Deseaba empezar ya con discos ‘Áridos’ de 2023 por estos lares, pero no me he podido resistir a un debut desértico que me ha encantado y que se editó el pasado verano, pertenece a los canadienses recién llegados SONS OF ARRAKIS y atiende al título de Volume I (2022). La banda, natural de Montreal, se gesta en formato cuarteto en 2019 y está integrada por Frédéric Couture (vocals, rhythm guitars), Francis Duchesne (lead guitar, keyboards, producer), Vic Trigger (bass) y Eliot Landry (drums), se jactan de tener una fijación obsesiva por el universo de DUNE, la Obra Maestra del escritor Frank Herbert, y podría definirlos como un cruce sideral entre el Stoner Rock más árido y el más ‘flotante’ y cósmico, con la lírica y la atmósferas más cinematográfica y Sci-Fi con historias que no ocurren en nuestro globo terráqueo…
Sigue al ‘Mesías Omnisciente’, él es el que TODO LO SABE…
Un cruce sugerente entre Kyuss, Truckfighters y Monster Magnet es lo que te encontrarás en la disciplina de los canadians, con el fantasma de Sabbath pululando, de eso no te quepa la menor duda. Comienzan a gestar sus primeras composiciones en aquel desafortunado 2020 pandémico con dos singles tan esclarecedores como «Omniscient Messiah» y «The Black Mirror» para parar (como toda la industria musical hizo) hasta que el pasado julio ’22, estando preparados para la conquista de la galaxia. El disco se abre y se cierra con «Shai-Hulud» y «Shai-Hulud Sequel», dos hipnóticas odas instrumentales inspiradas en los famosos ‘gusanos de arena’ de la ficción de Herbert. Entre medias un tracklist envolvente y apasionante, con trallazos Stoner Psych como el citado «The Black Mirror» y «The Lonesome Preacher», o aplastantes losas graníticas rebosantes de arenoso groove como «Complete Obliteration» o «Abomination». El también citado «Omnisciente Messiah» te va a recordar al tremebundo «Negasonic Teenage Warhead» de Wyndorf, quizás en su cadencia vocal, en la instrumental estaría más cerca de Kyuss y Nebula. En fin, no creo necesaria más información, cojamos la nave y pongámonos dirección el ‘planeta desierto’ de Arrakis…
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