A veces, alguien se dirige a mí,
y comprendo al instante que no
solo su realidad, sino la de los que
le rodean, es falsa. Una realidad
disociable repartida en burbujas
de tamaños diferentes —desde una vista
aérea se podría ver cómo estallan
esos pequeños mundos de fe
construidos por el hombre—, alterándose
así la percepción del terrible y grandioso
panorama de lo verdadero.
Muchas gracias por la lectura y el comentario. Siento que se haya ofendido por el homenaje pero como responsable de…
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