Valencia hace tiempo que salió del circuito de los grandes conciertos. Muchos años han pasado en que los grandes pasaban por aquí siempre. Razón de más para ser ineludible cuando viene un currante del rock and roll, uno de esos que prometen pasarlo bien sí o sí, que lleva más de 20 años pateando culos a base de rock and roll, sin engañar a nadie, entrega, honestidad, buen rollo y guitarrazos.
Como guinda del pastel aparecían los valencianos PÖLVORA para telonearlos. Siguen presentando su álbum debut, con apenas 40 minutos, pero llenos de rabia y actitud para dejar claro que siguen siendo músicos referentes en la escena valenciana. Lazy Lane, que venía de girar por California con sus Jolly Joker, Isra, Álex en las guitarras (ex Uzzhuaïa, ex Capitán Booster), José Lï tras los parches (ex Uzzhuaïa, ex 13 Millas), y Ruben al bajo (ex 13 Millas), siguen dejando claro que son una apisonadora, sin dejar prisioneros.
Lazy sigue dando muestras que es un vocalista espectacular, totalmente adaptado a la nueva maquinaria, dejando claro que es incansable, que sus pilas son inagotables. Álex es uno de esos tipos que podría estar rodando con Dregen o cualquier estrella internacional sin despeinarse, con una actitud e imagen desbordante. Isra es la guitarra solista, dando muestras, año tras año, que esto del hard rock no es una moda pasajera, siempre sonriente tras sus gafas. José Lï es uno de esos tipos que siempre me ha dejado claro que es uno de los mejores baterías de este país y que si las cosas hubieran cuadrado, sería mucho más reconocido, llevando el ritmo del grupo. Y el descubrimiento, ya cuando los vi presentando el disco en el Loco Club local, es Rubén al bajo. Cómo suenan las 4 cuerdas coladas de su hombro, potente y preciso, el complemento perfecto para los otros 4. Desgranaron casi todos sus temas, como “Una vida sin mas”, “Ceniza y vino” o “Cuchilla y plomo”, que sonaron tan espectaculares como cabía esperar de ellos.
Plato entremés perfecto para la descarga que se nos venía encima. La 1ª vez que Danko Jones pisaba la capital del Turia y la gente estaba deseosa de pasarlo bien. El ambiente era genial, pero es que nada más salir, Dano se hizo con todos. La intro dio tiempo a que el trío saliera, se posicionaran sobre las tablas y adoptaran sus papeles. Danko es el líder absoluto, llevando la voz cantante en todo momento, pero John se situó a su izquierda y no paró de animar al público, incitando a cantar con ellos, a dar palmas y gritar. Y, al final del todo, apareció un tipo, discreto y más modoso en su presencia, pero cuando cogió las baquetas nos dejó boquiabiertos con su destreza, pegada y aptitud.
Sonaron “Guess who’s back”, avance del que será su próximo álbum, y “I gotta rock” para encender la mecha y la sala ya estaba a sus pies. Danko lo dejó claro en su charla, con 2 canciones habían conseguido que todo el público se hubiera metido en el show cuando hay bandas que tardan todo un concierto en conseguirlo.
Con actitud amistosa y cachonda Danko se metío a la gente en el bolsillo. Fue un repaso a toda su carrera, sonando los temas más cercanos como “I’m in a band” o “Lipstick city”, y los más lejanos como “First date” o “Code of the road”, y todos fueron demoledores, con la audiencia siendo una parte más del espectáculo, cantando todos los temas, coreando todos los estribillos, alzando los puños y gritando sin parar, riendo las constantes gracias de Danko y siendo parte esencial para que nos dijera que era increíble y una mierda absoluta que nunca hubieran venido a Valencia y que, desde ya, éramos cita imprescindible en todas sus giras. El cachondeo con el famoso cántico de Dan Kojones y su archiconocido gusto por la horchata valencia dio paso al DanOrchata coreado por el público.
Siguieron desgranando su discografía, siempre con Danko como cabeza visible, acercándose a la parte contraria a la que habitaba para desarrollar sus solos. Temas como “You are my woman”, “Flaunt it”, “Full of regret” o “Had enough” sonaron demoledores, con total implicación de todos los presentes. Rich tras los parches seguía demostrando que era una máquina perfecta, con la caja, los platos, hasta el cencerro. Y John no paraba de implicar a los presentes en un concierto que se acercaba a su fin. Un chaval apareció en las primeras filas con un cartel del show para que se lo firmase Danko, y este se quedó alucinado de que un niño de apenas 11 años estuviera allí. Le firmo la publicación y se lo regaló con todo el mundo aplaudiendo al joven que es la esperanza de todos los que ya lucimos canas para el futuro del rock and roll. Alucinaba con la entrada conseguida sin ser fin de semana, porque no era viernes ni sábado, era un puñetero jueves y ahí estábamos dándolo todo.
Anunció que recuperaba uno de los primeros temas que compusieron como banda, “Lovercall” y cerró esta 1ª parte con uno de esos temas que requieren la implicación de todos los presentes. “My Little r’n’r” sonó espectacular, con todas las gargantas atronando el estribillo por sus cuerdas vocales, dejando al grupo sonriente y complacido para tomarse un par de minutos de descanso antes de volver a cerrar su propuesta.
El fin vino de la mano de 3 cortes perfectos para terminar de cortar cabezas. “Saturday”, recuperado de su última entrega pandémica y “Invisible” de “Sleep is my enemy”, uno de sus primeros discos de 2006, sonaron tremendos, furiosos y frenéticos, arrasando con lo poco que quedaba en pie todavía. Y para cerrar dejaron “Rock shit hot”, tres palabras que definían perfectamente lo que llevábamos encima. Eléctrico, rabioso, intenso, al grano y sin dejar tiempo a pensar lo que estábamos viendo. 75 minutos a full, un Danko Jones desbocado y complacido que se veía en su salsa, perfectamente acoplado a lo que la gente esperaba y deseaba. Hacía tiempo que los oídos no me pitaban tanto y el estruendo se recibía como gloria bendita.
Uno de esos conciertos que te dejan sonriendo, con la sensación de haberlo pasado de maravilla, de convertirse en cita ineludible si vuelve por aquí, dejando claro que es un tipo único, divertido, repleto de actitud y con las ideas muy claras. Hay que dar las gracias a Lorenzo por seguir apostando por el r’n’r es una ciudad que, antes era referente, y hoy es tan complicada en un mundillo como este. Si podéis, ni lo dudéis, lo pasaréis genial. Danko Jones es una apuesta segura.
Guapísimo el concierto! Puro hard rock de principio a fin. Danko demostró ser una bestia del rock desde el primer momento. Solo me faltó algo mas del We sweat blood. Y los Polvora perfectos para preparar la noche… que era jueves!