecto
que se extiende hacia otras vidas como un árbol
y las mece en una especie de sentimiento
que dice por qué nunca me funcionó a mí.
Algo hecho con violencia
mucho tiempo atrás, que premia por error
con arrogante eternidad.
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